El pasado sábado concluyó la cuarta edición de Filmadrid, festival de cine que durante diez días trató de acercar al público de la capital de España películas internacionales de todas las épocas. La gala de clausura reveló los ganadores del certamen en varias categorías, con la alemana Drift llevándose el premio gordo, y puso de manifiesto el creciente interés de todas las facetas del mundo cinematográfico (trabajadores de la industria, organizadores, público, crítica…) en este evento que ya parece instalado en el calendario fílmico de cada curso.
Contemplando el planning de películas que se podían ver a lo largo del festival, ya parecía denotarse una clara preferencia por lo experimental, especialmente en aquellos títulos a concurso en la sección oficial, y por la reivindicación, algo que se revela al realzar la figura de cineastas particulares que tuvieron su hueco particular en la parrilla de proyecciones. Una programación que, en cualquier caso, gozaba de variedad estilística, temporal y geográfica, de manera que Filmadrid 2018 seducía con facilidad a cualquiera que estuviera interesado en la cinematografía.
Las películas exhibidas en torno a la competición oficial marcaban con claridad este aroma experimental. La propia ganadora, Drift, se constituía en base a largos planos de las olas del mar que pretendían mostrar la sensación de soledad de la protagonista ante la marcha de su íntima compañera. Otras, como la india The Unknown Craftsman, alternaban una bellísima puesta en escena con un guion más inescrutable. También hubo tiempo para analizar la realidad social en Also Known as Jihadi y They Still Burn, para ver las cosas positivas de la naturaleza en la libanesa The Drift o para seguir asistiendo a la inagotable cantera del panorama independiente estadounidense con cintas como la misteriosa Notes on an Appearance o la virginal Classical Period.
Los cineastas Tonino De Bernardi, Raquel Chalfi y Khalik Allah tuvieron la oportunidad de exhibir su filmografía en tres secciones dedicadas a cada uno de ellos. No es casualidad la diferencia de perfiles (un director veterano, una polifacética artista y un joven realizador), como tampoco la variedad que existe en sus respectivas obras, fruto de esa intención por parte de la organización de cubrir el más amplio espectro fílmico posible. Paralelamente, Filmadrid dispuso de una cuarta sección que, a juicio del que escribe, resultó lo más interesante del festival. Se trata del ciclo Endless Nights, dedicado a exhibir películas que transcurren en una misma noche. Los trabajos de las conocidas cineastas Chantal Akerman y Claire Denis, de las que se exhibieron sus obras Toute une nuit y Viernes noche respectivamente, aderezaron la noche madrileña con pequeñas crónicas sobre los misterios del amor. La brasileña Noite Vazia, también se exhibió en este ciclo y se constituyó como una de esas películas que justifican la existencia de un evento como Filmadrid; un film poco o nada conocido que más de medio siglo después se proyecta en una gran ciudad y los espectadores, además de pasar un buen rato, descubren cómo muchas de las cuestiones que se tratan en esa cinta de 1964 tienen todavía su eco en el actual año 2018.
Por último, es necesario citar otros dos nombres que han sido protagonistas en este festival. De Hong Sang-soo se exhibieron sus recientes trabajos The Day After y La cámara de Claire en las galas de inauguración y clausura respectivamente, clara muestra del alto estatus que este notable realizador ha adquirido en Occidente durante los últimos años. Por otra parte, el checo Václav Kadrnka no solo estuvo en la terna que constituyó el jurado de la competición oficial, sino que también pudo exhibir su exitosa Little Crusader, ganadora en Karlovy Vary, durante el último día de competición.
Como casi siempre que toca cubrir un festival de cine, el mayor lamento se produce cuando uno comprueba que por circunstancias implícitas al ser humano (no poseemos el don de la omnipresencia) o inevitablemente apegadas a su existencia (asuntos laborales, personales, etc.), no ha sido posible asistir a varias proyecciones que han podido ser de gran interés en el festival. Particularmente, es el caso del resto del ciclo Endless Nights o de alguno de los trabajos proyectados en torno a Vanguardias, donde triunfó el gallego Adrián Canoura. Sea como fuere, este Filmadrid 2018 ha sido una experiencia tan enriquecedora como entretenida y solo queda desear que el próximo año la organización vuelva a tener la oportunidad de celebrar su quinta edición.
Ahí va un top 5 de lo visto durante el festival:
- Noite Vazia (Walter Hugo Khouri)
- Viernes noche (Claire Denis)
- La cámara de Claire (Hong Sang-soo)
- Toute une nuit (Chantal Akerman)
- The Drift (Maeve Brennan)