Terkel en problemas es el primer largometraje animado por ordenador realizado en Dinamarca; en esta condición tal vez sorprende su estilo tan propio y diferenciado de las tendencias globales de la animación CGI. Y es que en esta cinta no hay ni rastro de la candidez infantil asociada a Dreamworks o Pixar. Planteada como una historia sobre la vida escolar que termina adquiriendo elementos de terror aunque siempre desde el punto de vista de la parodia, la película es una comedia negra y en muchas ocasiones macabra, que hace de la irreverencia su mayor objetivo y su razón de ser. Su humor descaradamente gamberro y sus escenas de violencia extrema conforman una experiencia que en ciertas ocasiones puede incluso resultar perturbadora.
Su mayor cualidad se encuentra en un argumento que, mediante la fórmula del humor negro, ofrece un retrato tremendamente ácido e inmisericorde del día a día en un colegio, donde una niña gorda es llevada al borde del suicidio por las burlas constantes de sus compañeros y nadie parece reparar en ello. Centrada en el punto de vista de Terkel, un niño cobarde y manipulable, la historia relata cómo un desafortunado incidente le convierte en el objeto de acoso por parte de dos de sus compañeros de clase. Es en esa nueva situación, narrada hábilmente por medio de un tono que mezcla el humor con ligeros toques bastante logrados de terror psicológico, cuando Terkel repara en el sufrimiento de Doris, y de manera totalmente involuntaria termina por provocar el suicidio de su compañera en la que es tal vez la secuencia más dura y memorable de la película, tanto por la crudeza de lo que trata como por la delirante y provocadora crueldad con la que la noticia de su muerte es recibida por el resto de alumnos y los profesores, que no dudan en reír y restarle importancia al asunto.
Lamentablemente, su gran cualidad y atractivo como historia se revelan como un doble filo que hace de ésta una experiencia irregular y en ocasiones bastante floja. El hecho de que todos los eventos y reacciones en ella estén exagerados para poner el énfasis en la comedia provoca que por momentos se pierda el contacto con los personajes; en particular con Terkel, quien salta de un extremo a otro varias veces a lo largo de la historia y, por ello, la narración termina adoleciendo de una falta de enfoque claro y carencia de linealidad. Por otro lado, el filme es demasiado poco efectivo en lo que se refiere a la construcción de las situaciones humorísticas; la comedia de Terkel en problemas no es precisamente elaborada. Su obsesión por provocar de diversas formas posibles da pie a un humor que cae con demasiada frecuencia en lo fácil o directamente estúpido, con estructuras bastante poco originales de por medio. Es el caso, por ejemplo, de muchos gags visuales empeñados en exagerar el «slapstick», entre los que destacan las repetitivas interacciones del protagonista con su hermana pequeña.
El presupuesto, relativamente bajo en comparación con los grandes proyectos de animación por ordenador, sorprende por su muy competente nivel en ese aspecto, logrando con sus escasos medios una fluidez y efectividad como poco destacables. No así en el diseño de personajes, que resulta bastante esquemático, aunque salva la papeleta con suficiencia. Su mayor problema en ese sentido está en las voces de los personajes. Y es que una característica bastante llamativa de la película es la presencia del comediante Anders Matthesen, guionista original de la historia, monopolizando las voces de todos ellos. Su trabajo es admirable y versátil pero no carente de fallos, y en particular con los personajes femeninos esta situación crea un desnivel importante, resultando de esta forma bastante forzadas en la interpretación de los diálogos y menos creíbles que el resto.
Al final del todo, queda una cinta encomiable y apreciable, con grandes hallazgos bastante sorprendentes para ser una primera incursión, pero que a pesar de todo deja un resultado poco pulido y con muchos aspectos a mejorar. La lectura más positiva que se puede sacar de esto es que la mayor parte de sus fallos y carencias no se concentran en su falta de medios técnicos ni en la escasa experiencia de la industria danesa en la producción de animación CGI, logrando de hecho un nivel de ejecución excelente, sino en un guión irregular y muy mejorable que refleja algunas buenas ideas pero también una preocupante falta de originalidad en la forma de plasmarlas.