Después del éxito cosechado por La once (2014), Maite Alberdi vuelve con un largometraje titulado Los niños, donde refleja la vida de un grupo de adultos con Síndrome de Down, que siguen siendo tratados como niños por una sociedad que no les permite ser independientes y tomar las riendas de sus vidas. En el pasado la esperanza de vida de las personas con Síndrome de Down era de 25 años, pero en la actualidad es de 60 años, pero la sociedad no ha comprendido esta realidad, que es escondida en el cajón. Los padres quieren seguir cuidando de sus hijos, pero posiblemente ellos sobrevivan a sus padres y necesitaran seguir su vida por sí mismo. Los diferentes personajes de la película comienzan a enfrentarse a esta situación, en la que quieren comenzar a ser adultos, pero su entorno y las condiciones económicas se lo impiden.
Maite Alberdi consigue invisibilizar la cámara, consiguiendo gran naturalidad en los personajes. La película refleja una relación muy personal con los personajes, se muestra el amor con el que se ha trabajado el proyecto. La idea de hacer esta película cuenta la directora, que surge de la relación que ha tenido con su tía con Síndrome de Down y la preocupación que existía en la familia, sobre que pasaría con ella cuando su madre no estuviera. Con gran paciencia Maite Alberdi trabajó durante 2 años con estas personas, hasta empezar a captar esos momentos presentes en la película. La película consigue romper con muchos de los estereotipos que existen en la sociedad, como el pensar que todos son buenos. Maite Alberdi muestra como cada uno de ellos tiene su propia personalidad, tienen intereses varios, actitudes distintas y sueños diferentes. La película está cargada momentos de humor muy divertidos, aunque la realidad que plasma es muy triste, vemos como los personajes luchan y se enfrentan para intentar conquistar su independencia, pero les pagan una miseria con la que les es imposible cumplir sus sueños.
Uno de los recursos utilizados por Maite Alberdi es desenfocar a todas las personas que no tienen Síndrome de Down, entiendo este recurso como un intento de darles el protagonismo absoluto a estas personas, centrando la mirada por primera vez en ellos por completo. Pero el recurso no es utilizado en todo momento, en varias ocasiones si se enfoca a una persona que no tiene Síndrome de Down, esto genera desconcierto. Si te impones un protocolo, pero lo rompes, puede llegar a parecer “gratuito” el uso del desenfoque. Pero a pesar de esto, la película consigue centrar la mirada en ellos y en las injusticias a las que se enfrentan: el hecho de que no les permitan contraer matrimonio sin la autorización de los padres, que le paguen una miseria por el mismo trabajo que otra persona sin Síndrome de Down y que no se busquen alternativas para garantizar que estas personas puedan desarrollar sus vidas con normalidad. Esta película puede hacernos abrir los ojos, para que la sociedad entienda que no está tratando con niños sino con adultos.