¿Qué pasaría si, años después de una violación, cuando la víctima parece haber seguido adelante con su vida sin problemas, se entera de que el violador ha sido detenido? Esta es la premisa principal de la película coreana de 2019 Way Back Home. Una cinta que trata de las relaciones familiares y los secretos que las personas guardan para sí mismas intentando olvidar una experiencia traumática de un pasado que nadie conoce ni imagina al conocerlas.
En un mundo en el que los culpables de violación no son, al menos mediáticamente, responsables de sus actos, a pesar de serlo, y casi parecen víctimas de un día malo, cuando un juez determina que un maltratador ha agredido 12 veces (de las 14 acusaciones iniciales) a su pareja y aun así eso le hace parecer inocente públicamente… hay cosas de las que mucha gente parece olvidarse, pero para eso también está el cine, para mostrar realidades que no siempre nos resultan cómodas. Para hablar del trauma que queda o del dolor escondido, para recordar las ganas de salir del agujero (en algún momento dado) y la escasez de fuerzas para ello. Para mostrar la lucha y el esfuerzo constantes que puede suponer seguir adelante con la vida y, por qué no, para explorar la sensación de culpa y repulsión que quede en el cerebro de quien ha sufrido lo que nunca debería haber sufrido.
Pero claro, el acercamiento del cine a las consecuencias derivadas de las violaciones no siempre da resultados satisfactorios. La aproximación a esta dura experiencia, realizada desde muchos ángulos distintos, ha tocado lo psicológico y lo sensorial, ha hablado de las secuelas y los traumas, de los procesos de recuperación y hasta de la parte más vengativa, pero, como decía, con resultados variables. Porque el tema es el que es, pero las aristas las ponen los otros, a menudo personas que se ven más reflejadas en el violador que en la víctima, aunque lo nieguen. Jueces y personas de moral flexible que juzgan suficiente llevar falda o seguir vivas como atenuante para el agresor (o agresores), verán este tipo de películas como una cosa sin sentido, pero no está de más intentarlo. ¿Qué es eso de que tratar de olvidar algo vivido para volver a tu vida anterior no te vuelve culpable de lo que te han hecho, ni convierte en inocente a los culpables?, se preguntarán, pero algún día igual entienden.
Y no es que Way Back Home vaya a cambiar la visión de nadie al respecto, a pesar de ser un drama interesante. Su lentitud y el tratamiento modesto de este tema, mezclado con los diversos usos de la imagen para cuestionar la inocencia perdida y la búsqueda de significados, le confiere de un lado poético y una emoción real que crece hasta el final de la película, dejando un sabor de boca extraño, porque bueno nunca es, a pesar de las buenas intenciones. Porque estamos ante una historia que intenta profundizar en la culpa de una víctima que se pregunta si ella no fue la causante de lo que le pasó hace años, a la vez que nos adentra en los sentimientos de un marido que hasta ahora no sabía nada y no sabe cómo ayudar a su mujer, y de una hermana que se ve también culpable por no haber estado con su hermana el día que pasó lo que pasó.
Dice una opinión de Letterboxd que, en los tiempos que vivimos, los sentimientos de los maridos en las películas sobre la violación de sus mujeres no deberían ser tan importantes como los sentimientos de ellas mismas. Razón no le falta, aunque habrá quien piense que es la única manera de que comprendamos lo que sufren, a través de nuestro ego y tal.