A veces se necesita de la ficción para ser capaces de creer, o por lo menos de dimensionar y hacer digerible el tamaño de los actos inconcebibles que se han llegado a dar a lo largo de la historia. Es allí cuando surge el “otro planeta”, esta metáfora planteada por el escritor Ka-tzetnik 135633 para poder explicar la existencia del horror de los campos de concentración en Auschwitz. En efecto, el número que sigue al nombre del autor no es un error, sino una elección voluntaria del mismo para poder interpretar o diferenciar de forma tajante las dos etapas de su vida: la primera como judío de clase media en Polonia y la segunda como prisionero de los nazis.
Por la forma en como se plantea el relato pareciese al principio que a lo mejor Ka-tzetnik es un personaje de ficción, una suerte de avatar en el que se reúnen los dolores y la tragedia del pueblo judío. Esta confusión es entendible dadas las características místicas en las que se expresan los hechos en su obra así como su propia mirada en relación al holocausto, ya que se habla del personaje como un ser renacido, transformado en extraterrestre, proveniente de una tierra incompatible con una mirada normativa, cotidiana. Un ser incapaz de comprender la naturaleza, la alegría, la tranquilidad y demás valores ajenos al horror de los campos. Además, hay que incluir su faceta performativa (en la que se viste de nuevo de prisionero para poder reanimar esa realidad paralela en su psique), la cual suena como una fantasía perversa masoquista. y es que por lo radical y violento de sus trabajos, estos se han llegado a tildar como obras vinculadas al ‹nazisploitation›, llenas de salvajadas oscuras y propias de una representación del infierno.
Entre los eventos más impresionantes del documental se encuentra la grabación real del testimonio de Ka-tzetnik en contra del famoso criminal de guerra Adolf Eichmann; una escena incómoda, larga y cargada de ansiedad en la que nuestro protagonista, lejos de narrar los hechos de manera precisa o detallada, comparte una reflexión poética sobre el horror que atravesó en los campos, narración sancionada por los jurados por su falta de rigor, la cual culmina con el desmoronamiento de Ka-tzetnik en pleno estrado teniendo que ser socorrido por los guardias del juzgado.
En cuanto a la apuesta formal, la cinta se guía por la entrevistas realizadas a expertos del holocausto y la Segunda Guerra Mundial que a través de su conocimiento enciclopédico van conectados los relatos de ficción de 135633 con las situaciones a las estos hacen referencia, y la posible verosimilitud de los mismos, siendo de todos ellos el mas polémico quizás el de La casa de muñecas, una novela que alude a la esclavitud sexual a la que eran sometidas las mujeres judías en los campos de concentración, y que con todo lujo de detalles cuenta tales pormenores.
Otro tema importante es la utilización del LSD con fines medicinales para poder tratar los traumas del protagonista, un debate polémico y para el que la cinta aporta algunos puntos a favor, dado que sin la aplicación de dicha droga es posible que Ka-tzetnik no hubiese podido tolerar físicamente la huella del trauma.
Al final, The Return From the Other Planet termina por ser el reconocimiento del propio mundo y los potenciales de los seres humanos. El camino del autor es un proceso de autodescubrimiento y aceptación de la perversidad de la especie, porque como bien dice 135633, las manos que oprimieron el botón eran tan humanas como las suyas. Así, la obra plantea varios debates y temas vigentes en relación con ese periodo histórico que seguimos siendo incapaces de superar, e invita a visitar la obra de su protagonista, valiosa por retratar sin tapujos la oscuridad de su tiempo.