El cine argentino ha tenido en la comedia a uno de los géneros con mayor preferencia de públicos, sobre todo a nivel local, y más si su enfoque gira en torno a tradicionales populares. En este sentido, se puede deducir que la idea de Juan Taratuto, al dirigir Papeles en el Viento, fue que la cinta tuviera resonancia taquillera por las constantes temáticas incorporadas y por la conformación de un elenco de actores muy conocidos en el país sudamericano como Pablo Echarri, Diego Torres, Diego Peretti y Pablo Rago.
La película trata sobre la amistad de cuatro personas, o más bien de cuatro hinchas de un mismo club de fútbol, aunque también relata la manera de hacer un negocio irregular, además de enfocar la historia de un padre de familia que muere y sus amigos deciden ayudar a su hija…. en fin, Papeles en el Viento se sustenta o se distrae en varias tramas sin alcanzar una consistencia argumental.
Lo que sí es un hecho, es que busca provocar emociones en el espectador a través de destacar la importancia de la amistad y la nostalgia de tiempos vividos. Basa mucho su contenido en esquemas costumbristas, en donde el fútbol y su entorno parecen ser el conducto principal, pero se lo conduce desde varias situaciones que derivan en confusas percepciones sobre el mensaje que quiere resaltar el filme.
A manera de una sinopsis corta, se puede comentar que Papeles en el Viento cuenta cómo tres amigos quieren honrar la memoria de otro compañero fallecido otorgando bienestar económico a su pequeña hija y, para ello, aplicarán una manera muy irregular y extraña de negociar el pase de un jugador de fútbol.
El guión de la cinta posee algunas fisuras que impiden un nexo efectivo entre escenas e historias, por ejemplo, los flashback que utiliza para abordar etapas de la vida del difunto amigo no están bien conectados con un hilo argumental y, tal vez, allí radica el problema de alcanzar con eficacia el grado de emotividad que el filme se esfuerza en lograrlo.
Además, hay fugaces apariciones de situaciones familiares de los personajes principales que, en la globalidad de la historia, no guardan un sentido o razón de ser para su incorporación, constituyéndose en elementos de relleno que dejan incógnitas más que certezas. Por esto es que las actuaciones secundarias parecen estar de más, y sólo parecen servir para ratificar características de la personalidad de los actores principales.
La efectividad de la película se sitúa básicamente en algunos diálogos que posee y que, en realidad, soportan todo el interés de la trama. Los mismos están llenos de fuerza, de particulares estilos, denotan ser genuinos y sustentan la parte cómica de la cinta y la torna agradable.
Haciendo referencia a la comicidad del filme, ésta se fundamenta en las peripecias que realizan los protagonistas para consolidar un engaño que les permita vender a una dizque promesa deportiva a un precio muy alto, utilizando la denominada viveza criolla. La historia y los mecanismos de concreción de este embrollo llegan a rayar lo fantasioso, aspecto que no estaría mal si la cinta, en su conjunto, se limitaba a ir por el andarivel cómico. No obstante, la compaginación, no muy bien estructurada, con aspectos dramáticos, como un estado de enfermedad terminal, el desconcierto de una viuda, la orfandad de una niña, etc., hace que la película carezca de consistencia y se pierda entre dos horizontes, sin poder descifrar cómo hacerlos convivir en un mismo espacio fílmico.
Papeles en el Viento es una propuesta cinematográfica que hay que saber ubicarla en una determinada corriente estética de distracción momentánea para no involucrarla con otro tipo de propuestas fílmicas argentinas más elaboradas.
La pasión está también en el cine.