El argentino Gabriel Nesci realiza su ópera prima con Días de vinilo, una comedia sobre cuatro hombres que luchan por seguir aferrados a los buenos recuerdos del pasado, entre discos de música y amoríos varios. Cine Maldito ha podido intercambiar unas palabras con el director y guionista antes de que la película se estrene en los cines españoles el próximo 6 de junio.
– ¿Cómo fue el proceso de escribir el guión? Tengo entendido que llevaba trabajando en él desde hace muchos años.
Sí, desde la génesis del guión hasta el estreno ha pasado casi una década. Pero esto no es sólo por un tema de lentitud, sino porque me costó muchísimo llevar a cabo la película, entonces siempre sentí la necesidad de ir corrigiéndolo, mejorándolo, así que el proceso creativo me llevó un tiempo largo. Originalmente era sólo una de las cuatro historias y con el tiempo le fui sumando las demás, así que ojalá que el tiempo haya enriquecido la historia.
– Días de vinilo es una película coral, cuenta cuatro historias bien diferenciadas. ¿Crees que las películas corales son más enriquecedoras?
Hacer una película coral te permite tener diferentes variaciones sobre un mismo tema, permite mostrar diferentes ángulos y enfoques sobre un asunto. En este caso hay varios asuntos, el momento de la vida en que se encuentran estos personajes, con 30 y tantos años, y las decisiones que se deben de tomar en ese momento, los peligros de la nostalgia excesiva, de quedarse muy varados en el pasado, la problemática de consolidar una pareja. La coralidad me permitió cuatro formas de ver esos diferentes temas.
– La película nos presenta a cuatro personajes atrapados en una situación y que no saben cómo salir de ella. ¿Cuánto hay del director en esos personajes?
Hay bastantes elementos personales, aunque ninguna de las historias es absolutamente autobiográfica. Para escribir, de alguna manera hay que ponerse los zapatos de los personajes y poder entenderlos, tratar de no criticarlos. Siento que entiendo a cada uno de los cuatro. En algún momento fui o soy en parte como alguno de ellos cuatro. Puedo entender de qué manera piensan. Hay pequeños fragmentos de historias personales en cada una de ellas.
– Siendo música y mujeres dos elementos que convergen en la vida de los protagonistas, rara vez interfieren en sus relaciones. ¿Cómo trabajó este aspecto?
Creo que son dos grandes enigmas que nos atraen muchísimo a los hombres, que no entendemos bien y jamás entenderemos por qué. La música es un arte fascinante y es inabarcable, de alguna manera incomprensible. Y las mujeres también, de alguna forma los hombres en nuestra capacidad limitada nunca logramos abarcarlas, entenderlas, probablemente no lo logramos de la manera que ellas quisieran. Son dos grandes fuerzas que nos atraen muchísimo.
– El personaje del guionista es, en cierta manera, lo que él mismo escribe. ¿Cuánto hay de un guionista en lo que escribe? ¿Cómo puede reforzar o debilitar que la escritura esté tan ligada a las vivencias personales?
Es imposible escribir desde un lugar que no sean las vivencias personales. Uno puede estar escribiendo una historia de ciencia-ficción sobre la invasión de marcianos en la Tierra, pero siempre se hace desde un lugar de la vivencia. Siempre va a haber algo personal canalizándose en esas historias por más extrañas que sean. La película está cargada de vivencias, y eso es inevitable.
– ¿Cómo surgió la idea de crear el personaje de Leonardo Sbaraglia?
A la hora de pensar en qué obra estaría encarando el personaje del guionista, Damián, surgió la posibilidad de que estuviera llevando a cabo una obra que le resultase difícil de abarcar, y muchas veces la industria del espectáculo intenta interferir muchísimo en la cuestión artística. Hay opiniones diferentes, visiones diferentes y lo que es Leonardo es, con mucho humor, una visión distorsionada de lo que es él en realidad, que no tiene nada que ver evidentemente, pero de alguna manera pone en evidencia los caprichos, las exigencias que muchas veces la industria tiene con algunos artistas.
– ¿A ti te sucedió algo parecido o dirías que la película ha resultado como tú la imaginaste?
Esta película ha quedado tal y como la imaginé, pero me ha pasado en otros trabajos el encontrarme con los requisitos y los pedidos de gente de más o menos criterio, muchas veces con muy poco criterio que termina opinando. Afortunadamente no fue el caso de esta película, donde nadie intervino, pero he tenido que soportar muchas veces pedidos caprichosos.
– ¿No tiene Días de vinilo un cierto aire británico por la forma de configurar la temática música-mujeres y sus historias y personajes? Y en general, ¿cuáles han sido tus influencias a la hora de realizar esta película?
El cine independiente británico es muy interesante. Yo creo que mis máximas influencias tienen que ver con el cine de Woody Allen, de Robert Altman por su tratamiento de la coralidad, las películas de Cameron Crowe por su acercamiento a lo musical, el cine de Alexander Payne por su tratamiento de las crisis humanas. Creo que ésas han sido mis influencias.
– En tu película aparecen bastantes mujeres que van más allá del arquetipo mujer-florero que muchas veces contemplamos en las películas. ¿Crees que hay un cierto déficit de este tipo personajes femeninos en el cine?
Creo que fue algo que definió el cine hace unos años, la carencia de personajes femeninos fuertes. Creo que cada vez más se pueden ver personajes femeninos bien definidos, hay muchísimas mujeres realizadoras que logran atribuir su sensibilidad a los personajes femeninos. Para un hombre siempre es muy difícil escribir un personaje femenino sólido. Creo que Woody Allen lo ha logrado y no sé si muchos más. Pero no hay nadie mejor que una mujer para escribir un personaje femenino con todas las complicidades que eso tiene. A veces sí hay un déficit a la hora de caracterizar un personaje femenino, el héroe siempre suele ser un hombre.
– Uno de los aspectos más complicados en este tipo de películas es conseguir los derechos de autor para todas las canciones míticas que aparecen. ¿Fue difícil lograrlo? ¿Hubo algún derecho que no pudisteis conseguir?
Sí, es muy difícil, fue lo más difícil de hacer la película. Hay que conseguir los derechos de la discográfica, hay que conseguir el permiso del artista, que tiene que aprobar el guión, cada escena en la que hay un tema tiene que ser leída por el artista, por el compositor, por el intérprete, que a veces no son la misma persona. Fueron dos años de negociación con las discográficas, de mails a los artistas con la escena del guión para que la leyesen. Finalmente hemos conseguido que en la película salgan canciones originales de Queen, de Rod Stewart, de Morrissey, de Marvin Gaye, de temas que interpretaban The Beatles o Phil Collins. Pero se me han quedado fuera un montón. Por ejemplo, se ha quedado fuera Baba O’Riley de The Who, un tema con el que yo quería abrir la película, se ha quedado fuera White Moon, se ha quedado fuera Layla de Derek and the Dominos, por nombrar algunas, también se quedó fuera Born to Run de Bruce Springsteen o Tangled up in blue de Bob Dylan.
– ¿Qué pretendes hacer llegar al espectador con esta película?
Si el espectador vive un poco el camino que trazan los personajes y logra identificarse con alguno de ellos, de alguna manera logra algo, no va a salir del cine de la misma manera que entró. Creo que la película habla sobre los peligros de la nostalgia excesiva, de no dejar atrás el pasado, de no vivir el día a día. Se puede sintetizar en la frase de Lennon: “La vida es todo lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”. Todos los personajes están ocupados tratando de obtener un objetivo mayor al que probablemente nunca lleguen y mientras dejan de ver que tienen elementos a su alcance como para ser felices. Eso sería lo más interesante que puede dejar la película. Y además, me gustaría que dejase un par de horas de risa y de buena música. Si deja eso, es una experiencia con la que me voy a sentir satisfecho.
– ¿Cómo definirías la situación actual del cine argentino en el plano artístico?
Muy bien, me parece que el cine argentino está atravesando uno de sus mejores momentos. Hay grandes realizadores y se está apostando nuevamente por el cine de género, que estuvo descuidado en una época, así que me siento orgulloso de ser parte de esta nueva camada de realizadores que apuestan al género.
– ¿Tienes ya algún próximo proyecto en marcha?
Estoy terminando de escribir un largometraje, que es otra comedia y acabo de terminar una serie de televisión que se va a emitir en Argentina dentro de poco.
– ¿Podrías recomendar una película que hayas visto últimamente y te haya gustado?
Recientemente… Nebraska, de Alexander Payne. También me gustaron mucho Her y American Hustle. Ah, también Inside Llewyn Davis, de los Coen.
– ¿Qué tipo de música escuchas?
Variado (Risas). No, escucho la música que está en la película, sinceramente. Mis bandas de cabeceras son The Beatles, Queen, Genesis, The Who, Bob Dylan, Bruce Springsteen, el rock y pop clásico de los 60, 70 y 80.
– ¿Y crees que la música es una buena manera de hacer llegar el sentimiento de una película, es imprescindible en el cine contar con una buena selección musical?
Es fundamental. Es una aliada imprescindible del cine. Es una de las formas más directas de llegar al espectador. La música sintetiza emociones como ninguna otra forma de arte.
Ha colaborado en esta entrevista: Rubén Collazos.