En su ópera prima el famoso guionista de Jacques Audiard realiza una película que indudablemente recuerda al Western que en 1956 realizó John Ford, Centauros del desierto. Su planteamiento inicial es prácticamente el mismo, una hija de un matrimonio francés se escapa para perseguir a su novio musulmán. La hija, Kelly, no avisa a nadie y emprende la huída, lo que conlleva la búsqueda de la familia. Que la acción empiece en un encuentro de amantes del estilo de vida del Oeste americano evidentemente no es casualidad y recalca aún más que el ahora director además de guionista Thomas Bidegain bebe de la obra de Ford.
En ese instante empieza otra película, cuando el padre de Kelly emprende una búsqueda interminable e infatigable por todos los lugares habidos y por haber, una obsesión parecida a la de John Wayne y que le llevará a sacrificar su vida, en especial la relación con su esposa. Alain, el padre, nos introduce en un mundo perverso y muy turbio, y a instancias de la policía va rebelando datos y yendo de un sitio para otro. Otro hecho que la emparenta con la de Ford es que la búsqueda de la hija/hermana no la realiza solo el padre, a él se le suma el hijo y hermano de la desaparecida, lo que le da otro punto de vista muy interesante y que sumado a la elipsis que hace de varios años le da, si cabe, mucha más profundidad a los personajes —podemos ver a un padre avejentado con los años y con una mirada mucho más dura y rencorosa—.
A partir de ahí, y con el buen material que posee Bidegain entre manos, a mi juicio la película intenta abarcar demasiado y se pierde un poco entre tanto giro de guión. Por sí misma la indagación es muy interesante y Bidegain le coge el punto perfectamente, mostrándonos unos personajes muy sugestivos como el del padre, o los diferentes amigos que van chivando información, así como los lugares que va mostrando llenos de turbación, y todo ello acompañado de un tono y un pulso en la narración a mi parecer bastante seductor, pero por ciertas cosas se empaña. O bien por hechos que rompen por completo la historia o por la introducción de un personaje femenino que detiene el ritmo y cambia el tono. A partir de esas situaciones la película rompe y se convierte en otra cosa. Quizás ese último giro o cambio de tono (como los 3 o 4 que posee la cinta) son los que no consigo ver con buenos ojos y hacen que el camino trazado que llevaba la película se bifurque y no se acabe uniendo todo como parecía, de hecho se parece más a un serial que a una película en sí y deja algunas cosas abiertas o sin profundizar.
Otro aspecto que me gustaría comentar es las distintas ocasiones en que se ven en televisores los diferentes atentados que han ocurrido en las últimas décadas. Desde el atentado contra las Torres Gemelas pasando por el de Atocha en Madrid el fatídico 11M. Es curioso y no sé si premeditado que como aspectos que tiene el islam solo aparezcan atentados en la televisión o demás actos bárbaros que presenciamos durante el metraje y contrasta con las pocas cosas buenas que tiene el islam y que en este film no vemos, incluido el hecho de que se lleven a tu hija y la conviertan a su religión.
Hacer una ópera prima no es nada fácil, pocos genios a lo largo de la historia del cine han hecho de su primer film algo fabuloso o digno de admiración absoluta. Les Cowboys, por desgracia, no entraría en ese «hall of fame» pero tampoco caería en el otro lado, podemos ojear personalidad en su película, quizá debida a que el guión es también suyo, pero lo que no podemos decir es que no sea valiente, para mí al menos lo es, sobre todo por la magnífica forma que tiene de cerrar la película y que mejora bastante lo que a mi juicio había destensado anteriormente.