El tiempo se puede medir bajo los mecanismos convencionales basados en segundos, minutos, horas, días… Y también de forma más poética si se quiere. Por ejemplo saber que ya ha pasado un año midiendo el tiempo transcurrido entre una edición del Americana Film Festival y la siguiente. Y en esta tesitura estamos, a punto de empezar la que será la sexta edición de un certamen que ya es un ‹must› del calendario cinéfilo en Barcelona.
Como siempre ofreciendo una programación con cortometrajes, documentales y lo más interesante del cine independiente americano (aunque quizás se debería entrar en un debate sobre lo que es independiente al respecto del presupuesto o si lo es meramente por ser un off Hollywood) que no ha llegado a nuestras pantallas.
Consultando con su programación descubrimos que, aun sin haber un hilo conductor exclusivo, si podríamos ver un gran eje temático sobre el que pivotan muchas de las películas anunciadas, que no es otro que aquello que podríamos llamar según el refranero «de aquellos polvos, estos lodos». El foco se concentra en la reivindicación, por ejemplo, de que ciertas normalidades no están consolidadas. Véase El ejemplo de The Miseducation of Cameron Post [trailer] vs Hearts Beat Loud, donde la homosexualidad femenina se plantea como espejo. Anomalía a reprimir en los 90 del siglo pasado frente a una presunta normalidad cotidiana hoy día pero que, dado el contexto político actual, sigue siendo cuestión a reivindicar.
Otros ejemplos palmarios podrían ser el feminismo en Support The Girls [trailer] o el derecho a una vida individualizada frente al convencionalismo social de la multitud en Leave No Trace [trailer]. En definitiva, y sin ánimo de hacer una lista de todas las propuestas interesantes a seguir, el Americana se presenta con un catálogo de films cuya propuesta genérica puede variar desde el drama —como en The Kindergarten Teacher [trailer]— hasta la comedia (en variantes más ligeras, locas, o románticas) pasando por la revisión del Western en Damsel [trailer] de los hermanos Zellner (cuya filmografía será objeto de revisión durante el certamen) pero siempre con la reivindicación de ciertos aspectos sociales de fondo.
Por tanto la sexta edición del Americana podría catalogarse como un ejercicio de programación que busca la lateralidad argumental, que promueve la reflexión como objetivo a través de una selección de films que en conjunto dan una visión bastante aproximada de cuál es el panorama sociopolítico en la América actual amén de no huir del objetivo fundamental de todo festival: ofrecer buen cine, diverso en lo genérico y en el tono y que permite por un lado tanto descubrir nuevas propuestas como dibujar cuál es el estado de la cinematografía americana más allá de lo que Hollywood impone como (casi) discurso único y monocolor. Seis días pues para disfrutar un año más y volver a medir el tiempo esperando la siguiente edición.
No he revisado la cartelera del festival. Pero me temo un gran error hablar de norte-américa para referirse a Estados Unidos. Como si Canadá o México no fueran norte-américa. O sea, ya con el título empezamos mal…
P.D.: Gracias por tu blog! Me alegra la vida literalmente…