Julie se siente incapaz de encontrar un trabajo estable. Firma contratos temporales, cree que desempeña una buena labor, pero cuando expira el período de prueba le dicen con buenas palabras que no va a ser renovada por la empresa. Harta de la precariedad laboral, decide probar suerte en una fábrica de calzado de lujo. Aunque la promesa que inicialmente le hacen —«si lo haces bien, te quedas»—, suena fiable, pronto descubre que el problema se encuentra mucho más arriba. El dueño de la compañía, un tal Xavier Laurent, planea externalizar la fabricación del calzado a empresas chinas, lo que significaría el cierre de la fábrica y el despido de todas las trabajadoras que allí desempeñan sus labores. Obviamente, estas sospechas provocan una reacción de las empleadas, que desde ese momento tratarán de impedir que el jefazo se salga con la suya. La duda para Julie es si unirse a la protesta y poner en riesgo su joven empleo o seguir trabajando a riesgo de ser considerada desleal por sus compañeras.
En Footnotes (Sur quel pied danser), los directores franceses Paul Calori y Kostia Testut realizan su ópera prima exhibiendo una clara problemática laboral que ni mucho menos es exclusiva del país galo, puesto que por aquí en España desgraciadamente la conocemos bien. Desde el punto de vista de la joven Julie, tiene ante sí un problema vital en su generación como es la dificultad para conseguir un contrato indefinido, por mucho que su trabajo durante el período de prueba haya estado a la altura de las circunstancias. El encadenar trabajos basura disminuye la moral de la protagonista, que se ve abocada a subsistir con menos recursos de los que debería. Pero la situación de aquellas mujeres que gozan de trabajos fijos no es en absoluto mejor. El ansia de ganar más y más dinero por parte del empresario, que desprecia la calidad del trabajo y prefiere reducir costes de producción a través de la externalización de la industria a países que ofrezcan ventajas competitivas como China, siembra el pánico entre un grupo de empleadas con edades a las que les sería difícil conseguir un nuevo trabajo. Estamos ante el círculo vicioso que ha caracterizado a estos años de post-crisis: aquellos que están en paro tienen problemas, pero los que trabajan en condiciones paupérrimas tampoco están mucho mejor.
Si por algo se caracteriza Footnotes es porque trata todo lo mencionado bajo la forma de un musical. En efecto, Calori y Testut plasman los pensamientos de la protagonista, las protestas del grupo de empleadas y otro tipo de escenas mediante canciones y coreografías que pretenden aportar un toque diferencial al conjunto del film. El uso de estos elementos musicales conecta bien con el tono general de la película, especialmente gracias al colorido de sus imágenes (quizá por tal motivo se ha comparado en parte a esta obra con Los paraguas de Cherburgo de Demy pese a que tampoco tengan demasiado en común), al propio contexto en el que acaece la trama y al hecho de que puede ser interesante huir del dramatismo cuando se trata un tema tan serio. El problema es que tales coreografías no entran demasiado por la vista y tampoco las canciones son capaces de seducir al sistema auditivo, quedando algo descolocadas aquellas escenas que aportan musicalidad al film.
Por tanto, Footnotes destaca más como instrumento reivindicativo que trata de manifestar las problemáticas del mundo laboral —aun sin profundizar demasiado en este aspecto— que por su condición de musical, donde no termina de resultar sugerente al no explotar las condiciones del género. Quizá Calori y Testut pecaron de optimistas al atreverse con un género tan difícil en su primer largometraje, pero tampoco se les puede recriminar por ello; si a Footnotes le restáramos las escenas musicales y las supliéramos por otras que se adecuasen a la línea de comedia dramática que define al film, la película seguiría siendo simplemente aceptable.