Más cosas de nuestro repaso acerca de lo que se cuece en Venecia con una doble sesión sci-fi en la que destacan el The Zero Theorem de Gilliam y Under the Skin, lo nuevo de Jonathan Glazer protagonizado por Scarlett Johansson. La animación tampoco falta a la cita con lo último del genio Miyazaki, The Wind Rises, y propuestas de lugares tan variopintos como Grecia o Israel llegan con Miss Violence y Ana Arabia de Amos Gitai. No nos olvidamos a Steven Knight en su segundo trabajo, esa Locke que protagoniza Tom Hardy.
The Wind Rises (Hayao Miyazaki)
“Sin poseer la lírica desatada y cautiva de sus mejores trabajos, la película se ofrece sin embargo como un perfecto, agónico y doloroso resumen de, quizá, una vida entera entregada a hacer desaparecer la pantalla de los cines; a empapar la realidad con el veneno del deseo.”
“Pero esta es una biopic atípica (…) una suerte de biografía onírica en la que el realismo (…) se combina con los sueños del protagonista (…) los mejores momentos de The Wind Rises tienen lugar no en las secuencias de aviación sino en la historia de amor entre Jiro y su esposa, la que permite al cineasta japonés sacar a relucir todo el caudal poético de su cine.”
Miss Violence (Alexandros Avranas)
“La habilidad de ‘Miss Violence’ consiste en incrustar entre los rituales más o menos rancios de cualquiera de nuestras existencias rancias el perfil exacto y frío de la mugre que nos asiste. (…) Superado el primer impulso al asco, la película se erige en algo mucho más doloroso que una simple metáfora. Esta metáfora hace sangre.”
“En la aceptación de lo inaceptable, en la asunción de que somos títeres en el gran teatro de la crueldad de los mercados, las primas de riesgo y los gobiernos irresponsables está el germen de un suicidio irreversible. «Miss Violence» es un nuevo mazazo helénico a los que venden que la crisis llega a su fin.”
The Zero Theorem (Terry Gilliam)
“Creo que hay formas menos enrevesadas de proponer una fotografía del mundo contemporáneo que la que nos ofrece esta película. (…) The Zero Theorem se enreda en una trama que no para de girar sobre sí misma, sin que en ningún momento podamos concluir si la película va en serio y no se trata de una simple autoparodia”
“Su condición de cineasta neobarroco exige que la cadencia de sus imágenes acompañe su puesta en escena, que la arrope y la haga legible para no cansar al espectador. Es algo que no ocurre siempre en ésta, y entonces la película parece un elefante en una cacharrería, ruidosa pero cansina.”
Under the Skin (Jonathan Glazer)
“En el fondo, da la impresión de que Under The Skin nace de una única idea estirada puede que más allá de lo razonable. (…) Tan potente visualmente como una tanto desequilibrada en lo narrativo, a la película de Glazer se le agradece que no pretenda erigirse en parábola del presente ni siquiera del futuro.”
“De nuevo, como en sus anteriores trabajos, el cineasta británico juega a desmadejar, triturar y volver a reconstruir los géneros en un minucioso, envolvente y magnético ejercicio de pulso cinematográfico. Cabría añadir preciso y visionario.”
Locke (Steven Knight)
“Tom Hardy se exhibía en una película encerrada en el interior de un coche. (…) Dirigida por Steven Knight, ‘Locke’, ése es el título, rastrea en el rostro de Hardy para trazar un retrato convulso, claustrofóbico y voraz de la redención y el fracaso.”
“«Locke», en la que un ingeniero interpretado modélicamente por Tom Hardy se pasa hora y media conduciendo y hablando por teléfono en un trayecto que cambiará su vida para siempre. Será cosa de la crisis y los recortes de presupuesto, pero el cine se hace cada vez más pequeño para ponerse más cósmico.”
Ana Arabia (Amos Gitai)
“La insignificancia de «Ana Arabia» no le resta representatividad en una tendencia que está en auge en esta Mostra: la situación única, aislada, como manifestación del hermetismo emocional del mundo en que vivimos.”
Ana María Marín García / Vavel
“El proyecto filmado por el israelí Amos Gitai tiene como escenario una pequeña comunidad de marginados en la que judios y árabes conviven juntos. (…) Un intento de reflexión y crítica que navega por la superficie sin llegar a posicionarse por ninguno de los dos bandos y que cosechó el tibio aplauso de la crítica.”
Larga vida a la nueva carne.