Lo apuntaba perfectamente Manuel Iniesta en twitter. Una cosa es querer hacer un homenaje, en este caso a The Twilight Zone, y otra muy distinta saber captar la esencia de lo homenajeado. The Vast of Night es un caso de manual de esto mismo. Un ejemplo claro de catálogo de buenas intenciones y momentos brillantes pero también de cómo conseguir que estos queden como islotes aislados en medio de una deriva, esencialmente formal, que demuestra que Andrew Patterson tiene más ganas de gustar (y esencialmente gustarse) que de empacar un producto compacto que este a la altura del que quiere homenajear.
Todos los elementos están perfectamente dispuestos: la voz en off introductoria, el minimalismo sci-fi, el contexto y los miedos de la época. Y aunque la mezcla atesora momentos brillantes, especialmente cuando se deja todo en manos de silencios inquietantes y pequeños anticlímax con enigmas a resolver, se pierde entre incongruencias formales, una morosidad innecesaria en su planteamiento y una tendencia a la cháchara sobreinformativa que más que profundizar en los personajes acaba por desdibujarlos.
The Vast of Night adolece de un gusto por la forma ostentosa que minimiza la intimidad y el secretismo del relato. Sus continuos planos secuencia y su cámara subjetiva obedecen más a la idea de hacerlo por el mero hecho de la estética y de la virguería que por trazar un mapa completo de la geografía local. Sumado a ello nos encontramos que esto se alterna, sin demasiado sentido, con un montaje frenético (casi a lo Michael Bay) que pretende acelerar la acción y narrar la precipitación súbita de los acontecimientos. Una mezcla que no solo desconcierta sino que además no funciona al generar incluso malestar visual.
Da toda la sensación de que Patterson anda más preocupado por el oropel y por hacer patente su (indudable) talento que por profundizar en el alma de su historia. Con ello se consigue un envoltorio brillante pero que no logra disimular el hecho de que al film le falta más capacidad de concreción, más austeridad. Sí, The Vast of Night ganaría probablemente si se dedicara a ser más árida y polvorienta y no buscara constantemente una empatía que, además de innecesaria, no define correctamente a los personajes.
En este sentido nunca acabamos de entender ni el carácter ni las motivaciones de los protagonistas. No sabemos a ciencia cierta si son inocentes jóvenes en busca de una aventura, si son ambiciosos sin escrúpulos o sencillamente personas con sus contradicciones y fallos. Digamos que estamos ante una película que funciona a rachas, que es reactiva en tanto que todo parece funcionar por capricho, impulso o de forma reactiva a las situaciones que se suceden. Esto, sin duda, es lo que lastra definitivamente un film brillante por momentos, rescatable a intervalos, pero que nunca acaba de dar con la tecla, con entender que no basta soltar referencias aquí y allá para establecer una correlación histórica de continuidad con una época. Un experimento parcialmente apreciable pero que a la postre deja peor sabor de boca al intuirse lo que podría haber sido y no ha resultado.