Naturaleza, cuerpo y formar parte de algo
La película Cidade; campo la forman dos relatos de migración en Brasil que se conectan a través de objetos y que suceden paralelamente. Una mujer se va a la ciudad y tiene que adaptarse y encontrar trabajo; la otra se muda al campo, donde su padre vivía. Ambas luchan por empezar de nuevo en un contexto de precariedad y devastadoras inundaciones.
La directora brasileña Juliana Rojas es conocida por Los buenos modales (As boas maneiras, 2017), un filme de terror co-dirigido con su pareja Marco Dutra; o Hard Labor (Trabalhar cansa, 2011) que se estrenó en Cannes. Cidade; campo se estrenó en la sección Encounters de la Berlinale, que tiene como objetivo fomentar obras estética y estructuralmente atrevidas de cineastas independientes e innovadores. La película es una mezcla de diversas formas narrativas y documentales.
En la primera historia, Joana (interpretada por Fernanda Vianna) se traslada a la ciudad de São Paulo para quedarse en casa de su hermana; encuentra consuelo en el jardín de la terraza, cuidando las plantas. Cada noche se sumerge en el ritual de fumar su pipa mientras observa a los vecinos. La simplicidad narrativa nos permite empatizar con esta mujer que ha abandonado su tierra. Su hijo se fue hace mucho y ella lo extraña profundamente. Joana desarrolla un vínculo especial con su sobrino, quien la ayuda a conseguir trabajo como limpiadora. Poco a poco, se une a sus colegas, cuya lucha colectiva por mejores condiciones laborales le da un nuevo significado a su vida.
La fotografía en el primer relato presenta tonalidades oscuras y cálidas, donde el contraste y el negro predominan, evocando la atmósfera nocturna. Se entrelazan los colores terrosos del barro y la tormenta del campo con el paisaje urbano. En la segunda parte, el calor y el barro se mezclan con el verde del bosque y la luminosidad del cielo abierto. En este segundo relato, de una vertiente más mística, Mirella Façanha da vida a Flavia, la protagonista. Al regresar al hogar de su difunto padre, Flavia descubre facetas desconocidas de su vida. Tanto ella como su pareja conectan con los fantasmas del pasado mientras se acompañan mutuamente en este viaje introspectivo.
En ambos relatos la naturaleza y la música están presentes. Los personajes se relacionan con las plantas de diversas formas, ofreciendo una ventana al contexto cultural y político de Brasil. En la primera historia se habla de la precariedad laboral y la crisis climática. Joana y sus compañeras de trabajo buscan evadirse de esta realidad en un karaoke, entregándose por completo a la música. En la segunda historia se trata el tema de la herbología (drogas medicinales). Las dos mujeres experimentan con el ayahuasca y es así como afrontan la realidad de la vida cotidiana en el campo. Ellas también bailan y cantan canciones que declaran su amor mutuo, añadiendo capas de significado emocional a la trama.
La posibilidad de las conexiones entre mundos alternativos se expresa en estas dos historias que parecen inacabadas. Giran en torno a la liminalidad y, por eso, los largos planos nos sumergen en estos universos tan diferentes y a la vez tan íntimamente conectados. Ambos relatos se reflejan mutuamente; por ejemplo, las protagonistas se alejan de figuras masculinas importantes en su vida: Joana de su hijo y Flavia de su padre. Escenas oníricas nos aproximan a los pensamientos y recuerdos de cada una: en la primera historia Joana sueña con su caballo blanco de la infancia y en la segunda, Flavia hace el amor con su novia en la cama de su padre.
Cidade; campo juega constantemente con la dualidad entre la vida y la muerte, la ciudad y el campo. Es una película sobre la pérdida y el abandono tejiendo imágenes que se empapan de simbología y belleza a la vez que impactan. La conexión con la naturaleza, la cultura y el cuerpo desvelan la esencia misma del ser humano que busca formar parte de algo. Las protagonistas son mujeres que exploran su identidad a través del trabajo y el amor, pero también las huellas de sus antepasados y sus familiares. En su viaje, ellas buscan encontrar su canción, comenzar una nueva vida.