Sasha Nathwani debuta con Last Swim, que se presentó en la sección Generation de la Berlinale. Es una ‹coming of age› que retrata una juventud en Londres muy inspirada en la propia experiencia del director.
Pantalla negra, una voz que narra, es la de la protagonista, Ziba, que explica de dónde le viene la pasión por la astronomía. Desde pequeña observaba una fotografía de la tierra que estaba colgada en la pared del baño y le daba curiosidad. Desde entonces, ha estudiado mucho con la ayuda de internet. También nos habla de su madre a la que quiere mucho, ambas son iraníes y viven en Londres. Volvemos al presente, vemos la habitación de la adolescente. Hoy es un día importante, puesto que le darán las notas según las cuales podrá entrar a la universidad o no.
A lo largo del día ha preparado un horario de actividades con sus amigos, parece que ese día todo está calculado, parece que algo va a pasar. En el transcurso del filme nos acompañarán Ziba y sus amigos por la ciudad de Londres creando una atmósfera de festividad. Probarán el mejor ‹sandwich› de la ciudad, se bañarán en un lago y vivirán un evento celestial único: el meteorito más cercano a la tierra en los últimos 30 años. Parece que esta chica, a la que todo le va bien, actúa como si fuera a vivir sus últimas 24 horas.
La principal idea del director era romper con el cliché cinematográfico de una Londres gris y fría, pues en Last Swim la ciudad está llena de color y calor. Esto concuerda mucho con la temática del filme: la juventud perdida, la romantización del suicidio y la enfermedad terminal. Ziba, es una chica iraní que vive el “sueño del inmigrante”: saca buenas notas, tiene un grupo de amigos y vive en Londres, la ciudad moderna y diversa. Lo que como espectadores sentimos sin saber, es que la protagonista quiere acabar con su vida por algún motivo incierto. Aunque su punto de vista es constantemente el que nos acompaña, solo ella sabe lo que va a hacer y, en este aspecto, entendemos más a su grupo de amigos, que aunque intuyen que algo no va bien, no saben qué es ni cómo actuar.
En este último día, lleno de placeres, sol y paisajes idílicos, Ziba nos transmite una profunda pasión por estar viva y un deseo abrumador de acabar con el dolor y el miedo de su realidad actual. Pues lo que está viviendo no se lo ha dicho a ninguno de sus amigos. «Redactamos el guión en medio de la pandemia, cuando a los jóvenes de todo el mundo les estaban arrebatando su época trascendental. Así que esa fue una de las presunciones del guión», dice Nathwani. «¿Cómo recuperarías tu juventud si pudieras?».
Los guionistas del filme son Sasha Nathwani y Helen Simmons, esta última aporta una perspectiva de intersección femenina. El director explica que el proyecto creció con cada persona que se unió. El equipo de la película es pequeño, pero muchos estuvieron desde el principio, como es el productor; ellos trabajaron mano a mano desde un inicio ya que son buenos amigos. Explican que el ‹casting› de la película está formado por actores de diferentes trayectorias. El personaje de la madre también trata de romper con clichés; es lo contrario a la figura arquetípica de una madre inmigrante: muy preocupada, conservadora y pesada. Los actores y actrices formaron parte de la construcción de los personajes haciéndolos más sinceros; incluso algunas escenas son improvisadas. El proceso de edición también fue muy colaborativo, duró bastante tiempo, ya que Nathwani quería contar con las opiniones de todo el equipo.
Julija Fricsone Gavriss, la directora de arte y diseñadora de producción, cuenta la inspiración en los colores verde y rojo y su significado en la cultura iraní: esperanza y pasión. Si para ser Londres, desde el comienzo el film es vivido y cromático, a medida que avanza el día los colores son más intensos, el sol se pone y tiñe la imagen de una atmósfera onírica, más tranquila.
Last Swim se presentó en la sección Generation 14plus y ha sido ganadora del Oso de Cristal a la mejor película de Jurado Joven del festival: «Una película que realmente se quedó con nosotros, cuenta una historia sobre la belleza de la vida y de las cosas que llegan a su fin. Es una película que no rehúye retratar los sentimientos confusos y devoradores que pueden surgir cuando sabes que tus sueños pueden no cumplirse. Sin embargo, también invita al espectador al mundo alegre y animado de una adolescente y sus amigos mientras celebran su juventud. Este equilibrio magistral entre el miedo y la soledad que nuestra protagonista principal intenta reprimir, y su alegría al pasar tiempo con sus amigos es lo que nos cautivó y es la razón por la que elegimos esta película».
Last Swim es un viaje por la sensorialidad de un Londres veraniego. Reflexiona sobre las decisiones que tomamos desde la perspectiva de que nada es permanente y muestra la esperanza en la juventud que abraza los sentimientos.