Pájaros que entonan el sonido de notificación de WhatsApp, una mujer con voz de Loquendo, las trepidantes desventuras amorosas de un monstruo llamado romeo_69 (la barra baja siempre se pronuncia, siempre)… surrealismo que remite a la sociedad actual, puyas a internet y a las formas modernas de comunicación. Decorado es un cortometraje que es tan hijo de su tiempo como, en realidad, profundamente atemporal. Una sátira llena de cinismo sobre nuestro rol como individuos en un entorno social.
Premiado en multitud de festivales, proyectado entre otros en la Quincena de Realizadores de Cannes, el corto del gallego Alberto Vázquez continúa la senda estética definida por sus cortometrajes anteriores. Dibujos animados de estilo clásico y aspecto amable que conviven con escenarios siniestros, en este caso un mundo onírico en blanco y negro e inquietantemente desvitalizado, y con personajes que representan emociones humanas, en concreto, la parte más sombría y perturbadora de las mismas.
Mediante una narración fragmentada y no lineal, el cortometraje nos introduce en su particular entorno de interacciones mientras cuenta la historia de un hombre incapaz de distinguir entre la realidad y sus propios sueños, engañado por sus propios recuerdos, que va dándose cuenta de que algo no cuadra en su visión del mundo al adquirir consciencia de su verdadera naturaleza. Un mundo urdido premeditadamente, un escenario virtual en el que todos pueden encontrar su sitio, siempre que acepten formar parte del engaño.
Pese a todo, la intención de Decorado probablemente no es hablarnos de la realidad oculta dentro de las construcciones sociales, sino que plantea su premisa desde una perspectiva eminentemente introspectiva, en lo que al fin y al cabo es una fábula sobre la propia existencia y la consciencia de uno mismo. Este enfoque existencialista, nada que no hayamos visto en realidad aunque siempre sugerente, es presentado sin embargo con una narración cómica y ligera, centrada en resaltar el absurdo y la ironía presente en este escenario e impregnándolo todo de un humor negro que resta solemnidad innecesaria a la propuesta y al mismo tiempo le añade otro barniz de perturbación.
Lo que ofrece Alberto Vázquez aquí es, por tanto, una fábula sobre la superficialidad del mundo y sobre la existencia misma planteada como una distopía contemporánea, narrada con agilidad y siempre desde un punto de vista lúdico, sin dejar de lado la profundidad reflexiva de su premisa. El resultado es un cortometraje que funciona con solvencia a todos los niveles que plantea. Es divertido e irreverente, es enigmático e inquietante en su absurdo onírico, y es indudablemente complejo y sugerente en el terreno conceptual.
Decorado es una pequeña joya animada de un autor en claro ascenso, un trabajo muy pulido a nivel visual y con un planteamiento inteligente que desarrolla sus puntos con gran habilidad y capacidad de integrar multitud de capas con naturalidad. Un fascinante viaje a una visión del mundo cínica y desencantada, reflejada en su plenitud en ese memorable final que recrea, a su manera, el famoso dilema de Matrix. Y es que, en el fondo, la píldora azul siempre fue la opción más segura.
MUUY GRANDE.