Seguimos con más cosas del Festival de Cannes. En esta ocasión, turno para Jodorowsky de recién estrenado trailer para su La danza de la realidad, al que acompañan un Koreeda que ha creado cierta disparidad con Like Father, Like Son, y Desplechin al que unos ven en terreno de nadie con Jimmy P., y otros encumbran por lograr un trabajo tan único. Por otro lado, esa fábula macabra titulada Borgman, lo nuevo del holandés Alex van Warmerdam, tampoco aúna a críticos, mientras Inside Llewyn Davis, lo nuevo de los hermanos Coen, sorprende y retoma el mejor cine de estos insobornables creadores. Les dejamos ya con las (variadas) impresiones llegadas de Cannes.
La danza de la realidad (Alejandro Jodorowsky)
“Pues bien, la cinta es algo así como una especie de catarsis individual e inaccesible entre la autobiografía y simplemente histeria. En cualquier caso, extraña, desproporcionada y vocacionalmente terapéutica. Si se han perdido, no me culpen. Ésa es la idea.”
“Da algo de cosa hablar mal de un tipo con semejante historial, así que bastará con decir que la película no alcanza los niveles de delirio acostumbrados en el cine del chileno.”
Like Father, Like Son (Hirokazu Koreeda)
“Todos los tópicos y torpezas que antes se evitaron, ahora se convierten en el argumento. Tan triste. Tan extraño. (…) De otro modo, si esta película tuviera un reparto de Hollywood no estaría en Cannes, se digeriría con palomitas. Muy extraño.”
“Like Father Like Son, del japonés Hirokazu Kore-eda, es desde ya clara favorita a la Palma de Oro de Cannes. (…) Kore-eda se siente cómodo en volver a la familia. (…) Kore-eda saca magia de los niños cuando actúan para él.”
Jimmy P. (Arnaud Desplechin)
“De vez en cuando Cannes regala con una de esas películas sólo aptas para espeleólogos (…) La idea es capturar la fractura de un hombre desterrado en su propio país. (…) el trabajo del director de obras mayores como Cuento de Navidad se antoja sencillamente enorme, febril y, por supuesto, sin llaves. Hemos llegado.”
“La otra película del día, Jimmy P., del francés Arnaud Desplechin, no ha tenido tan buena aceptación. (…) Teatro filmado. Desplechin, que participa por sexta vez en la Sección Oficial, ha rodado en Estados Unidos y en inglés para intentar llegar al alma de sus personajes. Pero una cosa es intentarlo, y otra lograrlo.”
Borgman (Alex van Warmerdam)
“Se supone que la brocha que utiliza es el humor negro, que emborrona de disparate el lienzo y que le permite al guión todo tipo de tropelías y engañifas. (…) Hay que subrayarle a este Borgman (…) su capacidad para incomodar al personal, para escabullirse de cualquier planteamiento ético. Y uno sale de ver esta película sin haber tenido ni un solo buen pensamiento.”
“Se trata de la ración habitual de provocación que no puede faltar en Cannes: trenza la estética ‹cool› con toques surrealistas y propone una sobada reflexión sobre la maldad que anida en todos nosotros. Arranca con aciertos visuales y chispazos cómicos, pero pronto se vuelve previsible.”
Inside Llewyn Davis (Joel & Ethan Coen)
“Inside Llewyn Davis pertenece al género de películas de los Coen que podría denominarse: cosecha de mi jardín, toma y fúmatela, como Un tipo serio, O Brother! o Barton Fink…, una mezcla de crucigrama blanco, extravagante y retorcido sentido del humor, espejo cóncavo y cosas de hermanos.”
“Lo verdaderamente relevante es el viaje, el trayecto oscuro a ninguna parte, la conciencia de que cualquier logro no es más que una versión torpe de la única desesperación posible. Al final, y eso es lo que importa, sólo queda un lúcido, desengañado y bellísimo elogio de la derrota. Si les deprimo, no me culpen. Es la vida y Beckett que son así.”