Una merecida catarsis.
Por desgracia, en la sociedad en la que vivimos, la premisa de The Royal Hotel (2023) ya implica malos augurios: dos amigas que viajan como mochileras se quedan sin dinero en medio de Australia y han de recurrir a un ‹work & holiday› para ganar lo suficiente y que les permita seguir con su ruta. Este infortunio inesperado las lleva hasta The Royal Hotel, un hospedaje de paso en medio de la Australia más inhóspita y rural, donde su trabajo consiste en atender el bar del hotel.
La película está dirigida por Kitty Green (The Assistant, Casting JonBenet) y se inspira en el documental Hotel Coolgardie (Pete Gleeson, 2016), que narra una historia muy parecida a la de la película y nos sitúa en la localidad minera de Coolgardie, donde cada tres meses, tres nuevas mujeres llegan para trabajar de camareras en el único bar de la ciudad.
Kitty Green, que ya nos deleitó con The Assistant (2019) en pleno auge del ‹Me Too› para mostrar los abusos de poder hacia las mujeres en el entramado empresarial, aprovecha The Royal Hotel para explorar los límites del ‹male privilege› en un ambiente extremadamente masculino donde los hombres que frecuentan el bar juegan a ser la serpiente hambrienta y las chicas se convierten en el ratón.
Que un lugar dominado por hombres se convierta automáticamente en un sitio hostil para dos mujeres dice mucho del mundo en el que vivimos. Y es que el bar podría ser perfectamente una alegoría del mundo real, o una representación de lo que en Barbie (2023) de Greta Gerwig se denominó de forma cómica como ‹Mojo Dojo Casa House›, aunque en este caso mucho más peligroso y terrorífico.
En él, la presencia de las chicas altera el ecosistema puramente masculino y hetero-patriarcal que se ha instaurado, y eso las convierte en el único blanco para las burlas y tiranía de los hombres. «Not all men, but somehow always a man». Green aborda esta temática de una forma muy realista, ya que se aleja de los clichés y nos muestra varios perfiles de hombres que, aunque por un momento parezca que están de su lado, al final acaban demostrando que también forman parte del espectro de masculinidad tóxica que abunda en el bar del hotel. El ‹good guy›, un personaje que Emerald Fennell ejemplificó a la perfección en Una joven prometedora (Promising Young Woman, 2020), se interesará por ti, te ayudará, pero siempre lo hará esperando algo a cambio, o te dejará tirada en el último momento para salvarse a si mismo.
Dejar de ser un ser percibido como un ser humano para convertirse en un objeto de deseo sexual, una sirvienta o un mero entretenimiento es una prueba más de la deshumanización de las chicas en este tipo de contexto.
La historia no trata de empoderamiento femenino, porqué ¿Qué tiene de empoderante tener que sobrevivir a la extorsión constante de un grupo de borrachos mientras estás de vacaciones? Pero sí que se aborda desde la mirada femenina la experiencia que las chicas han de vivir en este ‹worst case scenario› que, por desgracia, las mujeres siempre tienen que contemplar cuando viajan solas. Y más que empoderante, es triste que hasta los momentos de diversión como es un viaje con tu mejor amiga, tengan que ser un potencial riesgo para tu vida.
Aun así, la directora no pierde la oportunidad de regalarnos un momento ‹female rage› que se cuece a fuego lento, pero que podemos palpar muy bien gracias a la interpretación de Julia Garner, quien ya se llevó muchos elogios por su papel protagonista en The Assistant. Aunque comparte pantalla con Jessica Henwick (Love and Monsters, Matrix Resurrections), es Garner quien claramente lleva la voz cantante en la historia como siempre hace a su manera, de una forma sutil pero firme.
The Royal Hotel es una película entretenida con un trasfondo social y crítico muy potente en pleno 2023, donde tristemente tenemos que seguir recordando que dos mujeres no viajan solas, sino juntas.