A estas alturas uno ya afronta una secuela más de V/H/S de forma un tanto escéptica. Hay ganas de seguir explorando el formato aún reconociendo que la saga estaba cayendo en calidad y originalidad a cada nueva entrega. El propio formato, sin embargo, invita a que, aunque el conjunto pueda ser más o menos lúcido, siempre de pie a encontrar pequeñas joyas ocultas. Claro está que llegar al nivel de Safe Haven (capítulo aparecido en la segunda parte) es poco menos que misión imposible aunque la esperanza es lo último que se pierde, o eso dicen.
Quizás por la ausencia de expectativas V/H/S Beyond puede que sea una de las mejores entregas de la serie. Cierto es que sigue adoleciendo de una de las cosas más desconcertantes de todas las entregas: la absoluta desconexión entre el hilo conductor y la temática de sus capítulos individuales. En este caso, el tema parece ser el de los encuentros con alienígenas pero, aunque en los capítulos hay alguno de esta temática, también encontramos ‹zombies› fabricados por cigüeñas “turbomutantes”, ‹terminators› hindúes que entre baile y baile en Bollywood aniquilan equipos de rodaje y amas de casa psicóticas con aficiones extrañas por lo canino.
Sin embargo, este cajón de sastre, algo incoherente entre sí temática y formalmente hablando, consigue que aun habiendo el típico desequilibrio entre fragmentos, todos tengan una calidad promedio parecida. Cierto es que no disfrutamos de nada especialmente excepcional pero el conjunto resulta ciertamente sólido y por ende completamente disfrutable.
Sin entrar al detalle de cada uno de los fragmentos, cabe destacar el nivel de violencia desatada sin complejos y una querencia especial por el gore y el destripamiento. Algo que funciona ya no por mero placer de visionarlo sino por la sensación de estar pensando para colaborar a crear una atmósfera disfrutona. Quizás esto puede ser debido a que, con la excepción del capítulo escrito por Mike Flanagan, nos encontramos no con la típica colección de nombres conocidos detrás, cosa que puede contribuir a cierta decepción si no están a la altura, sino con jóvenes directores con más ganas de dar a la audiencia una experiencia salvaje que de gustarse a sí mismos con tropos de falso autor.
Así pues podríamos concluir que V/H/S Beyond, lejos de ser otra muestra más de decadencia y de ser un eslabón de una cadena cada vez más débil de una saga que parecía obsoleta, se convierte en una sorpresa por su capacidad de revitalizarla. No es que estemos ante la mejor secuela, ni mucho menos, pero sí ante un producto bien pensado y estructurado. Que sabe combinar la idea del metraje encontrado en viejas cintas con una actualidad trufada de noticias falsas, teorías conspiranoicas y vendedores de bulos. De alguna manera, a pesar de su reivindicación ‹vintage› estamos ante una entrega que habla de miedos contemporáneos y los pasa a través del filtro de lo sobrenatural para concluir que el verdadero miedo no está en el terror inexplicable, sino de las invenciones más “realistas” que pueblan cada día las imágenes en nuestros dispositivos.