La noche del ratón es una cinta española producida con sólo 6.000 euros y rodada íntegramente bajo el crepúsculo de las tierras de Euskadi. Un proyecto liderado por el cineasta David R. Losada, del cual sólo teníamos referencias hasta el momento por sus cortos Enarmonía y 13 Grados. Poco presupuesto y mucha bisoñez que sin embargo no es reflejo de un comienzo estimulante a la par que turbio, cuando Sandra tiene que madrugar para irse a una reunión a varios kilómetros de allí, lo que provoca las quejas de su novio Álvaro. Lamentos que tienen su base lógica cuando posteriormente observemos que Sandra en realidad está teniendo un ‹affair› con Jorge, compañero de trabajo y conductor del coche que les llevará hasta la reunión.
Pero pronto descubrimos que La noche del ratón no es un thriller al uso. Aunque ese comienzo sea tan apaciguante como misterioso, seña inequívoca de que algo va a suceder, la cinta no adopta el clásico tono in crescendo que por sus primeros minutos parecía claro vislumbrar. El inevitable cambio de registro se produce de golpe y porrazo, sin jugueteos ni medias tintas, dejando al espectador pasmado en el sentido de que es casi imposible saber la razón de que se haya generado tal situación.
Semejante planteamiento es seña inequívoca de muy buenas artes en la dirección, que consigue crear cierta confusión en el espectador al encontrarse en un terreno donde no sabe muy bien por qué está sucediendo lo que se ve en pantalla, algo que se extiende más allá del comentado giro de guión. Aquí tiene una importancia decisiva la nocturnidad, que de la mano de una banda sonora escasa pero efectiva se convertirá en el verdadero aliciente de la película.
En esta línea, lo que no genera tan buenas impresiones es el guión. Durante el primer tramo de cinta, parece pecar de una construcción bastante simple que, sin embargo, casa bien con la ambientación de las primeras escenas. Pero con el transcurso de los minutos deja entrever que quiere ir un paso más allá. Ante la dificultad que siempre entrañan las películas de escenarios escasos, Losada apuesta por ir renovando las situaciones que aparecen en pantalla con el objetivo que la tensión no decaiga casi en ningún momento. Pero sólo lo logra a medias, ya que avanzado el film, La noche del ratón deja la sensación de no haber ofrecido un excesivo recorrido desde su planteamiento inicial.
Precisamente al ambientarse la película en pocos escenarios, goza de una importancia clave la faceta actoral. Pero esta se encuentra ciertamente descompensada ya que, mientras Miriam Cabeza (a la que hemos visto en varias series y programas televisivos, como Vaya semanita) realiza una interpretación casi de notable, el actor protagonista Unai García no aporta a la configuración de su personaje toda la solidez que debería, una circunstancia que muy probablemente se pueda achacar al hecho de que a su papel le hacía falta ir un paso más allá. Dicho de otro modo: Losada caracteriza a su protagonista como el clásico personaje “pardillo” de esta clase de cine, buscando que el espectador se identifique fácilmente con él y que así crezca la tensión. Buena idea en la teoría pero lo cierto es que, en la práctica, el repertorio gestual de García queda en exceso teatralizado.
Sin ánimo de destripar lo más mínimo sobre el devenir de la cinta, es ineludible mencionar que el final no gustará a mucha gente. Servidor entenderá al que se cabree con semejante desenlace, pero lo cierto es que no le va del todo mal al sentido general de la película, ya que ofrece un resultado consecuente con lo que propone. La noche del ratón culmina así como una buena piedra de toque para conocer el interesante estilo de su director, una cinta que sólo se ve constreñida por un apretado presupuesto pero que reúne alicientes de sobra como para prestarla atención durante y después de su visionado.
Lamentable que haya perdido un tiempo precioso en mi vida viendo semejante estupidez,el director que se dedique a otra cosa porque de cine entiende una mierda o soy yo?jajaja estafa y pérdida de tiempo.
como será el filme, que quien mejor actua es el fusil…
Una película sosa, lenta y mala a más no poder. Y me pregunto yo, ¿como entran tantas balas dentro de la tienda sin romper un cristal? Porque alguna es con la puerta abierta, pero, ¿las otras?
Más de un año después te contesto(no la había visto aún) y es que con semejante presupuesto ni locos que fueran para romper vidrios y tener que reponerlos, jodeeer!!! Jaja, ea, he ahi toda la realidad
Que pelicula mas mala. Un clavo como decimos en Cuba….