Insidious: Capítulo 2 (James Wan)

Insidious: Capítulo 2

Insidious: Capítulo 2 es el típico caso de película que trae buenas y malas noticias. Empezemos, ni que sea por una cuestión de ser constructivos con las malas.

Sí, estamos ante una película que es claramente inferior a la producción anterior de James Wan, Expediente Warren: The conjuring. No consigue dar tanto miedo, el crescendo narrativo, el encabronamiento progresivo de la película no resulta tan acusado ni su clímax tan espectacular. Además la sensación que da es que el no hay un trabajo tan acusado en la escritura y definición de los personajes, o siendo más claros, la química entre Patrick Wilson y Rose Byrne no es la misma que con Vera Farmiga.

Pero todas estas particularidades, estos factores negativos no son producto de casualidad, de un mal rodaje o de falta de ambición del director. No podemos ni debemos olvidar que Insidious: Capítulo 2 no es una película “nueva”, sino un secuela y por tanto viene con herencia. Para entendernos, el dibujo de los personajes no se antoja tan necesario, ya vienen rodados, con su «background» y por tanto sin necesidad de ser presentados otra vez. Lo mismo ocurre con el tono y la atmósfera del film. Ya sabemos en que territorio jugamos y aprte de un pequeño respiro como puente entre las dos partes se entra en materia de forma rápida.

Insidious: Capítulo 2

Insidious: Capítulo 2 es equiparable a un fórmula 1 recién salido de boxes, y estas son las buenas noticias. La película ha sufrido un reglaje, una puesta apunto que ha permitido conservar todas las cosas buenas que tenía su predecesora (el humor, Barbara Hersey, el espíritu de sesión matineé) y a la vez modificar de forma adecuada los puntos débiles tales como la representación y desarrollo de la acción en el mundo espiritual (excelente por otro lado como con gran economía de medios se puede generar tanta angustia).

Esta secuela podría considerarse como un update, casi como si su predecesora fuera un ensayo general, una puesta a punto para la orquestra para afinar instrumentos y ahora estuvieramos ante el concierto. La música que suena la conocemos, pero el repertorio nos sigue gustando, y más si añade matices como un uso del sonido irónico, el anclaje autoral de Wan con los muñecos y los armarios y la inclusión de imágenes tan perturbadoras que por si solas funcionan como leitmotiv de la película.

Evidentemente esta no es la mejor película de Wan, pero si muestra una clara voluntad de trabajo, de depuración formal pero sin olvidar origenes ni elementos que siguen funcionando. Insidious: Capítulo 2 es como una casa del terror de un parque de atracciones, llena de trucos y falsedades, pero diseñada para pasarlo bién pasándolo muy mal. Y a fe que lo consigue.

Insidious: Capítulo 2

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