Sesión doble: Something New (1920) / Woman They Almost Lynched (1953)

Entre la nostalgia y la reivindicación, nos plantamos con una sesión doble especial, heroínas del western, donde destaca el mediometraje Something New de Nell Shipman y Bert Van Tuyle (1920) y Woman They Almost Lynched de Allan Dwan (1953). Os dejamos con la selección a continuación.

 

Something New (Nell Shipman, Bert Van Tuyle)

Nell Shipman, la salvadora de hombres.

Cuando se piensa en el western —el género estadounidense por antonomasia— el imaginario que nos asalta al instante inconscientemente está protagonizado por varones a caballo en paisajes polvorientos marcados por una tragedia de tintes homéricos. Pero no existió una división, ni una omisión femenina tan clara en ese “paisaje fronterizo” por razón de género. La presencia de la mujer ha estado prácticamente desde los primeros balbuceos del género en ese país, ya fuera en la interpretación, como en la escritura de guiones. Lamentablemente, las mujeres con notoriedad en su momento que compartían espacio y profesión con aquellos primeros cowboys como Broncho Billy, Tom Mix o William S. Hart, se fueron diluyendo por diversos factores que merecerían un desarrollo más amplio, para ser arrinconadas al ostracismo junto a sus célebres carreras encumbradas por exitosos seriales en EE.UU., que además escribían y protagonizaban. Pero no sólo la presencia femenina en el western o como heroínas de acción se circunscribía a la ficción; hubo mujeres reales, heroínas del oeste como Calamity Jane y Annie Oakley, que sirvieron de espejo en el que mirarse y así consolidar un rol femenino que se formulaba como algo más que la que quitaba las botas al marido, la que desempolvaba su abrigo, la viuda, la madre de los hijos, la raptada, la prostituta, la que servía whisky, la violada, maltratada o ninguneada.

Pero no fue tanto así. Si bien la aparición de la mujer en el western ha estado normalmente supeditada al varón en sus guiones, hubo ya mujeres en la etapa silente que prefiguraban perfiles más audaces en el western clásico como el de Encubridora, los de Johnny Guitar, Hasta que llegó su hora, Valor de ley u Orgullo (nuestro western español) entre otros. Sí, antes existieron otras heroínas que sirvieron de punta de lanza como las reinas del serial Gene Gauntier (The Girl Spy), Helen Holmes, Ruth Roland o Pearl White, Lillian Gish en The Wind o la forzuda italiana Astrea. Asimismo, detrás de las cámaras, guionistas especializadas en el género como Dorothy M. Johnson o la anterior Betty Burbridge escribieron historias desarrolladas en el western contribuyendo a ese corpus imperecedero, sólido y prolífico en EEUU.

Enlazando con estas guionistas, recalo en Nell Shipman, la productora, directora, actriz y escritora canadiense que creó un arquetipo de personaje insólito e inaudito, estableciendo un ejemplo valeroso para las mujeres que asistían en masa a las salas de cine. Something New inicia con su imagen frente a su máquina de escribir, como si reivindicara lúcidamente un oficio importante en Hollywood que se iría perdiendo, con excepciones como Anita Loos. Esta guionista se queda sin inspiración ante su hoja en blanco tratando de buscarla viviendo experiencias en la frontera con México. Allí será secuestrada por unos bandidos acudiendo su novio al rescate conduciendo un nuevo Maxwell por el abrupto desierto. En principio, en lo que sería un arquetípico guion de la época, la directora acostumbraba a darle la vuelta invirtiendo quién salva a quién a golpe de escritura con pluma feminista y caligrafía disidente. Mediante un giro de guion en el que el novio resulta herido, ella se escapa de sus captores a punta de revólver, huyendo con él a marchas forzadas conduciendo el flamante coche por un paisaje imposible de rocas, vegetación, o cuestas, en el que Shipman hace alarde verdaderamente sin dobles de su destreza al volante.

Un buen tramo de la película está dedicado a esta huida con persecución en la que parece que cada nuevo accidente geográfico constituye no sólo un obstáculo nuevo a superar por un coche casi desvencijado, sino que se convierte en la firme apuesta por exhibir un nuevo tipo de mujer en una sociedad eminentemente patriarcal.

Un modelo a seguir de chica con arrojo, inmarcesible, con iniciativa, que sabe salir de los aprietos en ese ambiente hostil del oeste perseguidos a caballo y esquivando balas. Metáfora de una nueva sociedad a construir con esa dualidad tradición-modernidad simbolizada por la oposición caballo-coche en el oeste americano.

Toda su carrera la enfocó esta mujer polivalente hacia la defensa de lo femenino, hacia la ruptura de moldes tradicionales, trabajando en exteriores, con animales, renunciando a un contrato con el mismísimo Samuel Goldwyn en su afán de seguir independiente. Una rara avis que, como otras muchas heroínas de su época, sufrió un insultante olvido y una gruesa capa de polvo la sepultó en los anaqueles de la historia esperando una segunda oportunidad.

Escrito por Estrella Millán-Sanjuán

 

Woman They Almost Lynched (Allan Dwan)

Con una de las carreras más extensas de Hollywood, Allan Dwan puede considerarse un puente esencial entre sus distintas etapas, y un reputado artesano que demostró su buen hacer desde los inicios de la industria hasta 1961. Muchas de sus primeras obras fueron westerns; y como no pudo ser de otra manera, su carrera volvió a enfocarse con fuerza en el  género en su momento de mayor popularidad durante los años 50. Es en este contexto donde surge Woman They Almost Lynched, un western de serie B, como lo sería su posterior y más reconocida Filón de plata, con algunas particularidades.

Es de destacar la rudeza y la desinhibición con la que se desenvuelve esta película; ambientada en la Guerra de Secesión, su trama introduce una pequeña localidad, Border City, que mantiene una neutralidad declarada. Pero eso no hace del lugar un paraíso en la Tierra, al contrario: su neutralidad se mantiene a base de sangre y el pueblo es un verdadero polvorín de bandidos que se matan entre ellos, uno de los lugares más hostiles del Oeste. Con este panorama llega Sally, una viajera del norte que planea visitar a su hermano, pero que prefiere quedarse en el lugar cuando lo matan, regentando el salón que le perteneció. Sally debe enfrentarse no solo a los prejuicios del pueblo y a su propia falsa imagen de ingenuidad, también a la orgullosa Kate, esposa del jefe de los gángsters locales y una de las personas más rudas y peligrosas del lugar.

Y es que, si algo llama la atención con facilidad de Woman They Almost Lynched, es el papel protagonista, casi absoluto, que tienen las mujeres en ella. Sí hay, por supuesto, personajes masculinos de importancia, tales como Lance, el interés romántico de Sally, el temible Charles Quantrill o incluso un joven Jesse James; pero es en personajes como Sally, Kate o la alcaldesa Delilah en quienes gira la trama y la toma de decisiones. En un género tan tradicionalmente masculinizado como es el western, esta película desafía de frente la asociación constante de su violencia y rudeza características con lo masculino; representando en mujeres los roles que hemos visto decenas de veces: el héroe solitario, el villano sádico, el sheriff implacable. Si Dwan, un año después, aprovecharía para construir una metáfora aguda del macartismo en Filón de plata, aquí vuelve a emplear las bases del género para construir un mensaje social claramente enfrentado a las posturas tradicionales de la época.

Sin embargo, creo que hay algunos peros que conviene discutir, y es que esta cinta sigue estando realizada por hombres de su época y contexto. Sally, Kate o Delilah son personajes femeninos extraordinarios, pero no dejan de ser, de remitir en cierto modo, a estereotipos de la feminidad de los que no pueden escapar ni siquiera con las capas de violencia desinhibida de su contexto. Así, la obra no oculta su simpatía por la visión tradicional de lo que significa ser mujer y que Sally comparte; del mismo modo, Kate no deja de funcionar como un estereotipo entre la ‹femme fatale› y el monstruo pasional, roles típicos de las mujeres codificadas como villanas en el cine clásico. Si acaso, esto nos demuestra que incluso un western de clara inclinación progresista e incluso con importancia como icono feminista es hijo del pensamiento común de la época y de las limitaciones esencialistas de género.

Por ello, creo que hay que problematizar, al mismo tiempo que se admira, su énfasis en la visión femenina de un género construido sobre estándares masculinos. Por ello también, a pesar de todo, me parece que esta obra merece ser vista, disfrutada en su entretenidísima vorágine de emociones empaquetadas con eficiencia en apenas 90 minutos, y sostenida como un fascinante objeto de análisis y discusión; por su audacia, por su compromiso ideológico en un contexto tan poco propicio como el western clásico, y también por sus limitaciones, por lo que no alcanza. Woman They Almost Lynched es tan significativa y valiosa en la era dorada del western como otros títulos más celebrados, y una muestra del enorme alcance conceptual, artístico y artesanal del “género de géneros”, mito fundacional y paradigma del Hollywood clásico.

Escrito por Javier Abarca

 

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