Conclusiones del FICX 53

Hasta 34 películas he visto en este 53 Festival Internacional de Cine de Gijón. Un número que considero aceptable, ya que otorga una media de cuatro films por día. Pero, como todo sabemos, lo que importa realmente es la calidad y no la cantidad. Y en este apartado, lo cierto es que el FICX ha ofrecido obras de mayor interés en secciones paralelas celebradas fuera de sus circuitos oficiales, como iremos desmenuzando a lo largo de este texto. Por lo pronto, un servidor se queda con la indudable experiencia de cubrir un evento de tal envergadura, habida cuenta de que la propia ciudad asturiana se vuelca de lleno en él al proporcionar un inmejorable acomodo a sus visitantes y acudir con elevada frecuencia a las salas.

Es un sentimiento casi unánime entre la crítica que la Sección Oficial del FICX 53 no ha tenido unos estándares de calidad muy altos. De las 16 películas a competición, sólo tres me han resultado satisfactorias. La primera de ellas es evidente: Right Now, Wrong Then, estupenda cinta del realizador coreano Hong Sang-soo a la que el Jurado decidió, muy acertadamente, darle el premio a mejor película y mejor actor. Decisión lógica, pues al cuarto de hora de metraje ya se sabía que sus fotogramas despedían, de largo, las mayores cotas cinematográficas de toda la S.O. Otra de las películas a destacar en esta sección es Aferim!, del rumano Radu Jude, una cinta que goza de una puesta en escena y fotografía bastante notables. Cuesta creer que el Jurado le haya obviado al repartir los premios. Por último, Land of Mine se alzaba como un film tan directo como honesto sobre un evento acaecido en Dinamarca nada más acabar la IIGM. No extraña en absoluto que se haya llevado el Premio del Público, ya que la historia engancha y sus imágenes transmiten todo tipo de sentimientos.

Right Now Wrong Then-2

El resto de la Sección Oficial se ha movido entre propuestas interesantes pero vacías en su contenido (La calle de la amargura, Neon Bull), otras fallidas a la hora de saber llegar al espectador (Much Loved, Taklub), algunas que funcionaban con acierto hasta un mal desenlace (Je suis un soldat, Nasty Baby, The Ardennes), un par que eran buenrollistas en exceso (La delgada línea amarilla, Masaan) y unas pocas que directamente estaban demasiado vistas (Umrika, Black). Excluyo The Diary of a Teenage Girl, la cual vi con anterioridad al FICX. Como película de clausura fuera de competición se exhibió One Breath, que ofrece media hora muy interesante pero poco a poco decae irremediablemente.

La segunda sección por relevancia es el AnimaFICX que, como su nombre indica, está dedicada al cine de animación. Ahí tuve el placer de disfrutar de la última de Ghibli, When Marnie Was There; aunque no entrará en el top de la factoría japonesa, reúne muchas de las bondades que la han caracterizado y se convierte en una experiencia imprescindible para todos sus fans. La otra película que me gustó en esta sección fue Psiconautas, la única española que vi en todo el Festival. Describe una atmósfera agobiante, decadente, trazando geniales paralelismos con varios de los problemas que afectan al mundo occidental actual. La cinta que se llevó el premio AnimaFICX fue The Magic Mountain, decisión bastante esperable dada la revolución visual que la rumana Anca Damian pone en práctica durante todo su metraje, por mucho que el guión peque de un cierto déficit narrativo sobrepasada la mitad de la misma. Más pronunciado es el desinfle en El niño y la bestia, una de las películas que más esperaba en todo el Festival y que cumple con creces sus expectativas durante la primera hora y media, hasta que el último cuarto de hora se convierte en un verdadero caos. Completé la sección con la irregular Phantom Boy y la en exceso típica April and the Twisted World (aunque esta ha gustado allá donde se ha exhibido). Me quedé con ganas de ver la belga Cafard y, sobre todo, la francesa Tout en haut du monde, que ha sido elogiada hasta el extremo.

When Marnie Was There-3

Uno de los principales alicientes de esta edición del FICX era la retrospectiva que se le dedicaba a Apichatpong Weerasethakul. Acudí a ver Mysterious Object at Noon, cinta que se convirtió en una gran piedra de toque para tratar de adivinar lo que podía esperar en Cemetery of Splendour, última obra del cineasta hasta el momento cuyo visionado supuso toda una experiencia visual, cumpliendo la intención del tailandés en crear un cúmulo de sensaciones que no podían dejar indiferente al espectador. Debo decir que me quedé con ganas de conocer más en profundidad el resto de su obra, cosa que procuraré cumplir más pronto que tarde.

Pero las mejores sorpresas del Festival vinieron de la mano de Convergencias, una sección coordinada por nuestro compañero Martín Cuesta (Cinemaadhoc) y que cumplía este año su segunda edición, pretendiendo ser un espacio en el que la crítica y el público uniesen intereses a través de la proyección de seis películas inéditas en España propuestas por diversos críticos cinematográficos. Aquí descubrí la sobresaliente Test, obra del ruso Alexander Kott que es puro lirismo visual, una belleza técnica que se complementa con una trama no menos conseguida. Casi a su nivel se sitúa Risttuules (In the Crosswind), otra cinta de gran calado visual que trata el reinado del terror estalinista desde una perspectiva que deja perplejo a quien la vea. La estadounidense Krisha quizá fue la que gustó más entre el público, dada la genial atmósfera de tensión que su director sabe imbuir al film de principio a fin, aunque realmente quedan ciertos aspectos por pulir. Menos amigables con el público pero cinematográficamente interesantes fueron el documental Transatlantique y, sobre todo, Os Olhos de André, cinta portuguesa que también provoca ganas de descubrir más películas de su autor. La sección se cerró con The Road, film libanés que parte de unas buenas intenciones en materia técnica y un sabio uso de los silencios, pero con una trama que no avanza y que cada vez se hace más confusa, hasta el punto de tirar por tierra cualquier atisbo de pretensión.

Risttuules-3

Finalmente, y al margen de estas tres secciones (y de los cortometrajes, que no hubo pocos), asistí a la proyección de otras cuatro películas que tarde o temprano se terminarán estrenando en España (no en vano, al menos dos ya tienen fecha de estreno garantizada). La que me otorgó mejores sensaciones fue Langosta, del griego Lanthimos, una especie de distopía con un fenomenal desarrollo (excelente en su primera mitad, algo más farragoso en la segunda) que presenta varios de los detalles marca de la casa del autor. También muy grato fue el visionado de El hijo de Saúl, cinta que esperaba bastante tras las buenas críticas cosechadas en Cannes, aunque acudía con cierto temor a que la experimentación técnica resultase en exceso pretenciosa; nada más lejos de la realidad, ya que el director húngaro László Nemes no es víctima de su propio invento y ofrece una notable película sobre la barbarie nazi que refleja con un extraordinario realismo lo que ocurrió en esos campos del horror. Precisamente horror es lo que pretendía transmitir The Invitation, polémica ganadora en Sitges y que a no demasiada gente ha gustado por aquí, aunque la verdad es que sus diálogos generan interés y su desarrollo (con muchos trucos en el guión, que no trampas) resulta tremendamente ágil. Por último, la película con la que cerré el FICX 53 fue Ixcanul, cinta guatemalteca bastante apreciable en casi todos sus aspectos pero que no facilita en exceso la tarea de introducirse en su atmósfera; sin embargo, tiene el honor de ser uno de los poquísimos films del Festival en los que se puede decir aquello de que mejoraría con un segundo visionado.

Poco más hay que decir en materia cinematográfica, ya que desde Cine Maldito hemos ido desmenuzando la gran mayoría de las películas aquí mencionadas en sus correspondientes reseñas. Por lo tanto, y consciente de que el tema de las listas suele ser muy apreciado por todos los sectores que rodean al cine (público, crítica, autores… todo el mundo hace listas) procedo a dejar un top 10 sobre lo mejor que he visto durante mi estancia en Gijón. Conste que no ha sido difícil realizarlo:

  1. Test, de Alexander Kott
  2. Cemetery of Splendour, de Apichatpong Weerasethakul
  3. Right Now, Wrong Then, de Hong Sang-soo
  4. Risttuules (In the Crosswind), de Martti Helde
  5. Langosta, de Yorgos Lanthimos
  6. El hijo de Saúl, de László Nemes
  7. Aferim!, de Radu Jude
  8. Land of Mine, de Martin Zandvliet
  9. When Marnie Was There, de Hiromasa Yonebayashi
  10. Psiconautas, de Pedro Rivero y Alberto Vázquez

Test

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