El conocido cantante Joby Taylor y su exesposa Claire tienen que resolver la que quizá sea la cuestión más espinosa de todo divorcio: cómo se reparten la custodia de su hija Ellen. En principio, la mujer es quien va a tener asignada esa tarea, dada su asentada vida en contraposición a la de Joby quien, como buena estrella de rock, mantiene una rutina asentada en los desmelenes de la noche. Sin embargo, el músico está decidido a cambiar y su primer objetivo será tratar de convencer a Claire, con abogados de por medio, de que él también merece pasar tiempo con Ellen.
For Ellen, película dirigida por la surcoreana So Yong Kim, que en el penúltimo Festival de Sundance presentó Lovesong con cierta aprobación por parte de la crítica, plantea una buena alternativa en los asuntos sobre la custodia de los hijos con esta cinta protagonizada por el multiusos Paul Dano. Una temática que también se trata en Un don excepcional (Gifted), estrenada esta semana en España y que relata cómo un hombre encarnado por el popular Chris Evans se hace cargo de su sobrina tras el fallecimiento de la madre de esta.
En For Ellen, no hay escena que no obtenga presencia física de su protagonista Joby. Y podría decirse que tampoco existe un plano en el que no se aprecie la frialdad del entorno, sea en un sentido real (la abundante nieve que cubre cada rincón de la zona) o figurado (las destructivas secuencias de borrachera de Joby). Además, los primeros planos con la inquieta cámara fortalecen la sensación de inestabilidad personal que transmite el personaje principal. Aun así, So Yong Kim no se esfuerza en convertir a su obra en el relato sobre la destrucción de un individuo. Apenas se nos ofrecen detalles de cómo Joby ha llegado hasta ese punto, pero no es difícil imaginarlo dado que se reproducen varios de los tópicos que se les achacan a los cantantes de rock & roll, incluyendo un especial poder de atracción sobre el género femenino.
Estos elementos contribuyen a que For Ellen se aleje de intentar representar a su protagonista como un tipo ideal y víctima de las injusticias de su alrededor. No, Joby jamás podría responder a un prototipo de héroe pese a que personas como su abogado idolatran la música que hace. Es un hombre ciertamente antipático en sus formas, nada hábil a la hora de intentar conducir su vida profesional por la vía adecuada y que ha tardado bastante tiempo en preocuparse por su hija. El buen trabajo de Paul Dano contribuye a crear el papel de un personaje que da la sensación de estar más perdido que realmente devastado. Su tez pálida y pelo lacio, por cierto, también encajan bien con el estereotipo de cantante rockero que representa.
Aunque la principal baza de For Ellen probablemente sea el hecho de que representa con cierta naturalidad el discurrir de la lucha por la custodia de la niña. Algo que se mantiene incluso con la revelación que se produce por boca de Joby y que trastoca el devenir del caso, el único acontecimiento que puede resultar más artificial y que sin embargo no lo es por encajar bien con ese pasado de la pareja que la cineasta y guionista opta por no contarnos. También la propia Ellen (interpretada por una correcta Shaylena Mandigo que de momento no ha tenido mayor suerte en el largometraje) posee una forma de ser bastante normal, sin que su personaje absorba la presencia en pantalla de Joby. Todo esto contribuye a alimentar esa intención de So Yong Kim por realizar un film alejado de abrumadores dramatismos y, pese a que la película corre el riesgo en ocasiones de resultar liviana, el balance final que otorga For Ellen es ciertamente satisfactorio respecto a lo que se podía esperar de una cinta así.