La amiga de mi amiga (Zaida Carmona)

Con La amiga de mi amiga, la directora catalana Zaida Carmona debuta en el largometraje e interpreta el papel principal, desarrollando una comedia coral de enredos lésbicos que ofrece una visión muy divertida de las relaciones entre sus personajes y de sus vivencias que transcurren en las calles y garitos culturetas de Barcelona. Es toda una experiencia autoindulgente y encantada de conocerse en la que se explora y se celebra un entorno cultural muy concreto, caracterizado particularmente por un guión metacinematográfico que se referencia a sí mismo y una ingente cantidad de referencias a las charlas de filmoteca, en particular a las películas de Rohmer como clara inspiración —no hay más que ver la referencia del título— y como un punto de encuentro común para sus personajes.

La autoindulgencia, al contrario de lo que puede parecer, no es algo malo, pero requiere convicción para ejecutarla y para contagiar a un público más amplio del que tal vez pueda identificarse por proximidad cultural o geográfica a los ambientes que retrata. En mi caso, al vivir en otra ciudad y no estar muy puesto en este ambiente en concreto —además de tener, entre otras muchas taras cinéfilas inconfesables, escasa relación por el momento con el cine “rohmeriano”— la película funciona porque veo esa convicción en los personajes, en las actuaciones y en el montaje. En la intención de hacer algo casero y muy local pero a la vez de vivirlo y transmitirlo. Y eso es una cualidad muy destacable en La amiga de mi amiga y, creo, el principal motivo por el que la propuesta puede llegar a calar.

Más allá de ese espíritu, por supuesto, está una narración muy bien tratada, en la que el ritmo precipitado de los acontecimientos hace que adquieran un cierto matiz cómico bastante logrado, unos diálogos y unas reacciones que se sienten cotidianos y fáciles de identificar sin dejar de abrazar un cierto absurdo de tanto en tanto, y un guión que inserta elementos meta referenciales con soltura y que representan la parte más lúdica de la obra, aportando un tono autoconsciente que da un toque extra a su jugueteo con tópicos situacionales de las comedias románticas. Destacaría también su visión del romance y de las relaciones, como una suerte de escarceo entre la monogamia y el amor libre en el que se pretende reflejar una cierta estabilidad en las relaciones de pareja, pero al mismo tiempo las infidelidades no están tan dramatizadas como en otras obras y se mezclan conceptos de relaciones monógamas, poliamor y sexo sin compromiso con soltura.

La amiga de mi amiga es una comedia romántica que se siente distinta, no ya por el tono y estética más caseros, también por su enfoque temático que difumina conceptos muy diferentes sobre lo que significa una relación con otra persona y que no castiga o premia ninguno de estos comportamientos. Además, aporta una cierta frescura al panorama de las comedias románticas, porque más allá de estar centrada en relaciones entre mujeres, está exenta y rompe deliberadamente con muchos tópicos patriarcales que a lo largo de las décadas se han naturalizado en los romances de ficción.

Pero dentro de sus méritos también hay aspectos en los que se me queda corta y aquí entra una cierta limitación personal. Como comentaba anteriormente, yo no he crecido ni desarrollado mi cinefilia en ambientes de filmoteca y este aspecto junto con mi escasa prisa explorando a Rohmer no proporcionaba de entrada el mejor de los escenarios para entender buena parte de la filosofía de vida que refleja esta cinta. Y por algún motivo, pese a que hay varios otros elementos de la escena cultural que refleja o incluso de su visión de las relaciones y el amor que me son ajenos, puedo adentrarme en ellos y empatizar sin problemas, pero encuentro algo más difícil, tal vez por estar relacionado con mi afición, hacerlo con aquellos que implican el disfrute y el consumo cinéfilo de una forma tan visiblemente distinta a la mía. Es por esto en gran parte que las sensaciones que me genera esta película no me cierran del todo, como si no hubiese acabado de entrar en ella pese a disfrutarla y agradecer mucho su soltura y ligereza.

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