Laurin es una pequeña niña que vive en el campo en una enorme casa con sus padres y su abuela; su padre acostumbra a salir de viaje constantemente, pues es marinero, y su madre es quien se encarga de criarla. Una noche fatídica la madre de Laurin, caminando de vuelta a su casa (y tras un misterioso encuentro), cae de un puente y termina muerta. Así empieza esta extraña historia llena de pesadillas y oscuros personajes.
Laurin es un filme difícil de encasillar en el género de terror porque la película más que un relato horror es un drama sobre la perdida que utiliza claros elementos de suspense. El escenario donde se desarrolla la historia es idóneo para crear una atmosfera que parece fantástica, en ese sentido es de resaltar la propuesta fotográfica del filme que logra capturar el poder místico de los paisajes rurales de Hungría (además de algunos visuales en secuencias oníricas bien manejados que recuerdan al gran Argento). La película tiene una variedad de temas interesantes tales como el duelo, la crueldad infantil, el abandono de los padres y varios subtemas e insinuaciones dispersos en pequeñas escenas, o planos tales como las caricias íntimas que comparten los padres de Laurin enfrente de esta, o el pequeño plano en el que la abuela fuma de una pipa algo que parece ser una sustancia psicoactiva. Pero toda esta diversidad a lo largo del filme termina por jugarle en contra, pues divaga entre muchas situaciones de una manera desorientadora tanto así que a mitad de película la misma parece no haber terminado de empezar. Además, en la historia entran y salen personajes de manera abrupta sin que conozcamos mucho de los mismos e inician tramas por doquier que hacen difícil saber con claridad hacia donde nos quiere llevar el relato.
Esta fue la primera película del director y esto nos puede dar pistas del porqué de este desorden, y es que muchas veces sucede que un realizador cuando tiene la oportunidad de debutar, en su afán por dar una buena impresión y a la vez por el miedo de que tal vez esta sea su única película, trata de poner todas las buenas ideas que se le han ocurrido de un solo golpe y esto es peligroso si dichas ideas no se saben integrar como en el caso de Laurin. El montaje también hace parte del problema ya que a ratos logra generar una buena tensión, pero en otros es brusco y distrae. Todo esto nos lleva a un final que en esencia es interesante pero que por culpa de la ejecución pierde fuerza y se siente gratuito.
Laurin es una película llena de buenas ideas mal aprovechadas quizás por la falta de experiencia del realizador. Para aquellos nostálgicos del terror que disfruten de películas con un buen manejo del fílmico donde el grano y la buena iluminación resaltan y donde la atmósfera rural prima por su belleza y su mística a lo mejor aquí encuentren algo de su agrado, pero para los que quieran una historia bien desarrollada es mejor buscar en otra parte.