A 20 pasos de la fama es una oda a las coristas del soul, pop o incluso el rock que con su enorme talento contribuyeron a las canciones más importantes de su época y relegadas siempre a un segundo plano cuando no olvidadas.
El documental hace un repaso a las carreras de algunas de ellas mientras se hace un seguimiento a la profesión e intenta explicar su evolución y sus sentimientos en un montaje plagado de enormes canciones ya eternas y estrellas invitadas del estilo de Bruce Springsteen, Stevie Wonder o Mick Jagger que dan buena fe a su contribución.
La película tiene mucho que mostrar gracias a lo olvidado de la figura de la corista y se viaja en el tiempo hasta cuando sólo eran un acompañamiento más de caras bonitas que cantaban sin libertad para el artista a la irrupción de esas voces negras que trastocaron todo acompañadas de un tiempo de cambio como fueron los 60 y los 70, para terminar en carreras en solitario de muchas de ellas en los 80, y como el éxito es caprichoso y cruel.
Con un montaje ágil lleno de entrevistas, momentos musicales e imágenes de archivo se construye un relato portentoso que desprende libertad y garra a partes iguales, como no podía ser de otra manera dado el tema que toca. Su banda sonora hará las delicias de más de uno, pues va desde el Walk on the Wild Side de Lou Reed al Gimme Shelter de los Rolling pasando por el brutal Space Captain de esa voz portentosa que es Joe Cocker o el Young Americans de David Bowie. Algunas anécdotas sobre la composición de las canciones son realmente reveladoras, como esa primera toma de contacto con el Gimme Shelter y ese grito desgarrador de la corista que tanto ha dado que hablar y convierte la canción en el termómetro perfecto de lo que se perfilaba por aquella época, el año 1968, en el mundo.
Cada época tiene su explicación y nos vamos enterando como la misma afecta a la vida laboral de las coristas, generalmente explotadas por las discográficas en un mundo donde tu nombre no salía ni en los discos o se falseaba para darle protagonismo a otros. Al igual que en el bombazo del año pasado, Searching for Sugar Man, se habla de pasada sobre esa mafia que era y es la industria musical y como la corista era normalmente el último mono.
Pero aquí lo importante es conocer la vida que llevan y llevaron algunas de las coristas más importantes que poblaron los discos de la época. De sus sueños, sus anhelos y sus derrotas, que están por todas partes. Y de la redención. Porque en última instancia, A 20 pasos de la fama es un relato redentor sobre esas voces y mujeres que fueron apastadas y aniquilas por un sistema cruel y de memoria corta.
Tal vez puedan molestar algunos intentos que más bien parecen publicidad mal disimulada sobre una corista en particular, pero se le perdona gracias a que con su persona podemos ver a una corista que ha empezado hace poco y comparar el enorme recorrido que han tenido que realizar sus compañeras, cuando a finales de los 50 apenas había coristas negras y su entrada con fuerza el lustro siguiente.
Y es que no sería descabellado enlazar el ascenso musical de muchas de ellas con la liberación sexual (no con la igualdad o la revolución feminista, ojo) de la mujer que ocurrió en esos años y que contribuyó, ahora sí, a la búsqueda de la igualdad y del feminismo. Esas voces que empezaron en el coro de la iglesia del barrio negro y volaron alto prestando su acompañamiento para el triunfo de la música, del artista y de la compañía discográfica de turno en una mirada algo irónica del asunto que el autor decide no explotar demasiado.
Nos queda un documental más glorificador que combativo, pero aún así esclarecedor e interesante que arroja luz sobre las mujeres que con su don soñaron con volar lejos para acabar dándose más de un batacazo y a la vez se viaja por la música de América, verdadero alma del país. Pero tras mucha rabia y muchas derrotas, al menos pueden volver a cantar en ese coro de la iglesia y prestar su música a todo el mundo.