Hay un subgénero dentro de la comedia que podríamos llamar «cine gélido». Se trata de películas que normalmente ocurren en invierno, en espacios desamparados o directamente ruinosos, poco acogedores para los protagonistas. Las películas que forman parte de este género inventado mezclan el humor negro y/o absurdo con unos personajes algo turbios, cuyas peripecias parecen surgir simplemente del deambular por esos paisajes fríos y desiertos.
Free and Easy, ópera prima del realizador chino Geng Jun, parece encajar en este tipo de cine. Su presentación en el circuito internacional de festivales se produjo en Sundance, festival que se celebra en pleno enero en la fría ciudad de Salt Lake City, en Utah. Allí se llevó el Gran Premio del Jurado en la sección de cine internacional, recibiendo por el camino un puñado de buenas críticas por parte de los medios estadounidenses.
Más allá de curiosas casualidades (o no), Free and Easy cuenta con algunos elementos que indican que estamos ante una comedia ligera, con querencia por lo absurdo. Sin embargo, si rascamos un poco la capa de hielo encontraremos una voluntad de crítica social, una puesta en escena más cuidada de lo que parece y un imaginario propio que se enmarca en algunas tendencias del cine contemporáneo.
El film de Jun cuenta con un elenco lleno de actores no profesionales, entre los que destaca Xu Gang, que interpreta al protagonista. En su mayoría hombres, los rostros de los personajes, quizás por no contener nada especial, consiguen reflejar una cierta ambigüedad moral, falta de emoción y voluntad de supervivencia a toda costa.
Free and Easy trata sobre un supuesto vendedor de jabón que llega a una semidesierta ciudad industrial china, en donde se encuentra con otros personajes tan torcidos, solitarios y desesperados como él.
El mundo que retrata el director es el de un paisaje ruinoso y helado, por el que vagan cual fantasmas personajes torcidos, perdedores del éxito capitalista chino. Sin pasado que importe y sin futuro a la vista, los personajes de Free and Easy deambulan por las calles nevadas del pueblo, buscando a alguien a quien engañar para poder sacar algo de dinero. Se trata del encuentro de personajes similares entre sí, amorales, cuyo único interés es su propia supervivencia.
Con una puesta en escena que privilegia el plano secuencia y el fuera de campo, la película también pone en imagen la falta de empatía de los personajes, la imposibilidad de acercarse al otro, mediante un uso inteligente de planos y contraplanos frontales. El film está lleno de situaciones cómicas y diálogos afilados, y aunque en algunos momentos parece que tomará una senda más oscura (hay un crimen y un conato de violación), nunca llega a hacerlo, manteniendo esa pátina fina de hielo por encima hasta prácticamente el final.
Free and Easy nos habla del capitalismo aplicado a la moral humana, el ‹homo homini lupus› que produce cualquier sistema que privilegie la máxima competitividad. El director ha encontrado en un paisaje industrial vacío y gélido el escenario perfecto para poner en juego a unos seres amorales, ‹flanêurs› que no observan nada, y que nos revelan hasta qué punto ha llegado la corrupción y la ideología del capital en la China contemporánea.