Antes de Cop Secret, mi conocimiento cultural sobre el audiovisual islandés se resumía en la producción Ártico (dirigida por el brasileño Joe Penna y protagonizada por el danés Mads Mikkelsen y la islandesa Maria Thelma Smáradóttir) y la serie de televisión Katla. Entre que una apenas vale como muestra y que la otra carecía por completo de sentido del humor, entrar a valorar el mismo en Cop Secret me resulta un poco complicado, porque de primeras quiero pensar que me estoy perdiendo algo que está ahí, pero es demasiado local para provocar la sonrisa en un espectador de otro país.
Esa sería la primera premisa. La segunda, sobre la base de que el humor es universal, implicaría que la sátira policiaca dirigida por el exfutbolista Hannes Þór Halldórsson (recordado por detener un penalti a Messi en un partido del Mundial de Rusia de 2018) es un poco fallida, aunque por lo menos cuenta con las buenas intenciones y las ganas. Justo como la selección de fútbol islandesa en aquel mundial. Obtuvieron la simpatía de la mayoría de interesados por el campeonato, e incluso consiguieron sorprender a muchos con el empate ante Argentina. A pesar de acabar en la última posición de su grupo, quedando eliminados en la primera ronda, su presencia fue bastante refrescante, dado el actual estado del fútbol mundial en términos de sorpresas.
En el caso de Cop Secret, Hannes Þór Halldórsson, secundado por Auðunn Blöndal, Egill Einarsson y Sverrir Þór Sverrisson en el guion y delante de la cámara, ofrece un producto sin pretensiones de cara al espectador, lleno de alboroto, y con diálogos acelerados y bastante exacerbados. Durante la mayor parte del metraje, transmite sensaciones similares a las que produce ver a los hooligans ingleses y a los rusos cuando quedan para lanzarse sillas de bar antes de los partidos. En esta película, al menos, sabemos que todo es ficción, en parte por el uso de efectos especiales reguleros (salvo alguna excepción), pero sobre todo por la cantidad de muertos que van pasando por la pantalla como si fuera lo más normal del mundo.
Con todos estos elementos, podríamos llegar a la conclusión de que Cop Secret es una película divertida, llena de acción, policías duros al volante y buenos propósitos centrados en la sexualidad de su protagonista. Esto es así, pero también son elementos propios de un producto que podría ser agotador. Sobre todo cuando no te ríes demasiado y la acción es demasiado simple y efectista (incluso aunque sea a propósito). Desde aquí, siempre a favor de las buenas intenciones y de fomentar la apertura de mentes. Eso sí, a ser posible con un desarrollo de los personajes más elaborado, para que te importen un poco, porque la verdad es que, de tanto ver morir a todo dios, te acaba dando un poco lo mismo.
Al final, a lo largo del metraje, pero especialmente en su desenlace, uno tiene la sensación de estar viendo el capítulo de alguna serie de televisión sin más. Es autoconclusivo y está dispuesto a cualquier cosa para que todo quede resuelto como debe. Se salva, por salvar algo, los momentos del personaje bocazas que forma parte del grupo de ladrones, planteando situaciones cuestionables de la realidad que en la ficción tienden a ser olvidadas porque no dan, precisamente, ligereza a la narración.
Por tanto, si te gustan las películas de policías donde los protagonistas están muy compenetrados (clásico de las ‹buddy movies›), que tienen una banda sonora potente, con presencia del fútbol, mucha acción, peleas y escenas violentas, amenazas de bomba y unos malos más listos que los buenos, esta es tu película también.