Este fin de semana proponemos como alternativa al estreno de uno de los más esperados «blockbusters» de estas navidades, Big Hero 6, nueva producción de Disney, el film italiano realizado en 1968 por Bruno Bozzeto, Vip, mi hermano superhombre (Vip, mio fratello superuomo). Se trata también de una película de animación, aunque en esta ocasión en 2D, en la que un par de hermanos superhéroes, opuestos por completo el uno del otro, protagonizan una divertida aventura en la que prima el humor, la parodia y la ironía.
Así, frente a la espectacularidad y el trabajado diseño de escenarios futuristas de Big Hero 6, Bozzeto nos ofrece sencillez y decorados minimalistas: en ocasiones los personajes se mueven en paisajes inexistentes, sobre un fondo vacío de color blanco o de rayados de colores. Además, en oposición al film de Disney que nos ofrece una trama en la que se mezcla el anime con el universo Marvel, Vip, mi hermano superhombre funciona más como una suerte de original parodia de los films de James Bond, no exenta de un ácido contenido crítico hacia la sociedad de consumo. Y por supuesto, a las modernas técnicas de animación en 3D de Big Hero 6, la película de Bozzetto nos ofrece un modelo de animación clásico en 2D, aunque en su momento resultase revolucionario y hasta vanguardista, en el que se da más importancia al personaje que al escenario, aunque exista algún momento por ejemplo durante la secuencia de la descripción de la fábrica misiles publicitarios, en el que el italiano demuestra una imaginación en el diseño de dicho espacio increíble y sorprendente en un film tan minimalista como Vip, mi hermano superhombre.
Bozzeto se hizo bastante célebre a finales de los 60 y durante los años 70 por ser el creador de un personaje entrañable que forma parte de la memoria colectiva de muchos españolitos, sobre todo de aquellos que fuimos niños desde el final del franquismo hasta los comienzos de la transición española: se trata del Señor Rossi, un sujeto bajito, siempre trajeado, con su característico bigote, su perenne sonrisa de felicidad y un sombrero de bailarín de claqué, que protagonizó varias series de televisión y largometrajes que lo hicieron muy popular por aquel entonces. Todos recordamos también la sintonía que servía de presentación a sus historias televisivas (Viva La Felicità) una animada canción a ritmo de bossa nova y que definía muy bien al personaje: un hombre optimista y soñador. Vip mi hermano superhombre, es un film muy anterior a los largometrajes del señor Rossi pero posee el mismo estilo de animación en el que se mezcla humor, parodia e ironía, con un estilo pop y muy vanguardista para la época.
Los guiones de Bozzeto, realizados con frecuencia en colaboración con Guido Manuli y Maurizio Nichetti, llevaban siempre una ácida carga de crítica social. Concretamente en el caso de Vip, mi hermano superhombre (en esta ocasión los co-guionistas fueron Attilio Giovannini y Guido Manuli) la mirada va dirigida hacia la sociedad de consumo y más concretamente a los oscuros mecanismos que emplean las empresas para que compremos compulsivamente sus productos. El tradicional villano que en los films de James Bond con frecuencia desea destruir el mundo es sustituido en esta ocasión por Happy Betty, la oronda dueña de una cadena de tiendas que responden a las siglas de su creadora, H&B, que ha conseguido fabricar unos pequeños misiles que pueden conectase a los cerebros de los habitantes de la población de la Tierra, para así transformarlos en seres sin voluntad, y de este modo conseguir convertir a toda la Humanidad en consumidores compulsivos de sus productos. Como ya señalé anteriormente, el diseño y la descripción que la dueña hace a sus inversores extranjeros de la fábrica de misiles no es más que una hábil crítica a la sociedad capitalista y sus métodos de explotación humana, cercana a la que hizo Chaplin en Tiempos Modernos, pero mucho más ácida y vitriólica.
Vip, mi hermano superhombre es una historia que funciona por contraste: dos hermanos, Supervip y MiniVip que son definidos por el narrador del film como un superhombre con poderes y un superhombre sin poderes, respectivamente; Supervip es alto, fuerte (puede levantar un edificio de varios pisos con sus manos), musculoso, atractivo y puede volar, mientras que Minivip (una mezcla entre el primer Woody Allen y el Peter Sellers de los 70), es bajito, débil, triste y deprimido, sin atractivo para las mujeres, tiene unas gafas de pastas enorme y unas alas muy pequeñas con las que apenas puede alzar el vuelo. Lo más curioso del caso es que en ningún momento a lo largo del film esto cambia; quiero decir, Minivip siempre será Minivip y salvará a sus compañeros de aventura casi sin querer. Quizá sí la película la hubiera producido Disney, Minivip habría conseguido ser una suerte de patito feo triunfante, pero no, en la película de Bozzeto los personajes son como son y no existe redención alguna ni moraleja final sobre la belleza está en el interior o algo similar. A ambos lo único que conseguirá por que Supervip sea vulnerable y Minivip un sujeto un poco más feliz es el amor que sienten por las dos damas que co-protagonizan con ellos la peripecia.
Se nos ofrece desde prácticamente las primeras secuencias un film muy ágil, lleno de acción, en el que constantemente están sucediendo cosas y en el que todavía hoy en día funcionan su humor y la serie de paridas que se nos regala a cada momento. Es además un film imaginativo, no sólo muy trabajado a nivel de guión sino también muy rápido, que no deja respiro al espectador, repleto de situaciones con excelentes gags, muy elaborados también, algunos bastante surrealistas y absurdos; en definitiva, que con Vip, mi hermano superhombre uno se lo pasa como el Kiko.