El ser humano lleva muchos años sumido en la búsqueda de su propia identidad. Este camino, plasmado por numerosos artistas y literatos, desde la atormentada Nora Helmer que protagoniza Casa de Muñecas de Ibsen, hasta las Calles de las tiendas oscuras de Patrick Modiano, pasando por ese clásico que es El guardián entre el centeno de J.D.Sallinger, esa ansiedad por conocer al yo interior hasta los más profundo de las raíces ha marcado muchas vidas de personas y personajes.
En tiempo de la globalización, claro, esta búsqueda puede complicarse aun más. Hace años, Asha Miró y Anna Soler-Pont (Guionista de este film) publicaron la novela Rastros de Sándalo, un magno viaje sobre la identidad que pasaba por la India, Barcelona, Cuba o Etiopía. La adaptación cinematográfica que dirige María Ripoll se centra solo en una de las tramas del libro: la de las dos hermanas indias separadas en su niñez que se reencuentran treinta años después.
Aunque los lectores más puntillosos puedan quejarse por el olvido de los otros episodios, la verdad es que es un acierto que permite valorar en profundidad los puntos de vista de ambas. El de Mina, la hermana mayor, que será una reconocida actriz de Bollywood en Mumbai, y el de Paula, o Sita, que fue adoptada sin conocer los detalles de su infancia y vive despreocupada en Barcelona. Cuando Mina consigue localizar a su hermana y se presenta en la Ciudad Condal para el reencuentro, se encuentra con el rechazo frontal de Paula a todo aquello que la hace dudar de la persona que es.
Si hay algo que llama la atención desde el principio es lo bien hechas que están las transiciones entre ambos sitios. Mumbai y Barcelona, Europa y Bollywood, se encuentran y se complementan de un plano a otro sin llegar a chocar en ningún momento. Se aprovecha el multiculturalismo de la ciudad catalana para que los cambios no resulten tan efectistas.
Y es que hay unas cuantas reflexiones interesantes sobre las consecuencias de la globalización. Algunos detalles sutiles, certeros e inteligentes (Se nota que el grueso del equipo de realización es femenino), algunas frases que se quedan en el aire pero son mucho más reflexivas de los que parecen (Los padres diciendo a Paula «En esta época no te habríamos ocultado la verdad sobre tu nacimiento» o Prakash, hablando de su vida entre tres países y comentando «Cuándo pienso en casa, no sé dónde está exactamente»)
Creo que el adjetivo más aplicable a esta cinta es internacional. No ya por la mezcla de Barcelona y Bollywood, ni por un elenco internacional donde conviven actores indios, franceses y congoleños, sino porque demuestra que las raíces condicionan, pero no fuerzan.
A propósito del elenco, pese a contar con intérpretes consagrados como Nandita Das, quizá uno de los grandes peros de la película sea Aina Clotet, que interpreta el personaje principal pero no consigue transmitirnos gran cosa. Alguien debería decirle a la actriz catalana que estar confundido sobre la propia identidad tiene más registro que alejar la mirada de la cámara y poner gesto mohíno. Por suerte para ella, su contrapunto Naby Dakhli en su papel de galán desmañado acude al rescate y consigue dar otro toque a las secuencias, en general a mejor.
La historia, aunque bonita, puede resultar un poco larga para lo que quiere contar. Pero tanto la idea subyacente, como los planos que muestran los dos mundos de Mumbai y Barcelona, cada uno con su propia belleza, o los puntos de entendimiento de las culturas del mundo que aquí se entrecruzan. Al final es Barcelona con un toque de Bollywood, y eso, cuanto menos, es curioso de ver.