Julian Radlmaier ya llamaba nuestra atención en 2014 con una de esas obras donde a través de un humor sarcástico de lo más singular radiografiaba una sociedad de clases que parece volver a estar presente en su nuevo film, esta Self-criticism of a Bourgeois Dog que, como ya sucediera con su ópera prima, vuelve a estar presente en el marco ideal para un cine tan marciano como personal, el del IFFR.
Radlmaier continúa así una disección que en esta ocasión nos cuenta el relato de un perro burgués que confesará como pasó de ser un cineasta a un ser de cuatro patas: incapaz de encontrar la financiación para su película, Julian se verá obligado a aceptar un trabajo como agricultor estacional. En una fiesta, sin embargo, hará que Camille, una joven canadiense expatriada, crea que va a realizar una investigación para una película acerca de un cuento de hadas comunista, ofreciéndole el papel central. Para su sorpresa, decidirá acompañarlo provocando las fantasías románticas de Julian. Así es como llegarán a una escena tan engañosa como idílica en una plantación explotadora de manzanas. Mientras Julian encuentra agonizante el trabajo manual y teme a los extraños compañeros de su cuarto, Camille se sumerge con entusiasmo en la supuesta investigación, haciéndose amiga de Hong y sancho, dos proletarios crédulos en pos de la felicidad. Para Julian, es cada vez más difícil actuar como un cineasta comunista. Todo se enredará cuando el dueño de la plantación sea asesinado y la supuesta revolución termine en confusión.
En definitiva, otro film insólito para un cineasta que continúa una senda ajena a toda convención. Os dejamos ya con el trailer de una Self-criticism of a Bourgeois Dog que también pasará por una de las secciones paralelas de la Berlinale.
Trailer de Self-criticism of a Bourgeois Dog — Selbstkritik eines bürgerlichen Hundes
Póster de Self-criticism of a Bourgeois Dog — Selbstkritik eines bürgerlichen Hundes (click para ver entero)
Redacción: Rubén Collazos