Desde 1973 hasta 1985 una dictadura cívico-militar controló el destino del pueblo uruguayo. Una importante crisis económica y la represión política anterior habían alimentado los conflictos sociales y el antagonismo de la guerrilla urbana de los Tupamaros, movimiento de izquierdas surgido principalmente del activismo sindical y político en zonas rurales del país. Con ellos aumentó el poder, peso institucional y ambiciones del ejército asignado para combatirlos, que acabó por apropiarse de la autoridad de facto tras un golpe de estado. En su paso a la democracia, una ley de amnistía para cualquier violación de los derechos humanos cometida por militares y policías durante la dictadura fue aprobada, evitando de manera efectiva la posibilidad de perseguir y castigar sus crímenes. Unas preguntas (Kristina Konrad) aborda en sus monumentales cuatro horas de metraje el recorrido desde la iniciativa ciudadana de recogida de firmas en 1987 hasta el proceso que llevó a la realización de un referéndum en 1989 para decidir si derogar o no dicha ley.
Kristina Konrad utiliza grabaciones de televisión de la época nunca antes vistas de un par de reporteras preguntando por las calles a ciudadanos cuestiones simples que dan pie a reacciones y respuestas de todo tipo. Mientras tanto, la cámara es testigo tanto de las movilizaciones iniciales como del triunfo sentido ante la convocatoria del plebiscito por sus impulsores y toma el pulso del momento de una sociedad radicalmente dividida por el miedo, el dolor, la ignorancia, la pobreza, los resentimientos o el privilegio. Las campañas propagandísticas de ambas posiciones en los medios aparecen en los spots emitidos en esos tiempos, también intercalados con publicidad de productos que contextualizan el estado de la sociedad y la dimensión de los mensajes, el lenguaje y las interpretaciones a las que da pie en los espacios públicos por los que transitan las autoras de las imágenes y su especial textura de vídeo. Una textura que recuerda al ejercicio de estilo realizado por Pablo Larraín en No (2012) —incluso reconociendo ciertos paralelismos temáticos y de elementos discursivos en su narrativa— que aquí provee de una autenticidad genuina a las imágenes en su naturaleza alejada de la ficción, pero que configura toda una cápsula del tiempo que sirve para transportarse a esos eventos históricos y envolverse progresivamente con las voces y los silencios, las discusiones, los rumores, el grave peso de la situación precaria de la clase trabajadora o los pensionistas y el aparente alto nivel de inseguridad que se vivía entonces.
Pero ¿qué es la paz?, ¿puede existir paz sin justicia?, ¿qué clase de democracia es una en la que los responsables de cometer grandes atrocidades —torturas, persecución política, abuso de poder— y sus cómplices nunca tuvieron que asumir ninguna consecuencia por sus actos y siguen vinculados a las mismas instituciones que ejercieron todo tipo de violencia contra la población civil? Las desapariciones, los asesinatos, las torturas, la falta de libertades, los niños robados… no se pueden olvidar y ninguna ley puede forzar a las víctimas, sus familiares y amigos o descendientes a ignorar heridas abiertas que dividen profundamente una sociedad en la que los disidentes y perseguidos son considerados por muchos erróneamente al mismo nivel que los gobernantes, los colaboracionistas y las élites que los apoyaban en su contra para oprimirles, para matarles. ¿Qué legitimidad puede tener un estado que comete actos terribles contra los mismos ciudadanos a los que debería servir y no permite que nadie fiscalice las actuaciones y las responsabilidades políticas de su clase dirigente y sus esbirros? Estas y muchas otras ideas son planteadas de manera sencilla entre lo sutil y lo más directo por los incontables testimonios, encuentros y rencillas recogidos durante el metraje de un documental en cuyo montaje se puede entrever una realidad transversal con la de España en la actualidad que compartimos como desafío trágico inconcluso con muchas otras naciones en la historia reciente.
Crítico y periodista cinematográfico.
Creando el podcast Manderley. Hago cosas en Lost & Found.