Hipótesis. Esa es toda la información que obtendréis aquí.
Sabemos, antes de empezar a ver Profanación, que se trata del segundo caso al que se enfrenta el Departamento Q, el cual está formado por el policía Carl Mørck y su compañero Hafez al-Assad (cuyos actores están ahora mismo en la cartelera con El niño 44). Profanación es la continuación de la película Misericordia (2013), primera parte de la saga protagonizada por Mørck —hay un tercer film rodándose en estos momentos y con estreno previsto para 2016— y que acababa donde ahora empieza esta segunda. Si Misericordia sirvió para conocer a sus protagonistas, Profanación se adentra de lleno en el misterio, aunque nunca abandona los guiños a su antecesora.
Sabe el director, Mikkel Nørgaard, y los productores, que cuando algo funciona, lo mejor es no tocarlo. Lo bueno de aquella, la intriga, los viajes en coche, las entradas en casas ajenas, la personalidad destructiva de nuestro detective favorito (de nacionalidad danesa por lo menos), sigue presente. Aunque he echado de menos a su mejor amigo, que aquí no hace acto de presencia, y eso que me pareció que, con su corto papel en Misericordia, tenía bastante potencial, sobre todo en cuanto a su relación con Mørck se refiere.
Sé que si has visto Misericordia y te gustó, Profanación no te decepcionará y creo que hasta es probable que llegue gustarte más. Tiene un guión bien equilibrado —firmado por el guionista de Millennium— que, con alguna referencia a la primera parte, hará las delicias de sus seguidores, sin que con ello se impida a los neófitos disfrutar de la trama y el misterio principal con normalidad. En este caso se hace más hincapié en la condición humana, en su naturaleza, en lo diferente que es cada ser humano, en la diferencia que se da entre la persona cuando se encuentra en su casa en contraste con su forma de ser mientras está fuera de ella. Lo que no se ve y lo que se ve. Esa superioridad moral, o inferioridad mental, que hace creer a una persona que vale más que otra por el simple hecho de tener más o de juntarse con la gente adecuada.
Sabes que esto es, en el fondo, como leer una serie de libros o una serie de televisión, no sólo atrae el entretenimiento, sino también la idea de conocer cada vez más a los personajes principales, pues si estos te resultan interesantes, cabe la posibilidad de que cada nuevo episodio suponga un nuevo aliciente para ti. Si estos elementos te suelen atraer (seguir las aventuras de unos personajes concretos, conocer sus vidas poco a poco mientras realizan su trabajo, ver cómo evolucionan individualmente o se desarrollan las relaciones entre ellos), no cabe duda de que esta no sólo es tu película, sino también tu saga, más incluso si te sentiste un poco vacío tras el fin de la saga Millennium, pues se busca aquí una especie de similitud estética (con planos aéreos de coches conducidos entre la arboleda, por ejemplo).
Saber, eso sí, cómo se resolverá este caso, dependerá únicamente del espectador, de su predisposición para dejarse llevar durante las escasas dos horas de metraje. Porque ya lo mencionaba hablando sobre Misericordia: la frialdad escandinava, la facilidad con que nos muestran las bajezas de la riqueza, las diferencias entre la maldad y la locura, el rencor, o su capacidad para crear personajes recurrentes con encanto, acaban por convertir la obra final en algo más que interesante, algo más que ameno.
Sabiendo todo esto, toda la información necesaria que convierte un misterio en suspense, sólo queda dejarse llevar a través de la película; como seguidor, tú, de las intrigas, es más que posible que disfrutes con las imágenes de Profanación. Y además, tal y como ya ocurría en la anterior película, aquí se sigue manteniendo el detalle de que fumen mucho y beban aún más café, porque en este caso encima sabe bien, el café, gracias a la llegada de una nueva secretaria que, sin aparecer excesivamente en pantalla, se ganará nuestro aprecio.
Ya sabéis lo que se dice: Café y cigarro, caso cerrado.
y donde se pueden ver con sub en spanish