Hay individuos muy empalagosos que dicen que la vida está hecha de pequeños detalles, en forma de casualidades o reencuentros inesperados. Pero una frase tan almibarada como ésta se puede tornar en algo bastante más oscuro, si atendemos a lo que sucede con un tal Paul, un médico francés que se encuentra al borde de la jubilación. Semejante hombre cree estar felizmente casado con Lucie, pero al ir a pagar el café de un desayuno cualquiera se encuentra con Lou, una joven que recuerda al doctor como aquel que le operó de apendicitis cuando era pequeña. La admiración se une al agradecimiento y se desarrolla en su interior un sentimiento de enamoramiento hacia el hombre que tiene delante. Tras este hecho, comienzan a llegar a casa de Paul envíos de flores de manera demasiado regular. ¿Coincidencia?
Este panorama es el que se nos presenta en Antes del frío invierno (Avant l’hiver), tercera película del realizador francés Phillipe Claudel (conocido por la bien valorada Hace mucho que te quiero) y que plantea un escenario donde el matrimonio dista mucho de ser idílico, tanto en la esfera del día a día como en su sintonía respecto a aquellos errores que se cometieron en el pasado. Resulta obvio que la principal amenaza para las uniones matrimoniales suele venir del distanciamiento entre ambos cónyuges y su consecuente predisposición a mantener algún «affaire» con terceras personas. Bien lo sabe el director, que parte de una situación más o menos calmada para ir poniendo las cartas sobre la mesa.
Claudel disecciona paso a paso la trama, sin prisa y con bastante pausa, va echando aceite al engranaje de las sorpresas, los giros narrativos y las escenas clave para que no haya sobresaturación. Nos encontramos por tanto ante un panorama poco revuelto en lo que se refiere al ritmo de la cinta, ya que lo importante de la película se encuentra en la interpretación que el espectador haga sobre lo que está viendo y no sobre lo que verdaderamente se enseña a través de la pantalla. Comentada la situación de intriga que se genera respecto a quién envía las flores, también vemos que hay segundas lecturas en la relación de Lucie con Gérard, amigo del matrimonio, los partidos de tenis que éste juega ante Paul o el paseo nocturno en coche que se da el protagonista sin que sepamos muy bien cuáles son sus motivaciones.
Si bien este proceso de evolución argumental resulta impecable en sí mismo, se echa en falta un poco más de mordiente en determinados aspectos. La falta de información sobre algunas de las circunstancias que se tratan en la obra termina siendo un arma de doble filo que provoca que ciertas escenas den la sensación de resultar excesivamente vacías. No es que la película requiera un esfuerzo por parte del espectador, es que muchas veces se le deja a éste la responsabilidad de que con su imaginación añada todo lo que falta en la película.
En Antes del frío invierno repite con Claudel la veterana actriz británica Kristin Scott Thomas, una satisfactoria intérprete que sigue apostando por proyectos más interesantes desde el punto de vista artístico que seguramente del económico. Pero el verdadero papel protagonista recae aquí en el no menos experimentado Daniel Auteuil, un gran actor que hace gala en esta película de un temple extraordinario en determinadas escenas. Siempre sabe poner ese gesto que resulte efectivo para transmitir las implicaciones de su papel sin llegar a caer en una excesiva teatralización. Una interpretación templada que viene muy bien para que no se enfríe todavía más una película que ya de por sí puede resultar gélida.
En cualquier caso, Antes del frío invierno acaba siendo satisfactoria en su conjunto, ya que pese a las lagunas comentadas y al forzado giro de guión final, ofrece motivos suficientes como para no caer en ese saco de películas que resultan más o menos atractivas en su visionado pero que acaban quedando relegadas al olvido a la semana, puesto que su reflexión sobre ciertos pasajes de la vida en pareja, unido a un acabado francamente eficaz en el plano estético, hacen de la obra de Claudel un trabajo más que interesante como para que en un futuro haya que detenerse en él al repasar su todavía temprana filmografía.
