El cine es un mundo que clasifica a las personas a raíz de sus gustos según la temática y el género. Por ello, cuando se visualiza un tipo de cine ajeno a las preferencias de uno mismo hay que tener todos los sentidos conectados para llegar a disfrutar de algo que de primeras no encaja con la predilección propia. Es cuestión de saber lo que uno va a ver, por lo que, ya de primeras, va condicionado. Aquellas cintas tan positivas y agradables cuestionan la realidad que se vive en el mundo, un mundo plagado de crisis ética y económica, desconfianza, donde escasea la igualdad entre los seres humanos. Para más inri, si lo que se visualiza es un documental, la credibilidad será cuestionada en cada segundo.
El director francés Pascal Plisson, vuelve a la carga, tras cosechar éxitos con su anterior trabajo Camino a la escuela (2013), triunfadora de los premios César 2014, con El gran día. Si en el documental previo Plisson filmó las dificultades diarias que encontraban sus cuatro protagonistas para ir al colegio, en el trabajo predecesor cambia el destino de otros nuevos personajes, cuyo objetivo dependerá del esfuerzo y fortaleza que hayan desempeñado en el pasado para que en el presente se decida su futuro. Es decir, en un solo día se juegan su vida entera. Tanto en nuestro país como en el resto de países desarrollados, las oportunidades son bárbaras a priori, lejos de entrar en cuestiones de crisis económica. Sin embargo, los cuatro puntos geográficos acogen a cuatro jóvenes, de entre 11 y 19 años, cuyas vidas mundanas están sujetas al conformismo y a los caprichos que una sociedad en vías de desarrollo les otorgan. La India, Mongolia, Uganda y Cuba son los escenarios que, a pesar de estar separados entre sí por miles de kilómetros, presentan las mismas características y oportunidades para aquellos que quieran crecer personal e intelectualmente.
Nidhi quiere ser ingeniera, para ello necesita aprobar una prueba en la que se presentan 5.000 aspirantes de los cuales solo son elegidos 30, quienes tendrán un año para formarse y prepararse para acceder a la Universidad. Tom lleva dos años preparándose para ser guarda forestal, quien se lo juega todo a una sola baza, un examen de ingreso que si lo llega a superar podrá dedicarse a lo que siempre ha querido: la protección del medioambiente y de los animales de su país, Uganda. De la mano de Albert conoceremos un poco más la sociedad de la Habana. El joven sueña con convertirse en el mejor boxeador de su generación, pero para ello deberá ser aceptado en la Academia de Estudios del Deporte, donde poder continuar con su formación. Por último, Deegii, una joven de Ulán Bator presenta el reto más difícil y cuestionable, según se visualiza en la cinta, pues su objetivo es el de convertirse en contorsionista profesional, algo que lleva preparándose toda la vida y que ocupa, prácticamente, todo su tiempo.
La localización y elección de los personajes fueron esenciales para la construcción del documental, que muestra historias reales y muy puntuales en un mundo lleno de desigualdades y carente de oportunidades. Con ello, El gran día es partícipe de un proyecto educativo y social que pretende concienciar de la importancia de la educación, del esfuerzo, el trabajo y la constancia para las próximas generaciones. Sin embargo, el director carga en demasía a la cinta de sentimentalismo y subrayado musical, aunque este viaje nos lo cuente de una manera honesta y sencilla.
El fin del documental es el de remover conciencias y dar un hilo de esperanza al futuro y a la sociedad que viene, pues está inmersa en la miseria e injusticias. Podría hablarse de una fábula que quiere rescatar esa humanidad que parece haber desaparecido de la faz de la Tierra, donde el éxito y el prestigio personal son los claros protagonistas. Por ello, Pascal Plisson aporta su granito de arena en dar visibilidad a estas historias a través de unos ‘héroes’ que trabajan y luchan para alcanzar su sueño, inmersos en sus vidas reivindicando su lugar de nacimiento y su espacio personal; algo que lleva a potenciar una visión diferente de estos recónditos lugares, desconocidos por muchos de nosotros, los cuales estamos acostumbrados a observar y generar una opinión a través de lo que nos cuentan los medios de comunicación. La película aporta otra mirada, acercándose a la realidad, donde en medio de la pobreza que predomina existen personas que abren caminos creando un proyecto de vida diferente a la que su condición social les había condenado.