El Festival de Cinema de Terror de Sabadell llega este año a una décima edición desde la que consolidar el proyecto iniciado en 2012, desde el que traer a la capital del Vallés Occidental el mejor cine de terror de los últimos años: desde largometrajes a cortometrajes, no sin obviar esos clásicos que suelen dar forma a los ‹leitmotiv› de todo buen festival de cine de género que se precie, y que para la ocasión han puesto sus miras en el Nosferatu de F. W. Murnau, que precisamente este 2022 cumple su centenario, y una La cosa de John Carpenter que, en efecto, también está de celebración: 40 años han pasado ya desde que se forjara uno de los clásicos imborrables del cineasta neoyorquino.
De sus distintos cortometrajes proyectados en distintos bloques —el primero ayer, cuando dieron inicio las actividades, el segundo mañana miércoles y el último este viernes, junto a la proyección de La cosa— cabe destacar piezas como Paralysis de Juan Bermúdez —cineasta ya bregado en el formato con piezas como Contratiempo o Incógnito—, el animado Blind Eye —que cuenta tras él con autores como el español Diego Porral, responsable del corto Un día en el parque, nominado al Goya en su categoría, Rohit Kelkar, del departamento de animación de ¿Dónde está mi cuerpo? o Rohan Deshchougule, que ha trabajado en obras como Buñuel en el laberinto de las tortugas—, el mexicano Tekenchu de Carlos Matienzo Serment, que ha recorrido más de una veintena de festivales, Ella y la oscuridad, de un nombre ya conocido en el formato como el de Daniel Romero, que pasó por otros certámenes como Molins de Rei, La luz de Iago de Soto, autor de otra reputada pieza del género como La guarida, o La inquilina, de Lucas Paulino y Ángel Torres, quienes ya dirigieron la pieza El cuento, e incluso han contado para la ocasión con Belén Rueda como protagonista.
Lejos del cortometraje, uno de los incentivos de este festival, encontramos —como ya había apuntado— títulos de entre lo más destacado del cine de género de los últimos años. Entre ellos están Amulet, debut de la actriz Romola Garai que sorprendió a propios y extraños en 2020 con este inesperado debut; Son, tercer largometraje del irlandés Ivan Kavanagh, quien tras el western Never Grow Old regresa al terror con este título que fue incluido en la SO de Sitges hace apenas unos meses; Come True, el nuevo trabajo de Anthony Scott Burns tras Our House, que a buen seguro será una de las sensaciones del festival tras pasar por certámenes como Fantasia o Sitges y conquistar a un buen puñado de espectadores; y Psycho Goreman, el último film de Steven Kostanski tras rodar piezas como El vacío o Manborg y regresar con una genuina serie B que dará que hablar a los amantes de la nostalgia.
También cabe destacar, por otro lado, la proyección de dos títulos como Tucker & Dale vs. Evil, una magnífica vuelta de tuerca al ‹slasher› más rural por parte de Eli Craig en una ópera prima que hizo las delicias de los aficionados al género en 2010, o Mandy, película escogida por el público que reveló el nombre de Panos Cosmatos —tras, eso sí, su portentoso debut Beyond The Black Rainbow— y nos dejó frente a un film irrepetible condensado en el desencajado rostro de un Nicolas Cage sublime. Además de ello, El hijo del hombre perseguido por un O.V.N.I., secuela de El hombre perseguido por un O.V.N.I. de Juan Carlos Olaria también formará parte de una proyección especial.
En definitiva, una semana para continuar gozando de ese auténtico placer que supone perderse unos días entre el mejor cine de género en el mejor lugar posible para disfrutarlo: la gran pantalla
Larga vida a la nueva carne.