Lo mejor de 2023… tops individuales de la redacción

2023 no queda tan lejano, ¿verdad? En plena época de premios otorgados entre responsables de la industria, nosotros encontramos un hueco para hablar de lo mejor del año desde nuestro personal punto de vista, porque para entender nuestro top colectivo es imprescindible pasearse por las preferidas de cada uno de los malditos. Un año más, a través de estrenos comerciales, acceso a festivales y plataformas online, nuestros compañeros eligen su top 10 para descubrirnos pequeñas rarezas y subrayar algún imprescindible del año. No os perdáis las listas de algunos de los responsables del top colectivo:

 

Adrià Allande

Este año, para nuestro cine, con el descubrimiento de Estibaliz Urresola y Laura Ferrés, así como de la encantadora Robot Dreams de Pablo Berger —quien está nominado a los Óscar como mejor película de animación—, debemos sumarle la vuelta a la gran pantalla de Víctor Erice. Todas ellas son películas de alto calibre, fantásticas, reflexivas y con una coherencia maravillosa. Sobresale, claro está, Cerrar los ojos del director vasco para quien, aunque pasa el tiempo y ya cuenta con más de ochenta años, no disminuye ni un ápice su calidad. Sin embargo, para mí, la película más diferencial de este año es La chimera de Alice Rohrwacher, quien con Lazzaro feliz ya nos anunciaba un nuevo paradigma, la estela de un cine que parece arrancado de las letras de Italo Calvino, Juan Rulfo y Gabriel García Márquez, pero que ahora, con esta última, va más allá y se consagra en una suerte de encantamiento.

  1. La chimera (Alice Rohrwacher)
  2. Cerrar los ojos (Víctor Erice)
  3. Fallen Leaves (Aki Kaurismäki)
  4. 20.000 especies de abejas (Estibaliz Urresola Solaguren)
  5. Anatomía de una caída (Justine Triet)
  6. El chico y la garza (Hayao Miyazaki)
  7. Vidas pasadas (Celine Song)
  8. Robot Dreams (Pablo Berger)
  9. La imatge permanent (Laura Ferrés)
  10. Samsara (Lois Patiño)

 

Agus Izquierdo

Un año con mucho cine siempre es buen año, pero no todo ha de depender de la cantidad. En el caso de este 2023 yo lo he comprobado porque, a la hora de elaborar las dichosas pero necesarias listas (ya se sabe que las carga el diablo), he sufrido sacrificando títulos que he tenido que excluir por una simple cuestión de espacio. A nivel comercial, quizá se haya notado el desgaste de grandes maestros: la última excursión postcolonial de Scorsese no me ha acabado de convencer, como tampoco lo han hecho las reapariciones de Scott y su escandaloso Napoleón, o el asesino de Fincher en la tibia The Killer. También les confieso que no me ha cambiado la vida el duelo de titanes estival de “Barbenheimer”, que considero más fenómeno que cine. Voy a dar gracias a las grandes sorpresas de 2023 (Trenque Lauquen, Godland o la polémica Skinamarink); y brindo por Kaurismäki y Fallen Leaves, que nos demuestran que las grandes historias siempre perdurarán. Me quedo con eso y con las grandes promesas cinematográficas que llegarán este 2024, las que ya conocemos y las que aún no.

  1. Trenque Lauquen (Laura Citarella)
  2. Godland (Hlynur Pálmason)
  3. Fallen Leaves (Aki Kaurismäki)
  4. En lo alto (Hong Sang-soo)
  5. Samsara (Lois Patiño)
  6. La hija eterna (Joanna Hogg)
  7. Robot Dreams (Pablo Berger)
  8. Godzilla: Minus One (Takashi Yamazaki)
  9. La belleza y el dolor (Laura Poitras)
  10. Skinamarink (Kyle Edward Ball)

 

Alberto Mulas

El año 2023 no tuvo lógica, solo contrastes. De la montaña al mar, de EEUU a Japón y desde una calidez vertiginosa a la frialdad. Entre despliegues de traumas, pasiones y arrepentimientos, he visto un impresionante arco dramático lleno de perspectivas y segundas oportunidades que no siempre llegan a buen puerto, pero a veces sí. Entre los sentimientos de culpa y los tabúes que abren y cierran la lista, queda algo de optimismo en las manos de Ernest y Celéstine (siempre entrañables), gracias también al poder de la amistad en una sociedad en la que no siempre se encaja (Aisha y La mala familia), en la que se vive en una eterna búsqueda de identidad (Retorno a Seúl), con un nivel de intensidad (Decision to Leave) que puede ser gratificante o derivar en la locura (Alma Mahler, la pasión). La vida a veces nos sorprende por su peculiaridad (Medusa Deluxe), pero es tan absorbente que hasta puedes acabar cansado de ti mismo, del nivel de exposición y la necesidad de generar interés en un mundo repleto de anónimos con un perfil social (Sick of Myself). Hasta el punto de pensar en ti como un gran Monstruo que seguramente no llegue ni a Creatura. ¡Feliz 2024!

  1. Monstruo (Hirokazu Koreeda)
  2. Decision to Leave (Park Chan-wook)
  3. El viaje de Ernest y Célestine (Julien Chheng, Jean-Christophe Roger)
  4. Aisha (Frank Berry)
  5. Medusa Deluxe (Thomas Hardiman)
  6. Sick of Myself (Kristoffer Borgli)
  7. Retorno a Seúl (Davy Chou)
  8. La mala familia (Nacho A. Villar, Luis Rojo)
  9. Alma Mahler, la pasión (Dieter Berner)
  10. Creatura (Elena Martin)

 

Àlex P. Lascort

Quizás lo más destacado en este 2023 cinematográfico haya sido el regreso de la audiencia a las salas, aunque sea por unos productos tan sumamente dudosos como Barbie o Oppenheimer. Al fin y al cabo, la buena salud del cine no se puede medir solo por la calidad de la producción sino también por que films despiertan interés entre el público. Sí, no podemos olvidar que el cine no deja de ser un instrumento mágico que necesita ser visto para obrar milagros.

Y es que, como bien se nos dice en Cerrar los ojos, no solo hay que ser creyente, hay que ser practicante. Y sí, a pesar de un panorama que se ha movido entre lo mediocre, lo formulaico (incluso dentro de lo independiente o de género) y lo intrascendente, siempre nos quedaran pequeñas perlas para creer. Para todo lo demás yo también me sumo a Erice y decido practicar, cerrar los ojos y soñar.

  1. Fallen Leaves (Aki Kaurismäki)
  2. Trenque Lauquen (Laura Citarella)
  3. Los delincuentes (Rodrigo Moreno)
  4. The Quiet Girl (Colm Bairéad)
  5. Cerrar los ojos (Víctor Erice)
  6. Decision to Leave (Park Chan-wook)
  7. Creatura (Elena Martín)
  8. Upon Entry (Alejandro Rojas, Juan Sebastián Vasquez)
  9. Anatomía de una caída (Justine Triet)
  10. Los hijos de otros (Rebecca Zlotowski)

 

Cristina Ejarque

Ahora que he parado para recapitular el 2023 cinéfilo, me he dado cuenta que no han sido los estrenos comerciales (y autorales) los que más han quedado retenidos en mi memoria, ni tan siquiera en la retina, teniendo en cuenta que algunos de los títulos que hemos destacado como grupo no he alcanzado a verlos. Pero sí hay muchos trabajos pequeños, sobre todo liderados por debutantes, que han resultado tremendamente inspiradores. Rebuscando en festivales y estrenos que duran un suspiro en cartelera, sin despreciar a esos directores y directoras imponentes que siempre saben acertar en su forma de expresarse, he salido de mi error al pensar que este año no hubo películas geniales o inspiradoras. Existen. Las hay divertidas, rompedoras e incluso aterradoras (cuando el término parece una causa perdida), dramas que no sé si sería capaz de volver a experimentar o guiones tan bien llevados con mínimos recursos que no se pueden más que aplaudir. Este año también se celebra el cine desde el malditismo, eso sí, en orden aleatorio.

  1. Hostile Dimensions (Graham Hughes)
  2. Viejos (Raúl Cerezo, Fernando González Gómez)
  3. You’ll Never Find Me (Josiah Allen, Indianna Bell)
  4. La espera (F. Javier Gutiérrez)
  5. Upon Entry (Alejandro Rojas, Juan Sebastián Vasquez)
  6. Nunca llueve en California (Jamie Dack)
  7. Increíble pero cierto (Quentin Dupieux)
  8. El fantástico caso del Golem (Burnin’ Percebes)
  9. Sobre todo de noche (Víctor Iriarte)
  10. Anhell69 (Theo Montoya)

 

Estrella Millán Sanjuán

2023 fue el año del reestreno de versiones remasterizadas de obras maestras irreductibles portuguesas (en España fueron realmente estrenos) los dos primeros meses. Deleitarme con Os Verdes Anos (1963) de Paulo Rocha y O Sangue (1989) de Pedro Costa, constituyó un placer agridulce en esos inicios del año reflexionando sobre la deriva del cine contemporáneo, cuando echas la vista atrás y esa ‹saudade› por una época en que abundaban productos incontestables me resulta cada vez más habitual. Pero esa añoranza se fue disipando conforme iba descubriendo las apuestas que me iban llegando por distintas vías en el transcurso del año. Marcado por la debacle progresiva de Hollywood es reconfortante encontrarse con el cine argentino independiente, con el siempre luminoso y arriesgado grupo El Pampero o producciones “menores” como las de Serie Gong Argentina, que siempre acierta con su cine alternativo.

En nuestro país también se han encontrado propuestas al margen de lo comercial de gente con talento que propone historias menos habituales, muy atractivas visualmente, con temáticas originales o frescas que merece la pena difundir para que nos creamos que existe “otro cine español” que trae premios internacionales, aunque aquí esté más invisibilizado. También reconforta la presencia de directores consagrados y maduros que no fallan como Aki Kaurismäki, Nanni Moretti o Rita Azevedo fusionados con algunos más jóvenes con los que encontrarán su relevo generacional.

  1. Trenque Lauquen (Laura Citarella)
  2. Fallen Leaves (Aki Kaurismäki)
  3. El sol del futuro (Nanni Moretti)
  4. No esperes demasiado del fin del mundo (Radu Jude)
  5. Godland (Hlynur Pálmasson)
  6. El trío en mi bemol (Rita Azevedo)
  7. Amigas en un camino de campo (Santiago Loza)
  8. Aqueronte (Manuel Martín Rivas)
  9. Notas sobre un verano (Diego Llorente)
  10. The Urgency of Death (Lucía Seles)

 

María Verchili

Este pasado año cinematográfico para mí ha supuesto un significativo regreso a la sala de cine. Y no por grandilocuentes cuestiones pandémicas, superadas desde hace tiempo, sino por otras personales y prosaicas. ¿Y qué queréis que os diga? pese al tópico tan manido, no hay mejor puesta en escena para disfrutar de una película que esa calidez oscura y efervescente del espacio primigeniamente cinematográfico. Además, he podido disfrutar de una experiencia desconocida, la ilusionante cobertura de la Mostra de València para este espacio maldito que nos acoge. Fueron buenos días de Cine.

Superada la digresión, este año 2023 se ha singularizado, por un parte, por otros regresos realmente importantes, los de cineastas muy anhelados, y por otra, por la confirmación de jóvenes autorías de chispeante calidad. En la cúspide destacada de mi selección cohabitan dos películas de cada una de estas tendencias, el maravilloso ejercicio de narrativa indómita de Laura Citarella, y la deliciosa oda al amor y a la buena vida cinéfila de Aki Kaurismäki —y me congratula sobremanera que también sean las dos mejores películas para el conjunto de esta asociación cinéfila—. A partir de ahí, mis filias particulares se bifurcan por variopintos derroteros, que quedan bien acreditadas en los títulos subsiguientes. Sí deseo destacar particularmente el ejercicio de experimentación documental de cariz antropológico de la video-artista nómada Naomi Uman. Para terminar, haciendo gala de mi melomanía irredenta, me he permitido un ‹bonus track›.

  1. Trenque Lauquen (Laura Citarella)
  2. Fallen Leaves (Aki Kaurismäki)
  3. El regreso de las golondrinas (Li Ruijun)
  4. Anatomía de una caída (Justine Triet)
  5. Cerrar los ojos (Víctor Erice)
  6. Decision to Leave (Park Chan-wook)
  7. El maestro jardinero (Paul Schrader)
  8. Los reyes del mundo (Laura Mora Ortega)
  9. Creatura (Elena Martín)
  10. three sparks (Naomi Uman)
  • Los delincuentes (Rodrigo Moreno)
  • Animalia (Sofia Alaoui)

 

Nacho Villalba

Otro año que se va (que se ha ido), otro año que toca hacer recuento de lo visto y lanzar la lista de rigor, sin mayor pretensión que la de compartir con vosotros aquellas películas que más me han removido y más me han hecho disfrutar. Todas tocan temas básicos que atañen a la experiencia humana: la amistad en Almas en pena de Inisherin, la identidad en Retorno a Seúl, el despertar sexual en Tengo sueños eléctricos, la maternidad en El castigo, la diferencia de clases en Carajita, las relaciones de pareja en Upon Entry, el poder y la fe en Conspiración en El Cairo, el feminismo en Mi crimen, el peso del pasado (y la emoción pura de la imagen fantástica, esto es, de la imaginación) en Irati… Hasta llegar, obviamente, a lo esencial, a la víscera y la entraña, la carne y la enfermad, el nacimiento y la muerte, en la cruda y perturbadora De humani corporis fabrica. Hay muchísimas películas que aún no he visto, pero solo por estas que he mencionado ya doy el año por bueno. Ojalá descubrir en el que empieza otras igual de ricas en emoción, inventiva, belleza, personalidad y talento.

  1. Almas en pena de Inisherin (Martin McDonagh)
  2. De humani corporis fabrica (Lucien Castaing-Taylor, Verena Paravel)
  3. Retorno a Seúl (Davy Chou)
  4. Tengo sueños eléctricos (Valentina Maurel)
  5. El castigo (Matías Bize)
  6. Carajita (Ulises Porra, Silvina Schnicer)
  7. Upon Entry (Alejandro Rojas, Juan Sebastián Vasquez)
  8. Irati (Paul Urkijo Alijo)
  9. Conspiración en El Cairo (Tarik Saleh)
  10. Mi crimen (François Ozon)

 

Ramón Rey

Este ya superado 2023 ha sido personalmente el año del parón en el “consumo” (sic) del audiovisual, dejando a un lado el maremágnum de estrenos y las desbordantes programaciones de los festivales. Primero por obligación y luego por absoluta convicción. La inercia imposible de tratar de estar al día de todo lo que se hace, de todo lo que se ve —de todo lo que se comenta, de todo lo relevante que se marca en las distintas agendas cinéfilas, institucionales e industriales— me resulta inasumible desde una dimensión cultural y humana, si lo que se quiere es darle un sentido a cada película, en el momento en que uno quiere o puede verla, en el lugar y con la compañía con la que se hace. Por eso mismo renuncio al ‹watchlist›, al registro en Letterboxd de los visionados y a seguir la imposición del pensamiento único de la actualidad.

¿Qué valor tiene la emoción del descubrimiento en una sala de cine de un título restaurado de Yasujirō Ozu de 1947? ¿Se puede poner en un ‹ranking›? En la era de las proyecciones evento en 4K y Dolby Atmos para filmes que se olvidan al día siguiente ¿se puede cuantificar el formar parte del público del visionado (de una copia en paupérrimas condiciones incluso) de La dama roja mata siete veces (Emilio Miraglia, 1972) con la presencia de su protagonista, Barbara Bouchet, en la misma sala durante el Festival de Sitges? Ahora solo busco ver cine, pensar el cine, leer sobre cine y hablar de cine como elementos que forman un todo inseparable, en el que cada uno le da sentido al otro. Y para eso se requiere tiempo. Un tiempo incompatible con la concatenación ‹ad infinitum› y sin sentido de producciones en serie que, como un ‹reel› de Instagram o el ‹timeline› de TikTok, existen para satisfacer una compulsión de consumo de lo novedoso —que solo sirve para la satisfacción instantánea— como un fin en sí mismo.

  • Asteroid City (Wes Anderson)
  • La hija eterna (Joanna Hogg)
  • Flux Gourmet (Peter Strickland)
  • Tár (Todd Field)
  • Fallen Leaves (Aki Kaurismäki)
  • El trío en mi bemol (Rita Azevedo Gomes)
  • Saint Omer, el pueblo contra Laurence Coly (Alice Diop)
  • Tengo sueños eléctricos (Valentina Maurel)
  • Soy vertical pero me gustaría ser horizontal (María Antón Cabot)
  • Secaderos (Rocío Mesa)
  • Historia de un vecindario (Yasujirō Ozu)

 

Rubén Collazos

Lejos de esos grandes nombres que siempre vuelven y esperamos, expectantes, si por algo ha destacado este año cinematográfico que nos dejó recientemente es por continuar encontrando aristas y estímulos lejos de estos, ya sea descubriéndonos cineastas que había que poner sobre el tapete (ahí están nombres como los de Liu Ruijun, Rodrigo Moreno o Kristina Buozyte, cuyo cine conviene explorar más allá de sus nuevos trabajos) o regalándonos debuts inesperados (el de Alberto Gastesi con La quietud en la tormentaAnhell69 de Theo Montoya, Nunca llueve en California de Jamie Dack o The Quiet Girl de Colm Bairéad, entre otros) que confirman, lejos de esas grandes producciones que decretan si el año ha sido salvado o no numéricamente, un estado de salud envidiable, incluso encontrando vetas en géneros cada vez más desgastados y difíciles de manejar como el terror y la comedia, y es que nada como encontrar un hueco para reconocer la gran labor terapéutica que hacen autores como Quentin Dupieux y Burnin’ Percebes. Larga vida.

  1. Nunca llueve en California (Jamie Dack)
  2. El fantástico caso del Golem (Burnin’ Percebes)
  3. The Quiet Girl (Colm Bairéad)
  4. Godland (Hlynur Pálmason)
  5. La quietud en la tormenta (Alberto Gastesi)
  6. O corno (Jaione Camborda)
  7. Decision to Leave (Park Chan-wook)
  8. La hija eterna (Joanna Hogg)
  9. Anhell69 (Theo Montoya)
  10. Notas sobre un verano (Diego Llorente)

 

Rubén Téllez

2023 ha traído una gran cosecha de títulos que demuestran que el cine, lejos de estar en una etapa de decadencia, vive grandes momentos. La diversidad de voces y perspectivas desde la que se narran las historias que se estrenaron el pasado año no hace sino convertir la experiencia del espectador en algo mágico, puesto que le permite observar los distintos problemas de la sociedad a través de miradas nuevas y frescas, pero también a través de otras con más experiencia tras la cámara. Así, en la cartelera han coincidido los títulos crepusculares de cineastas consagrados (Erice, Scorsese, Moretti), las fantásticas óperas primas de nuevas realizadoras (Urresola, Ferrés) y la consagración de artistas que ya llevaban tiempo despuntando (Elena Martín, Burnin’ Percebes, Justine Triet, Louis Garrel). Dramas y comedias, animación e imagen real, duraciones kilométricas y otras más cortas; todo ello conviviendo en unas salas de cine que siguen siendo el lugar perfecto para emocionarse y para reflexionar.

  1. Cerrar los ojos (Víctor Erice)
  2. Robot Dreams (Pablo Berger)
  3. Creatura (Elena Martín)
  4. La imatge permanent (Laura Ferrés)
  5. Decision to Leave (Park Chan-wook)
  6. Passages (Ira Sachs)
  7. El inocente (Louis Garrel)
  8. Anatomía de una caída (Justine Triet)
  9. El fantástico caso del Golem (Burnin’ Percebes)
  10. Las chicas están bien (Itsaso Arana)

 

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