Vuelve el Festival de Cine Europeo de Sevilla con su 18ª edición y se celebra presencialmente en estos tiempos todavía repletos de incertidumbre para la exhibición cinematográfica. El certamen vuelve a ser un punto de encuentro imprescindible para estar al día de los títulos más importantes del continente durante el año entre las propuestas de más peso que llegarán a los cines próximamente —tanto de cineastas consagrados como emergentes—, algunos de los títulos clave del cine español independiente y la línea más rupturista y radical en lo autoral, de difícil acceso fuera de eventos como este, que incluye además como siempre la recuperación de obras de la cinematografía europea que permiten repensar la historia del cine desde una perspectiva contemporánea. Entre estas últimas parecen citas ineludibles las proyecciones de Wives (Anja Breien, 1975), We Have Many Names (Mai Zetterling, 1975), Blind Spot (Claudia von Alemann, 1981) o The Tied Up Balloon (Binka Zhelyazkova, 1967).
En la Sección Oficial encontramos los nuevos trabajos de nombres de gran relevancia como Miguel Gomes (Diarios de Otsoga) —codirigida junto a Maureen Fazendeiro—, que vuelve a desafiar los límites de la narración cinematográfica en su seguimiento cronológico inverso del mes de verano de tres amigos. Mia Hansen-Løve presenta Bergman Island después de su paso por la competición de Cannes, que cuenta con una de las actrices europeas del momento como Vicky Krieps (Old, Beckett). Si una película justifica la experiencia cinematográfica de las salas seguro será Memoria de Apichatpong Weerasethakul, el cineasta de lo sensorial, del refinado uso del sonido y de la inmersión en sus imágenes, de lo mágico en contacto con la realidad, que en esta ocasión cuenta con Tilda Swinton en su reparto. Después de American Honey, (2016), Andrea Arnold nos trae un trabajo en clave documental sobre la rutina de un animal en una explotación ganadera en Vaca. Y en este apartado queda por destacar el nuevo largometraje de Kenneth Branagh, Belfast, que se perfila como una de los títulos más relevantes de la temporada de premios y que incluye a Judi Dench, Ciarán Hinds, Jamie Dornan y Caitríona Balfe en un relato que nos transporta a la infancia de un niño en los años sesenta en la capital de Irlanda del Norte.
En la selección de cintas de los premios del cine europeo encontramos obras imprescindibles que traspasan o subvierten los códigos propios de los géneros fílmicos como los de la ‹road movie› ferroviaria Compartment No. 6 (Juho Kuosmanen), del terror sobrenatural en The Innocents (Eskil Vogt), de la comedia romántica generacional ‹millennial› en The Worst Person in the World (Joachim Trier) —reciente ganadora del Premio FIPRESCI en la Seminci— o de la sorprendente e inclasificable Lamb (Valdimar Johannsson) con Noomi Rapace. En Historias Extraordinarias aparece Our Men, el segundo largometraje de Rachel Lang después de la brillante Baden Baden (2016), Después de la sátira marxista Self-criticism of a Bourgeois Dog (2017), Daniel Radlmaier sigue con peculiar perspectiva de cine político en Bloodsuckers, una comedia de vampiros en Las Nuevas Olas. En esta misma sección se puede ver Futura, un trabajo colectivo que aúna las sensibilidades de Alice Rohrwacher, Pietro Marcello y Francesco Munzi en un retrato de la juventud italiana. También en este apartado se proyecta la coproducción suecoespañola Passion, un nuevo objeto cinematográfico de la artista Maja Borg que explora las conexiones entre las prácticas BSDM y el cristianismo.
Y en cuanto al cine español que se puede ver durante estos días en el SEFF, una de las que más expectativas genera dentro de la Sección Oficial es el primer largometraje de Chema García Ibarra, Espíritu sagrado, que mezcla el retrato costumbrista con la ufología. Aquí se verá además Las gentiles de Santi Amodeo, con un retrato actual de la adolescencia española, sus conflictos de identidad y la relación con las pantallas. En el mismo espacio, aunque fuera de competición, se encuentra Alegría, la ópera prima de Violeta Salama tras una larga trayectoria con experiencia como asistente de dirección (Blancanieves, Pablo Berger, 2012) y script (El autor, Manuel Martín Cuenca, 2017). En Revoluciones Permanentes, Álvaro F. Pulpeiro presenta Un cielo tan turbio, documental sobre el contrabando de gasolina en la frontera de Venezuela que registra la crisis humanitaria y los movimientos migratorios desde su personal mirada. Y para terminar, en las Nuevas Olas No Ficción aparece la extensión del corto de Silvia Rey Canudo en formato largo Wan Xia. Un documental que supone un insólito estudio sobre la comunidad china en España a partir de uno de los jubilados de un centro de mayores en Madrid, donde se reúnen aquellos que migraron a nuestro país en la década de los 80, con el reflejo de su realidad desde el humor y la especial perspectiva que la directora ya expuso en su trabajo previo, premiado en DocumentaMadrid 2018.
Crítico y periodista cinematográfico.
Creando el podcast Manderley. Hago cosas en Lost & Found.