The Tale of John and Mary (Pohádka o Honzíkovi a Marence) es el último largometraje creado por el reputado animador checo Karel Zeman. Se trata de una narración original inspirada en cuentos populares checos, que presenta una historia sencilla en la que el protagonista Honzík es un joven que sigue los consejos de tres gnomos guardianes, uno de los cuales representa la bondad, otro la maldad y un tercero que no parece encajar con ninguno de los dos anteriores. Junto a ellos descubrirá el amor y se enfrentará a un caballero cobarde obsesionado con limpiar su nombre.
Resaltando desde un principio el trasfondo humilde de su protagonista, en una memorable introducción muy al estilo de los clásicos de Disney en la que se evoca su historia al margen de los escritos de los grandes cronistas, la película está imbuida en todo momento del encanto y el descubrimiento de un cuento de hadas en el que la sencillez y la cercanía se alzan como los puntos de mayor atractivo. El resultado, desde luego, está a la altura, logrando transmitir una sensación de complicidad infantil en la que la cadencia de la estupenda narración en off de Otakar Brousek tiene mucho que ver, aunque no hay que desmerecer desde luego el trabajo intachable del resto de actores que ponen voz a los personajes de este cuento.
Para la representación visual Zeman elige un estilo de animación principalmente basado en recortes. Este estilo, que genera imágenes planas y con escasa sensación de movimiento debido a que sólo pueden moverse desde un ángulo, combina sorprendentemente bien con la temática y le da una estética que por momentos resulta fascinante, aunque probablemente si, como en mi caso, la experiencia con este formato de animación es escasa, en los primeros minutos llegue a distraer bastante e incluso cueste terminar de verle todo el atractivo y el potencial que tiene. Por suerte, a medida que avanza la cinta y se profundiza más en ello las sensaciones inevitablemente desaparecen ante esta representación única y ciertamente muy conseguida de la atmósfera del cuento.
El aporte musical de Karel Svoboda es sin duda memorable y contiene algunas piezas preciosas, en especial las melodías que suenan a través de la flauta de Honzík. Sin embargo, éste es probablemente el aspecto que se nota menos pulido de la película, por el sencillo motivo de que en demasiadas ocasiones la música de fondo se nota demasiado disociada de las imágenes, con lo que tenemos una banda sonora preciosa pero que no termina de calzar con lo que se narra, dando una mezcla bastante menos eficaz de lo que pretende.
A nivel narrativo es desde luego conveniente recordar la pretensión de sencillez esquemática de la cinta, porque lo que nos vamos a encontrar en ella es una colección de personajes con roles prefijados y un desarrollo muy simple. Esto desde luego no supone ningún obstáculo ante una historia que pretende evocar la magia de un cuento de hadas para niños, con escasos, aunque los hay, guiños al público más adulto; guiños en su mayor parte humorísticos que, por cierto, son tan simpáticos y sorprendentes como algo fuera de lugar dentro de la estructura del filme, aunque en ningún momento llegan al extremo de resultar molestos o invasivos.
Con todo y a pesar de sus no poco destacables méritos como consecuencia de una ejecución experta y eficiente, The Tale of John and Mary no deja de ser poco más que un esfuerzo muy encomiable en un género que a través de las posibilidades expresivas y estéticas de la animación ha dado lugar a algunas grandes obras maestras. Es disfrutable, evocadora y por momentos fascina, pero todo ello sucede a un nivel inferior al de éstas, no despreciable desde luego, pero al fin y al cabo menor.