Hay vida más allá de los Dardenne y lo cierto es que la belga se está convirtiendo en los últimos años en una de las cinematografías europeas más interesantes, no tanto por la calidad de su cine (que la hay, y mucha), sino más bien por el inconformismo de autores como Koen Mortier, Fabrice Du Welz, Helène Cattet & Bruno Forzani, Michael R. Roskam e, incluso, en menor medida, Bouli Lanners o Olias Barco, todos ellos con cintas como Ex-drummer, Calvaire, Amer, Bullhead o las divertidísimas Vampires y Kill Me Please, todo un ejemplo de como ofrecer un aire renovador a una cinematografía en la que quitando los intentos de Akerman o Belvaux se había echado en falta intentos distintos.
En este caso, quien vuelve es un cineasta sin grandes aportaciones todavía, pues su debut Michel Blanco pasó sin pena ni gloria, pero ahora llega con fuerza para sorprender con esta Le monde nous appartient, segundo largometraje de un Stephan Streker al que acompañan en labor interpretativa Vincent Rottiers (Renoir), Ymanol Perset (al que recientemente vimos en el MFFF, en La desintegración, con crítica próximamente por aquí), Olivier Gourmet (El ejercicio del poder) y Reda Kateb (Un profeta) bajo un guión escrito por el propio cineasta de extraña sinopsis: «Una noche, sobre un puente… un cuchillo. Está Pouga. Y también Julien. La película muestra el destino paralelo de estos dos jóvenes que se parecen sin conocerse. Comparten los mismos valores y un mismo deseo absoluto. Podrían ser amigos y, sin embargo…».
Su trailer, acto seguido, para una cinta que se estrena el próximo 20 de febrero en Francia y tiene una pinta realmente interesante. Habrá que ver si los belgas siguen en buen camino o no.
Trailer de Le monde nous appartient
Póster de Le monde nous appartient