Ayer, día 16, falleció otro de esos cineastas cuyos logros nunca han sido reconocidos merecidamente.
Hermano del también cineasta Rafael Romero Marchent e hijo de Joaquín Romero Marchent Gómez, propietario de la productora Intercontinental Films, no sólo nos dejó con uno de los más recordados westerns españoles como Antes llega la muerte —estrenada casi en simultáneo con Por un puñado de dólares de Leone, considerado padre del ‹spaghetti western›—, sino también con una carrera de más de tres décadas prácticamente dedicada al género y otros títulos tales como El sabor de la venganza o Condenados a vivir.
Así, el que fuera una de las mayores influencias para el western patrio nos dejó ayer a la edad de 91 años. Ahora ya sólo nos queda disfrutar del legado de un cineasta en un país que siempre se empeña en ir a remolque de los demás pero, que con Romero Marchent, quizá consiguiera mucho más que eso, aunque ya sólo lo recuerden unos pocos. DEP.
Larga vida a la nueva carne.