Semana con menos microcríticas de lo habitual patrocinada por Renfe (que hizo claudicar a un servidor de poder llegar al pase de El bosc), pero no por ello menos recomendables sus títulos. Mientras de lo nuevo de Audiard con su De óxido y hueso se ha hablado por activa y por pasiva, ya sea por el ‹tour de force› realizado por Cotillard, o por una película tan dura como humana, también hay que recordar El molino y la cruz, que dirige Lech Majewski y encabeza Rutger Hauer para dar vida al pintor flamenco Pieter Bruegel, cuya pintura cobra la máxima expresión en la gran pantalla y un trabajo de lo más particular que a buen seguro agradará a los seguidores del autor y de films más reposados o de ritmo más moroso.
De óxido y hueso
«Todo ello, lo retrata Audiard sin necesidad de ‹crescendos› dramáticos, ni de forzar situaciones que atienden a la verdadera naturaleza de sus personajes.»
Crítica completa de De óxido y hueso
El molino y la cruz
«La película es una proeza visual inspiradora y seductora que transgrede las imágenes y los diferentes puntos de vista de la narración, entremezclando con gran éxito el cine, la fotografía, el arte de la pintura, el teatro y la literatura.»
Crítica completa de El molino y la cruz