Llega el otoño a Gijón, y bajo el habitual grisáceo y lluvioso aspecto de la localidad asturiana por estas fechas, lo hace con el comienzo de la 57 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón, o el FICX como ya se le conoce popularmente dentro del circuito de certámenes cinematográficos de todo el mundo. Bajo el lema “Llueve cine”, que ha servido de imagen premonitoria de las estampas climatológicas que vienen acompañanndo a Asturias en general y a Gijón en particular durante las últimas semanas, el FICX vuelve a reivindicar su hueco como un festival adherido a su pretensión de dar voz a una variedad de estilos y materias que sirven para escenificar el amplio conglomerado existente en la cinematografía contemporánea menos convencional y más comprometida. Para ello, su principal arma vuelve a ser su prestigiosa Sección Oficial, en la que este año el público disfrutará de las recientes piezas procreadas por nombres tan populares como Werner Herzog, Abel Ferrara o Nani Moretti, que compartirán espacio con arriesgadas propuestas como la del islandés Hlynur Pálmason y su A White, White Day o el norteamericano Harmony Korine bajo el marco de su última The Beach Bum, que hará que un intérprete de la popularidad de Mathew McConaughey se pasee por las pantallas gijonesas; no será el único rostro célebre que se verá, ya que la actriz china Gong Li también tendrá su protagonismo con su aparición en Saturday Fiction de Lou Ye, una de las películas más esperadas de la principal sección de este FICX que dará cabida también a Vitalina Varela del portugués Pedro Costa, Sword of Trust de la norteamericana Lynn Shelton, al Rounds de Stephan Komandarev (un viejo conocido en Gijón) o bajo alguna participación más localista como la relativa a la realizadora asturiana Elisa Cepedal y su El trabajo, o a quien le pertenece el mundo, entre otras cintas de diferentes nacionalidades y estilos que prueban la pluralidad de lenguajes y expresiones dentro de la principal sección del certamen.
Pero otra de las señas características del FICX son sus secciones paralelas, que siguiendo fiel a su carácter transversal amplían los horizontes y miras dentro de los propósitos del festival; Enfants Terribles vuelve a unir al certamen con sus orígenes dedicados al público infantil además de reflejar algunas coyunturas sociales actuales, bajo unas proyecciones que tienen como principal objetivo la sensibilidad de estudiantes de toda Asturias donde se espera que vuelvan a llenar unas salas que proyectarán títulos como Abe de Fernando Grostein Andrade o Une Colonie de Geneviève Dulude-De Celles; Rellumes, otra de las secciones competitivas, apuesta por los talentos internacionales en ebullición, dando cabida a cintas como As mortes de Cristóbal Arteaga Rozas o Die Kinder der Toten de Kelly Copper y Pavol Liska; Llendes se delimita a las aportaciones de ímpetu menos comercial y con más dificultades de encontrar distribución comercial, como es el caso de algunas de joyas ocultas de la programación como L’isola de Mark John Ostrowski o Ghost Strata de Ben Rivers; otro punto fuerte y vigoroso de la parrilla de proyecciones es la concerniente a la sección Esbilla, marca de la casa del certamen en su función de ser uno de los sectores más eclécticos del programa, donde el público gijonés tendrá acceso a cintas como Ham on Rye de Tyler Taormina o Jesus Shows you the Way to the Highway de Miguel Llansó.
Aportando lealtad a las últimas propuestas que han modernizado y enfervorecido el discurso de compromiso y devoción del Festival dirigido por Alejandro Díaz Castaño, vuelve a estar presente el ya mencionado carácter trasversal de unas secciones que serán acompañadas con una nueva entrega de la estrecha colaboración del FICX con el Festival de San Sebastián, bajo la que se presenta una nueva edición de Crossroads en la que se verán piezas tan importantes para el panorama actual como El lago del ganso salvaje de Diao Yinan o Zombi Child de Bertrand Bonello; los pases especiales, ciclos paralelos como el “Radio 3 presenta…”, el homenaje a la figura de David Lynch con una exposición y una serie de proyecciones dedicadas a la incuestionable relevancia del director norteamericano, un amplio espacio dedicado al panorama del cortometraje tanto internacional como el relativo a la escena asturiana o las retrospectivas hacia las figuras de Franco Piavoli o Axelle Ropert, así como una serie de actos convergentes, darán vigor y personalidad a una programación fiel a su esencia de originar visibilidad sobre el panorama más ambicioso y arriesgado de la cinematografía actual, donde durante los próximos 9 días Gijón se vestirá de gala ante el más importante evento de su ya rica escena cultural.