Sabemos que este festival siempre peca por exceso. Que es una cita demencial que sufrimos, quienes asistimos al encuentro cada año, aunque complacidamente, no sin cierta dosis de ansiedad y muchas prisas por llegar a todo, correr arriba y abajo, opinar, discutir en las rúas, a veces a voces, pero sin tiempo que perder por llegar a punto al siguiente pase aún con la película anterior rondándole a una las ideas.
Un certamen que no sólo estresa por su insaciable, como la gula, programación, sino que abruma a un público que cada año hace verdaderos esfuerzos por desdoblarse en las múltiples salas de proyección. Porque concentrándose en apenas tres semanas, Santiago proyecta 264 películas de los más variopintos géneros, épocas y procedencias. Agendarse un calendario viable en el que las proyecciones no se pisen entre sí es, y lo sabemos, imposible. Algo que, por otra parte, no deja de cabrear al personal en cada edición. Todo hay que decirlo.
Pero, atendiendo a cada sección de las 17 que el festival presenta este año, organizarse puede ser factible.
Se trata de elegir y discriminar: ¿Cult movies? Ahí tienen este año 15 títulos, consulten el programa. ¿Interesado en el cine islandés? Un foco puesto sobre todo lo que llega desde aquella isla nos acerca obras de los últimos 10 años como Either Way, Last Days of the Arctic, Backyard, Grandma Lo-Fi, Iceland: Year Zero, Mamá Gogó, Country Wedding y otras.
El bloque que todos los años rinde tributo al cine de latido latinoamericano y, uno de los preferidos del público, viene igual de cargado. Con, entre otras, Adiós entusiasmo, Alba, Casa Roshell [trailer], Cuatreros, El techo, La singular historia de Juan sin nada, Maracaibo [trailer], No te olvides de mí, Otra madre, Pecera, Pendular [trailer], Santa y Andrés o Un suelo lejano.
Dentro de competición, la exclusiva sección cuyas cintas se someten a votación del público —el único autorizado para otorgar el premio a la mejor película del certamen— es la Oficial Europea, con 37 títulos. Con La villa [trailer] arranca el concurso y el festival, seguida por la sueca y muy polémica The Square [trailer] [crítica], Palma de Oro en Cannes. Títulos esperados del contorno europeo son la británica The party [trailer], Un sol interior [trailer] [crítica](Francia), Western [trailer]—en los premios Lux—, Sami Blood [trailer] y 120 pulsaciones por minuto [trailer], también nominadas para los Lux. Le siguen la aclamadísima Pororoca [trailer] (Rumanía), Madame Hyde (Francia), lo último de Haneke con Happy End [trailer], Blue My Mind [trailer] (Suiza), Trampolín (Crocia), Thelma [trailer] [crítica] (Noruega), Cuori Puri (Italia), la alemana In the Fade [trailer] —con Diane Kruger como mejor actriz en Cannes—, la húngara 1945 o la portuguesa A fábrica de nada [trailer] revelación del año en Cannes.
Fuera de competición, la brasileña As boas maneiras [trailer] es otro de los platos fuertes de Cineuropa31. La libanesa, L’insulte [trailer], con Kamel El Basha como mejor actor en Venecia, cita imprescindible. Rules Don’t Apply, lo último del veterano Warren Beatty o You Were Never Really Here [trailer] —con Joaquim Phoenix como mejor actor y mejor guion en Cannes—, dos de los títulos llegados desde Estados Unidos.
Este año una nueva sección infantil, Cineuropa Miuda, dará acceso a las salas a los más jóvenes con la composición de un jurado entre el público de más corta edad para elegir premios a mejor película, dirección, guión e interpretaciones masculina y femenina. Homenajeando a la ciudad y en sesión especial, A estación violenta, de Anxos Fazáns, que hace unos meses se rodaba por las calles de Santiago, podrá también visionarse en un único pase.
Cortos, documentales, lo más reciente del panorama audiovisual gallego, la ineludible maratón para noctámbulos, las retrospectivas dedicadas a Claude Sautet y a Pedro Pinho, la colección de cintas dedicadas al cine sobre Derechos Humanos, el ciclo de cine fantástico con Les affamés [trailer] [reseña] como película canadiense ganadora en Toronto o, el programa con la Real Filharmonía de Galicia, que proyectará y pondrá la banda sonora a Carmen (1915) y Burlesque on Carmen con Chaplin, completan estos 22 días de cine sin frenada.
No puede cerrarse la carta de presentación de esta edición sin destacar, como estreno absoluto en España, Napalm [trailer], del memorialista Claude Laznmann (Shoah), donde reconstruirá su aventura en Corea del Norte durante la Guerra fría. Porque además este año Cineuropa —y no es la primera vez—, vuelve a volcarse en el cine político teniendo muy presente, como no podía ser de otra manera, la conmemoración del primer centenario de la Revolución Rusa.
Para fijar en la memoria cinéfila de esta ciudad, decidiendo que la idea de revolución circule transversalmente “por los poros de la programación”, la organización del festival apuesta por un bloque titánico con 76 títulos en su sección Novecento: el siglo de las Revoluciones. Huyendo de sectarismos, en palabras de su director José Luis Losa, se proyectarán en el mismo día y en la misma sala El acorazado Potemkin y Nicolás y Alejandra —hace 99 años el último Zar ruso y toda su familia eran ejecutados en Ekaterimburgo—, para acercarnos a la revolución tanto desde los cánones de Eisenstein como desde su barroco tratamiento en Hollywood con la obra de Schaffner.
El Verdugo de Berlanga, El Comandante de Oliver Stone, La caída de los Dioses de Visconti, Lamerica de Gianni Amelio, Lumumba de Raoul Peck, Mourir à Madrid de Frédéric Rossif, Vincere de Bellocchio, El proceso de Reinhard Hauff, Tres cantos para Lenin (1934) de Dziga Vertov o The times of Harvey Milk de Rob Epstein, son títulos, algunos difícilmente accesibles en pantalla grande, perdidos en la memoria otros y hasta desconocidos para el común del público, que Cineuropa31 acercará a una muestra de cine que, además de presentar citas de estreno y títulos capitales en el devenir de la cinematografía mundial, se suma a un compromiso que la agenda cultural compostelana ofrece invariablemente a sus devotos seguidores desde 1987.
Así que aquí lo tienen. Arranca un gélido noviembre con la edición trigésimo-primera de nuestro festival de cine, calentando proyectores y trayendo consigo, para terminar y como grandes homenajeados, a dos hombres, dos grandes nombres particularmente atractivos para cualquier curioso o simple aficionado eventual al séptimo arte. Ya no diremos para los cinéfilos de condición, ávidos de títulos difícilmente accesibles en las salas comerciales. Se trata en esta ocasión, aunque como tradición habitual, de dos pesos pesados. Como realizador, en una edición, decíamos, de connotaciones marcadamente políticas, Cineuropa nos trae al director de la disidencia: el que recreó en sucesivas obras de culto alguno de los grandes regímenes totalitarios del siglo XX. El que nos habló sobre la interesada trama benefactora que acogió alegremente a refugiados nazis en USA en La caja de Música y que nos puso el corazón en un puño, durante la dictadura chilena documentando las frustradas pero inagotables pesquisas de un padre coraje —Jack Lemmon—, por recuperar a su hijo en Missing. El director de Estado de Sitio y de La confesión. Sobran las presentaciones: Costa-Gavras, historia viva del cine, recogerá su galardón en los próximos días, poco después de que sea recibido, por este público, otro talento en carne y hueso; un actor escapado de etiquetas y códigos reduccionistas. Un gran polifaceta, diría personalmente: Leonardo Sbaraglia, que presentará en Santiago su último filme, El otro hermano.
Manuel Martín Cuenca, con El autor [trailer], es el tercer premiado de esta edición que completa una única mujer, la directora Carla Simón, con su Estiu 1993 [trailer] [crítica1] [crítica2]. Otro argentino, Federico Luppi, será merecidamente homenajeado tras su reciente tránsito hasta más ver, con la proyección de uno de sus títulos emblemáticos, Hombres armados.
Así que tómenselo con calma porque ya lo saben. Esto es Cineuropa y Cineuropa no da tregua.