Matt and Mara (Kazik Radwanski)

En un primer momento resulta hasta natural que ciertas dudas aparezcan tras el visionado de Matt and Mara. Básicamente ¿Cuál es el propósito de esta película? ¿Qué se esconde tras tanta inconcreción? La respuesta aparente es la nada más absoluta. Y es que ante tanta divagación, diálogos que no van a ninguna parte y una historia que podemos calificar como mínima hasta el punto de ser difícil hasta de leer entre líneas, lo que queda es una cierta desazón, no tanto por el tono del film, como ante la sensación de absoluta pérdida de tiempo.

La verdad es que, sin embargo, tras un cierto de reposo, sí se atisban las intenciones de Kazik Radwanski tras la cámara. Mostrar un retrato llamémosle generacional al respecto justamente del desconcierto. Personas perdidas en lo vital, a pesar de tener una vida laboral y emocional aparentemente consolidada, y que entre un cierto hastío y aburrimiento luchan por decidir cuáles son sus sentimientos. En definitiva, una película acerca de la inacción y la espera de que la vida pegue un volantazo sin saber muy de dónde procede.

En este sentido, Matt and Mara funciona como una versión ‹low-fi› de lo que sería una tensión permanente. Un tira y afloja de baja intensidad donde cada parte integrante de la situación dibuja en miradas y silencios lo que no se verbaliza. Todo ello podría haber desembocado en una “dramedia” situacional con un toque irónico “hitchcockiano”. Nada más lejos de ello. En su lugar asistimos a un desarrollo moroso, con diálogos poco interesantes y una sensación de hastío que sí, compartimos con los protagonistas, pero no en el sentido que presuntamente buscaba.

Más allá de eso, y de un enfoque formal rutinario en la tradición del indie arquetípico, resulta muy difícil empatizar ante unos personajes profundamente odiosos. Personas que se sienten como de otro planeta ensimismados en lo que vulgarmente se conoce como “dramas del primer mundo”. Esto, que podría parecer baladí, no deja de tener una afectación real. ¿Cómo empatizar con unos problemas tan lejanos y mal dibujados? Difícil hasta el punto de que uno no sabe si son reales o, en caso de que lo fueran, no importan lo más mínimo. Y así, a pesar de su ajustado metraje, asistimos a una suerte de relación amistosa o de amor (presuntamente) que queda permanentemente anclada en el mismo sitio. No importan si las mini-elipsis temporales, el punto de partida y el punto final es exactamente el mismo. Como la fábula de la tortuga y la liebre pero como si hubieran decidido no correr.

Matt and Mara es pues un ejercicio fallido sobre los bloqueos emocionales. Y no, no se necesitan personajes histriónicos o muy habladores a lo Woody Allen para que funcione. Sencillamente lo que falta aquí es algo tan simple como humanidad, alma. En su lugar, se nos presenta una especie de borradores de aquello similar a un ser humano, a los que se les intuye algo parecido a los sentimientos. En cierto modo, por paradójico que parezca, es lo mas consecuente del film: presentar un esbozo de relación para un producto que parece un esbozo de película no completada.

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