Kevin Macdonald es de ese tipo de directores peculiares que, si bien ostentan cierta fama y prestigio, dan la impresión de ir dando tumbos de un lado para otro sin que sepamos con exactitud qué les mueve a ello. O quizá es precisamente ese caché el que actúa como un amortiguador a la hora de llevar a cabo una serie de proyectos que en apariencia poco tienen que ver con su naturaleza. En el caso del director escocés, parece que se ha valido de su justa reputación en el ámbito del documental (desde Un día de septiembre hasta la reciente Marley pasando por Tocando el vacío), donde casi todo lo que ha dirigido se ha llevado aplausos, para dedicarse por el camino a la adaptación cinematográfica de diversas novelas. Su debut en el largometraje de ficción con El último rey de Escocia fue un éxito, pero ni con La sombra del poder (thriller periodístico con bastante más de lo primero que de lo segundo) ni con La legión del águila logró repetir elogios.
Ahora Macdonald intenta una nueva excursión en este terreno con Mi vida ahora (How I Live Now), película que se estrenó hace un año en medio mundo pero que hasta ahora no llega a nuestro país, cosa extraña si tenemos en cuenta lo conocido del director y la creciente notoriedad que está logrando su protagonista, una Saoirse Ronan siempre cumplidora en sus papeles. En esta ocasión interpreta a Daisy Elizabeth, una chica estadounidense que va de vacaciones a casa de sus primos en Reino Unido justo en mitad de una fuerte tensión por el terrorismo. Al cabo de los días los nervios se disparan y estalla el conflicto bélico, por lo que Daisy y su familia tendrán que sobrevivir a toda costa.
Ciertamente, se explica bastante poco sobre las causas de tal disputa armada, ya que se van dando ideas sueltas como “terrorismo” o “fascismo” pero nunca queda claro cuál es la base del problema. Sin embargo, no se puede considerar esto como algo negativo ya que está hecho con toda la intención del mundo: Macdonald utiliza las veleidades militares como un mero fondo de pantalla, quiere que dirijamos la vista a lo realmente importante del relato como es ese carácter y esa lucha por la supervivencia que los más débiles tienen que sacar en un momento así. De igual manera, sólo vemos los rostros de los militares y terroristas cuando la escena así lo requiere, ya que ellos no son en absoluto los protagonistas.
Hablando de protagonismos, tampoco es extraño que Saoirse Ronan salga en pantalla durante casi todo el metraje, desde la primera escena a la última resulta muy difícil recordar algún momento en el cual la actriz neoyorquina no estuviese presente en la acción. Pese a esta obicuidad, no es una película que le exija demasiado en materia actoral, aunque para ser justos hay que realizar una valoración positiva de su papel, ya que también podía haber sido fácil desentonar en ciertas escenas algo acarameladas. Encontramos aquí uno de los problemas de Mi vida ahora, quizá el principal: la obsesión por colar una historia de amor como sea posible. Si bien en su conjunto no se puede tachar a la obra de pastelosa o poco cruel (hay sangre en pantalla y el ambiente general es sombrío), sí resultan llamativos varios pasajes en los que Daisy intimida con el joven Eddie de una forma tan sensiblera que cercena cualquier atisbo de credibilidad en este aspecto. No ayuda nada a que este Eddie posea un carisma bastante escaso, circunstancia que se puede aplicar al resto de personajes sea por su propio perfil o por la irregularidad con la que están representados (el Isaac de Tom Holland pierde demasiado protagonismo y eso se nota para mal en cierta escena del final).
Interesante pero algo irregular este último proyecto de Macdonald. Mi vida ahora sabe representar de manera sobresaliente una ambientación bélico-apocalíptica y la intención de centrarse en la gente no combatiente descuidando cualquier consideración política es más que loable, pero su guión va desfalleciendo durante la segunda mitad de la película y al final queda la sensación de que el envoltorio posee mucha más calidad que el contenido. Quizá haya llegado el momento de que Macdonald escriba un guión para la ficción como ya ha hecho en varios de sus documentales y deje de lado las adaptaciones literarias, aunque tal cosa tendrá que esperar… Por fortuna, ya que lo próximo que va a estrenar es Black Sea, película de submarinos escrita por Dennis Kelly. Sí, el creador de la grandiosa Utopía.