A veces el problema de una película está en su tráiler y las expectativas que genera. Leyendo opiniones sobre La venganza de Jane he acabado viéndolo y he descubierto por qué tanta gente se queja de la falta de acción y de venganza de la última cinta protagonizada por unos amigos que ya coincidieron en La guerra de las galaxias (Natalie Portman, Joel Edgerton y Ewan McGregor).
Centrémonos en el Western. Existe la teoría de que este gran género del cine fue perdiendo fuerza con los años a medida que se explotaba cada vez más y cada vez ofreciendo menos calidad, con menos escrúpulos y sin ningún otro interés que el de rodar y estrenar películas baratas sin parar. Tantas se hicieron, que algunos canales sobreviven en la sobremesa en base a esos subproductos que para más inri incluyen un doblaje que induce a la somnolencia. Otra teoría, quizá más personal, sugiere que la escasez de éxitos en la actualidad, en lo que a cine del Oeste se refiere, tiene que ver mucho más con el tipo de ritmo al que se desarrollan muchos de estos films hoy en día, que a su calidad. Es posible que nos hayamos acostumbrado a un cine mucho más trepidante, que con frecuencia omite los tiempos muertos o que tiene una sola finalidad, y esta es dedicar su última hora a la acción sin descanso.
Centrémonos en La venganza de Jane. El tráiler confunde, es importante avisarlo antes de asistir a una sala de cine, por una cuestión de expectativas. ¿Se puede juzgar una película por las expectativas en lugar de por su calidad? Se ve que sí, porque vende algo que está al fondo de la historia que vemos de verdad durante la mayoría del metraje, y lo que vemos en el tráiler sabrá a muy poco a todo aquel que haya ido a ver La venganza de Jane y esté observando su pasado, su drama y su romanticismo. ¿Es un mal western? No, pero tampoco es Solo ante el peligro. El tiempo pasa muy despacio, pero la tensión no crece con la misma intensidad que en aquella, ni con la misma soledad. La realidad es que Gavin O’Connor se centra en otras cuestiones más íntimas, quién sabe si con la intención de atraer a otra clase de público hacia un cine eminentemente masculino —salvo excepciones como Johnny Guitar— y eliminando grandes dosis de elementos clásicos del Western, aunque manteniendo los silencios que han hecho tan grande tantas películas en décadas pasadas.
La venganza de Jane es un Western porque hay vaqueros y unos forajidos que buscan a la protagonista y a su marido, para tomar lo que consideran suyo, y como este puede que haya cientos de productos muy similares, pero en verdad sus 98 minutos de duración ofrecen un calmado entretenimiento con las suficientes dosis de interés distribuidas a lo largo de la trama como para que el espectador salga contento del cine… y si es seguidor de Natalie Portman, o le cae bien Joel Edgerton (y su capacidad para escribirse personajes con pasados un tanto penosos), es probable que disfrute de una cinta correcta en sus formas y que, a pesar de su sencillez, seguramente mejore ante futuras revisiones, como la mayoría de películas centradas en el oeste americano, sin importar su final. Todo eso, sabiendo por lo que ha pasado esta producción para llevarse a cabo, me parece un logro en cierto modo.