La encarnación más reciente del comisario Jules Maigret es un trabajo de Gérard Depardieu dirigido por Patrice Leconte, Tracemos una elipsis por el tiempo y los espacios que recorren diversos países europeos, desde nuestra época hasta los años treinta del siglo veinte. Recordemos además actores como Jean Gabin, Gino Cervi, Albert Préjean, Charles Laughton, Michael Gambon o Rowan Atkinson, entre otros, por sus interpretaciones del inspector Maigret, tanto en cine como para la televisión. Así llegaremos a Pierre Renoir, el hermano del realizador, con su sombrero, pipa, abrigo y andares. El primer intérprete que dio cuerpo y gestos al comisario. Como director se encargaba uno de los grandes autores del cine clásico. También de los más olvidados en estos tiempos. Jean Renoir, adaptador de La nuit du carrefour, séptima obra del centenar de novelas acerca del personaje. Primer libro abordado tanto de los escritos sobre Maigret como de la extensa bibliografía de George Simenon, que pasó a la gran pantalla producido también por el cineasta gracias al capital aportado por gente fuera de la industria cinematográfica.
En Mi vida y mi cine, las memorias de Jean Renoir, publicadas con la editorial Akal, el autor comenta en un par de páginas su labor retomada como productor. Además de haber elegido la novela por su atmósfera y ambiente nocturno, al ser amigo de Simenon tuvo facilidad para conseguir adaptar la novela, centrarse en la trama y rodar con un equipo de amigos a cincuenta kilómetros de Paris en una zona despoblada. También cuenta que se perdió material que habían rodado, así que la intriga del largometraje creció exponencialmente por el caos. Es cierto que la duración de la cinta, cerca de ochenta minutos, apenas ocho rollos de metraje, acelera una resolución final de los crímenes que van sucediendo durante la investigación llevada a cabo por el comisario.
Porque sin dejar de lado las páginas de la novela criminal en que se basa, la película demuestra la naturalidad con que aborda Renoir la exposición de personajes por sus acciones, caracterizaciones o la relación entre los mismos. Cómo incorpora nuevos caracteres en la resolución final sin que resulten forzados, aparte del uso escaso del primer plano de su reparto, siempre mostrados en planos medios o generales. El grupo sobre el individuo. Un aspecto que choca por ser hijo de un gran pintor retratista como fue Auguste Renoir.
Pero volviendo a La noche de la encrucijada, la producción resulta sorprendente por encuadrarse en ser uno de los primeros largos sonoros de Renoir, usando a su favor la técnica de registro de los efectos de sonido, diálogos y música dentro de la imagen. Salvo la melodía que suena con unos títulos de crédito de gráfica modernista, totalmente actuales, resuena el rumor de motos y vehículos como los que circulan por el cruce de carreteras del título. Las escenas se desarrollarán desde el principio entre las casas de la pequeña localidad, el taller automovilístico, la gasolinera y la carretera flanqueada por árboles, usando el rodaje nocturno en exteriores con audacia y expresividad. Sobre todo por la precariedad con la que se podía rodar en condiciones lumínicas tan escasas por entonces.
Los efectos sonoros y musicales diegéticos destacan con una textura muy parecida a las onomatopeyas de los cómics. Renoir hubiera sido un buen adaptador de Las historias de Tintín, dibujadas y escritas por Hergé, viendo el ritmo del film. Con una secuencia sonora en la que Maigret abre varias cajas musicales, redundando en la comicidad del artificio sonoro novedoso. También con el plano secuencia subjetivo en la persecución del coche de unos ‹gangsters› por parte de la policía, solo iluminados por los faros y sin cortes de montaje.
La noche de la encrucijada es una obra de suspense. Un entretenimiento puro realizado por un cineasta que disfrutaba del rodaje junto a su equipo, con notas humorísticas y vitalistas que serían parte del estilo humanista futuro de Jean Renoir.