Incluso los que vivimos alejados de la actualidad de Italia conocemos las diferencias que en aquel país existen entre el norte y el sur. Unas rencillas que van más allá de lo meramente geográfico y que separan ambas partes del territorio en aspectos sociales, económicos, culturales e incluso raciales. El origen de esta dualidad en la sociedad transalpina hay que hallarla en los años previos a la reunificación del país que se produjo progresivamente a lo largo del siglo XIX. Antes de ese momento, la brecha económica entre norte y sur de la nación no parecía tan palpable; es cierto que las regiones del norte podían ostentar un dominio superior a los reinos de Nápoles y de Sicilia en ciertos aspectos, pero los sureños poseían capacidad de autodependencia. Todo cambió a raíz de ese proceso histórico y, moldeado por el paso de los años, actualmente se observan dos fenómenos que muchos consideramos como aceptados: que el norte es rico mientras que el sur es pobre y que la reunificación italiana fue un éxito para la nación.
Con They Still Burn (Essi Bruciano Ancora), los realizadores Felice D’Agostino y Arturo Lavorato han querido hacer una aproximación histórica hacia la génesis de esta sensible dualidad entre norte y sur. Y lo realizan apostando por contravenir el segundo de los postulados que citábamos con anterioridad: no, la reunificación de Italia no fue ese hecho histórico tan maravilloso y tan a favor de los ciudadanos como a la mayoría de la gente le parece hoy en día. En realidad, el documental nos cuenta que fueron los norteños quienes extenuaron a los del sur a una independencia ciertamente forzada, llegando a apropiarse de las reservas de oro que Nápoles y Sicilia guardaban con celo y que abrió la puerta a ese agujero en cuanto al nivel de vida que aparece al comparar ambos lados del país.
La pieza cinematográfica que filman D’Agostino y Lavorato es dura, especialmente en su primera media hora. They Still Burn no duda en acercarse a los tiempos actuales para reafirmar su discurso, extrapolando el Norte vs. Sur de Italia a lo que sucede en otras naciones. Temas como los ataques bélicos a países de Oriente Próximo («así se inculca la democracia») o la inmigración se inmiscuyen en el relato para reflejar una idea que uno de los personajes que aparecen en el film deja clara: existe un enemigo común y se trata del poder. Por lo tanto, el documental pretende traspasar fronteras y elaborar un discurso global, en el que se entremezclen conceptos de fuera de la nación transalpina y sobre el que se pueda elaborar un firme discurso atemporal contra los poderes fácticos establecidos actualmente, y que fueron evolucionando a lo largo de los dos siglos anteriores.
Sin embargo, y pese a que esa idea de revivir las nefastas consecuencias que la reunificación italiana tuvo para el sur es muy loable, no resulta tan grato el comentado intento de extrapolar lo sucedido allí con lo que actualmente ocurre en otras partes del mundo. Es sin duda acertado el aprovechar el discurso planteado para incidir en temas de interés general, pero, en su conjunto, They Still Burn dista de ser una pieza documental elaborada de una forma tan coherente como para pretender asaltar esta idea de universalidad. Sus imágenes gozan de una variedad que las hacen únicas, ya que D’Agostino y Lavorato combinan las opiniones de ciudadanos sureños con imágenes de archivo, aderezando todo ello con minimalistas recreaciones. El problema, en cambio, se halla en una parte narrativa caótica y hasta cierto punto farragosa, a buen seguro demasiado extensa para los no iniciados en la historia de Italia como para condensar un hecho tan complicado en apenas hora y media de metraje.