Supongo que ya os habréis dado cuenta, pero en Cine Maldito no somos muy amigos de cagarnos las cintas y hacer críticas destructivas y graciosas a su costa. Sí, sabemos que esas son las más vistas e incluso suelen ser más fáciles que, por ejemplo, hablar de una cinta que te ha dejado indiferente y de la que no sabes que resaltar.
No nos aporta nada, la verdad. En honor a la verdad habría que decir que todos aquí tenemos cuenta en Filmaffinity y allí es otro cantar. Allí escribimos como cuando hablamos en una taberna de piratas, bucaneros o ladrones y lo maravilloso del invento es que lo mismo te da por hacer una crítica en verso que otra con dibujitos. Creatividad a tope, vaya (de hecho, lo mejor que hemos hecho nunca por esa página son todas las críticas de Bambi Meets Godzilla. Echadles un vistazo en orden de publicación, es acojonante, jejejeje, autobombo off).
La semana pasada estuve en Sevilla para el festival. Ya escribiré una entrada sobre el festival, su programación y anécdotas varias que incluyen a una taquillera, pues el festival estuvo muy bien. Aunque hubo algunas películas que me parecieron horribles. Y no pensaba hablar nada de ellas, porque para decir clichés y estupideces sobre unas cintas que ni siquiera me han gustado no merece la pena perder mi tiempo ni el vuestro. Así que he decidido enfocarlo de otra manera.
Sí, vamos a hablar de esas películas que me han parecido lo puto peor visto en mucho tiempo, pero me voy a esforzar y sólo voy a decir cosas positivas de ellas, resaltando sus virtudes. Vosotros las leeréis sabiendo lo que en el fondo opino de ellas, y ya juzgaréis si pintan bien o no.
Vamos a jugar. Empiezo:
1 — Leviathan (2012, Lucien Castaing-Taylor, Verena Paravel)
Ganadora ‹ex-aequo› al mejor documental, Leviathan es una propuesta tan valiente como diferente. Filmada con doce cámaras situadas estratégicamente por todo el barco, incluyendo los rincones más inimaginables e inaccesibles, seguimos el día a día cotidiano de un barco desde la madrugada hasta el alba mientras pesca toda clase de peces. Lo primero que llama la atención es la libertad del encuadre y las pocas ataduras que se permiten en cuanto a la composición del plano. Asimismo, los sonidos humanos han sido tratados para resultar inteligibles y centrarnos de ese modo en el resto de sonidos (o incluso adaptando el punto de vista de un pez), haciendo cobrar importancia a la interacción entre la máquina, el ser humano y la naturaleza.
2 — It Looks Pretty From a Distance (2012, Anka Sasnal, Wilhelm Sasnal)
La pareja de videoartistas formada por Anka y Wilhelm construyen una obra que huye de los convencionalismos narrativos para tratar la sinrazón y el odio de una comunidad y su progresiva desintegración por la codicia humana. En blanco y negro, con unos diálogos mínimos y con un tempo calmado pero que deja respirar la asfixia de los personajes que pueblan la obra, donde la violencia no parece nunca tener un nacimiento o una muerte lógica.
3 — Gebo et l’ombre (2012, Manoel de Oliveira)
Al final de la obra resulta sorprenderte darse cuenta de que Oliveira ha hablado en la hora y media que dura su película de la crisis que asola Europa. Con una buscada teatralidad fingida, el veterano director nos presenta un filme donde una familia hace auténticos malabarismos para llegar a fin de mes y de que, tras un robo, serán ellos los encargados de pagar lo que se ha sustraído. Uno no puede dejar de pensar en toda la historia como en una metáfora de lo que vivimos ahora en este continente que parece desmoronarse por momentos.
Con largos planos fijos, huyendo de los movimientos de cámara y con unos actores que demuestran a la perfección su oficio, la cinta se crea en esas relaciones insanas entre los personajes, donde es imposible resaltar a alguien por encima del resto.
4 — Knifer (2010, Yannis Economides)
Este año en Sevilla hemos podido disfrutar de una auténtica ola negra y canto al pesimismo por parte del nuevo cine griego. Knifer sigue la vida de un hombre que se acerca a la mediana edad y que poco o nada ha hecho e la vida. De pronto se le ofrece la oportunidad de una vida. Para ello sólo tiene que cuidar de los perros de su tío, un hombre metido en asuntos turbios y con problemas con una banda albanesa que opera en Atenas. Con el tiempo, nuestro protagonista decidirá aspirar a más, aunque para ello tenga que olvidarse de la moral y la ética.
Con negrísimos toques de humor que salpican todo el relato se hace un retrato desolador sobre la degradación moral existente en Grecia, donde el único modo de avanzar parece ser pisotear a los demás y no sentir remordimientos.
En fin, este ha sido el breve repaso de esas películas que me han parecido cuanto menos, fallidas. No consigo hablar mucho de ellas porque tampoco tengo muy claro como enfocar mis comentarios sin parecer un Boyero de la vida.
Si no se está de acuerdo, rogaría que pusierais comentarios sacándome de mi error. Va sin ironías, ya que yo no he sacado nada de ellas más vale que venga alguien a iluminarme, en el mejor sentido de la palabra.